El terremoto de magnitud 7,9 del 31 de mayo de 1970 provocó el desprendimiento de una franja del pico norte del nevado Huascarán. Se formó un alud de 40 millones de metros cúbicos de hielo que en tres minutos llegó a Yungay y la enterró por completo. La ciudad ancashina quedó convertida en un camposanto inmenso, que desde entonces ha merecido el máximo respeto por los sobrevivientes y deudos de los habitantes fallecidos. Sin embargo, una iniciativa de la municipalidad provincial de Yungay pretende destinar un espacio del camposanto para una feria comercial.
El 10 de noviembre, —tras una reunión con alcaldes de centros poblados, dirigentes de comunidades, juntas vecinales y comerciantes— la municipalidad provincial informó sobre la “consolidación de la ubicación del Mercado Mayorista de Yungay a espaldas del colegio Santo Domingo”. Esta área forma parte del camposanto. La intervención pretende trasladar allí a 1.000 comerciantes mayoristas, que trabajan en una feria itinerante en la avenida Grazziani en el centro de la ciudad.
“Urge disponer un espacio provisional para acoger a los productores para que realicen actividades comerciales en condiciones de comodidad y seguridad. Promovemos así la activación económica, que beneficiará a más de 1.000 comerciantes mayoristas de la provincia”, mencionó José Romero, alcalde provincial de Yungay.
El camposanto, que consta de 97 hectáreas, pertenece a la municipalidad provincial. No obstante, fue declarado como ‘terreno intangible’ el 12 de octubre de 1977 mediante la Resolución Suprema Nº 005-77 firmada por la presidencia de la República. En la última década, se han presentado hasta tres proyectos de ley para que el camposanto también adquiera la condición de ‘inalienable e imprenoscriptible’. La última propuesta legislativa de este tipo fue presentada en abril del 2022 por la congresista Kelly Portalatino del partido Perú Libre.
El documento denuncia que más de 25 hectáreas del camposanto han sido invadidas. Por ello, la propuesta de la municipalidad provincial de Yungay de reubicar a los comerciantes mayoristas sobre el territorio de la antigua ciudad ha motivado el rechazo de decenas de yungaínos.
Sobreviviente y familiares de fallecidos se pronuncian
Carlos Olivera Ángeles (79 años) es uno de los 300 sobrevivientes de la tragedia que acabó con la antigua Yungay. 20 mil personas habitaban la ciudad antes del 31 de mayo de 1970. Graciela Ángeles, su madre, era entonces la alcaldesa encargada de Yungay. Carlos, su hermana Teddy y su madre lograron sobrevivir; sin embargo, nunca encontraron el cuerpo de su padre, Nicolás Olivera.
La familia Olivera Ángeles considera al camposanto de Yungay como un “lugar sagrado”. Por este motivo, Carlos lamenta las invasiones a este espacio y rechaza la iniciativa de la municipalidad provincial de construir allí un mercado mayorista.
“Como a muchos yungaínos sobrevivientes y familiares de los fallecidos en la tragedia, veo con una pena infinita que el lugar donde reposan los restos de nuestros seres queridos pueda convertirse en un mercado. Es un lugar sagrado y debe respetarse su intangibilidad. ¡Nuestros deudos merecen respeto!”, asevera Carlos Olivera.
Luis Olivera Mejía, presidente del Club Yungay de Lima, vivía en Lima con sus padres cuando ocurrió el terremoto de 1970; casi la totalidad de su familia en Yungay fue sepultada por el alud. Luis también se opone al proyecto de la municipalidad provincial. El 19 de noviembre, Olivera convocó a una reunión entre integrantes de la organización y el alcalde José Romero. 45 yungaínos presentaron su rechazo a la propuesta de Romero.
“Según el alcalde, el área de Defensa Civil de la municipalidad provincial de Yungay considera de alto riesgo el espacio del centro de la ciudad donde se ubican los comerciantes, por lo que debe acondicionarse un área grande para trasladarlos. El camposanto fue uno de los espacios propuestos, pero la municipalidad olvida que es una zona intangible”, subraya Luis Olivera.
Al finalizar reunión, el alcalde Romero firmó un acta que recoge el rechazo de los integrantes del club Yungay a la instalación de un mercado mayorista y reconoce la intangibilidad del camposanto. Romero se comprometió a respetar su posición. El 29 de noviembre, el Club Yungay envió un oficio a la alcaldía provincial de Yungay para reiterar su posición, documento que todavía no recibe respuesta.
El Comercio se comunicó con el alcalde José Romero, pero no accedió a brindar una entrevista.
“Somos conscientes de que Yungay necesita crecer, pero deben respetarse las normas. Propusimos al alcalde que destine otro espacio para la construcción del mercado mayorista. Por ejemplo, puede utilizar el espacio detrás de la UGEL de Yungay, en la carretera a Caraz, que tiene una extensión de 4 hectáreas. La municipalidad tiene fondos para comprar un terreno. Así evitaría instalar ferias provisonales para los comerciantes”, señala Luis Olivera.
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