Que los privados participen en los procesos de vacunación significa ayudar al Estado a que éste compre, para saltar miedos y temores de muchos funcionarios a ser luego acusados de colusión con jefes que probablemente hayan decidido las compras motivados por corrupción de altas esferas y no por la conveniencia para el país. La idea no es comprar un millón de vacunas sino adquirir 50 millones de dosis y, lo que es igual de importante, poder aplicarlas a tiempo.
Es cierto que hoy casi todas las empresas fabricantes de vacunas aceptan negociar solo con el Estado. No obstante, eso está cambiando en la medida que la oferta de vacunas se hace mucho mayor. Así, el Fondo de Inversión Directa de Rusia está autorizado a negociar con estados, gobiernos locales y empresas privadas. En febrero, el Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, fue autorizado a que hospitales privados administren vacunas AstraZeneca hechas en India.
Sería conveniente que las empresas puedan encargarse, a todo costo, de la adquisición (del fabricante o del Estado) de vacunas para aplicarlas a sus trabajadores y familiares. Ello acelerará la reinserción de trabajadores en sus empresas y contribuirá a restaurar la actividad económica. Esto se puede hacer sin interferir con las prioridades de aplicación del Estado, según vulnerabilidades.
En la etapa de vacunación a las poblaciones ancianas vulnerables debe usarse bases de datos de instituciones como EsSalud, clubes de madres, municipalidades, asociaciones, etc. La vacunación a población en general (etapa 3) deberá hacerse en múltiples centros, que pueden incluir farmacias y establecimientos privados de salud, los que aplicarán la vacuna sin costo para el ciudadano, pero remunerados por el Estado vía crédito fiscal.
En un gobierno de Fuerza Popular, la vacunación universal concluirá en diciembre 2021. Luego de terminar la etapa de vacunación universal, Perú debe haber instalado un sistema robusto de Vigilancia Genómica. Es decir, tener la capacidad de detectar a tiempo la aparición de mutaciones malignas y variantes peligrosas. Ello servirá para orientar la compra de futuras dosis de refuerzo de vacunas que nos protejan contra nuevas variantes más infecciosas o letales.