A las masivas manifestaciones que exigían la renuncia de Manuel Merino a la presidencia de la República –un objetivo que fue alcanzado el 15 de noviembre, con la dimisión del legislador de Acción Popular–, les han seguido otras demandas ciudadanas promovidas por diversos sectores. Una de ellas es la convocatoria a una Asamblea Constituyente, con la finalidad de elaborar una nueva Constitución que reemplace a la de 1993.
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Para el presidente del gobierno de transición, Francisco Sagasti, la coyuntura de crisis económica y sanitaria que el país atraviesa exige objetivos más urgentes que la redacción de un nuevo texto constitucional.
En entrevista con la agencia Reuters, el nuevo jefe del Estado sostuvo que la principal tarea de su mandato consiste en devolver la calma a la población, luego de la crisis política que se originó tras la vacancia presidencial de Martín Vizcarra por parte del Congreso.
Al ser consultado sobre un posible apoyo a un referéndum o a la elaboración de una nueva Constitución, el mandatario señaló que no es una “prioridad inmediata”.
“Creo que después de un período tan turbulento, tan cargado de protestas, de incluso algo de violencia, lo más importante en este momento es devolverle la calma, devolver la tranquilidad a la ciudadanía”, dijo Sagasti.
Según su opinión, corresponde al próximo presidente del Perú decidir si promueve una nueva Carta Magna.
“[...] Creemos que es una tarea que el próximo gobierno libremente elegido por la ciudadanía tome la decisión o no, de plantear la reforma de la Constitución o una nueva Constitución”, afirmó.
Propuesta de larga data
La demanda por una nueva Constitución no es nueva. De hecho, las organizaciones políticas de izquierda llevan años promoviendo esa iniciativa.
Verónika Mendoza, precandidata a la presidencia por Juntos por el Perú, planteó la convocatoria a una Asamblea Constituyente durante la campaña del 2016. Hace solo unos días, luego de la destitución de Vizcarra, reiteró su demanda.
“Ya no es tiempo de retroceder, sino de avanzar hacia una nueva Constitución”, escribió en sus redes sociales.
En tanto, el Frente Amplio, encabezado por Marco Arana, ha invocado numerosas veces la necesidad de reemplazar la Constitución.
Otro partido que ha insistido en reemplazar la Carta Magna es Unión por el Perú, que dirige el legislador José Vega y es brazo político de Antauro Humala.
En mayo, la bancada upepista presentó un proyecto de ley para derogar la Constitución de 1993 y retornar a la de 1979.
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Dudas sobre idoneidad
Los analistas políticos Mabel Huertas y José Carlos Requena sostuvieron que si bien es positivo que se abra el debate sobre las fallas que existan en la actual Constitución, coincidieron con Sagasti en que no es el momento adecuado para convocar una Asamblea Constituyente.
Para Huertas, la idea de una nueva Constitución ha tenido acogida en un sector de la población a raíz de la crisis política.
“Hay una sensación de que esta Constitución no está satisfaciendo los estándares democráticos que uno quisiera”, señaló a El Comercio. Sin embargo, consideró que “no podemos confiar en el actual Congreso para hacerlo”.
En la misma línea, Requena sostuvo que el actual Parlamento no sería idóneo para liderar un cambio de Constitución.
“Pensaría que ahora es el momento para sentar las bases de cómo se pueden actualizar algunos aspectos de la Constitución. Es un buen momento para empezar un debate, pero sobre apresurarse a llevarlo las urnas o canalizarlo a nivel parlamentario, tengo mis dudas”, aseguró.
MÁS INFORMACIÓN:
Origen. La Constitución de 1993 fue creada durante el régimen de Alberto Fujimori, luego del autogolpe de 1992.
Enmiendas. La actual Constitución ha tenido 36 modificaciones e incorporaciones, sin necesidad de ser reemplazada por una nueva.