En su primer mensaje a la nación tras jurar al cargo, el presidente Pedro Castillo anunció la presentación de un proyecto de reforma constitucional para que se pueda convocar a una Asamblea Constituyente que tenga como encargo elaborar una nueva Constitución Política para el país.
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Se trata de una de las propuestas bandera de Castillo Terrones en la campaña electoral, respaldada por su partido Perú Libre. Durante la contienda, el docente había hecho el planteamiento refiriéndose principalmente a la convocatoria de la asamblea, pese a que constitucionalistas advirtieron que dicha figura no está contemplada en la Carta Magna vigente.
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Por tanto, la alternativa planteada ahora es una reforma constitucional que permita contemplar dicho mecanismo, y que queda en manos del Parlamento en donde Perú Libre no tiene mayoría.
El Comercio adelantó ayer que esa iba a ser la vía optada por Castillo, en base a un diálogo con Anibal Torres, asesor legal de Perú Libre. El jurista, que se reunió con el mandatario el pasado lunes para abordar el tema, explicó que la idea de Castillo era hacer el anuncio sobre un “proyecto para la reforma de la Constitución con el fin de convocar a una Asamblea Constituyente”, pero aclarando que no depende de él, sino del Parlamento: “Él cumple con su promesa, pero una vez que el proyecto entra al Congreso, eso ya no depende de él”.
“Se requiere una votación bastante elevada [87 votos en dos legislaturas] y eso no va a ser posible, hay que colocarnos en la realidad. De manera que el camino sería que se apruebe en una sola legislatura, aunque nadie puede asegurar eso, y se someta a referéndum. Ese es el camino para reformar la Constitución”, detalló.
La iniciativa
Efectivamente, Castillo planteó en su discurso: “Anuncio que presentaremos ante el Congreso de la República, respetando escrupulosamente el podrecimiento de reforma constitucional previsto en el artículo 206 de la Constitución vigente, un proyecto de ley para reformarla, que tras ser analizado y debatido por el Parlamento esperamos que pueda ser aprobado y luego sometido a ratificación en referéndum popular”.
De tal forma, la vía elegida por Castillo es que la iniciativa de reforma constitucional se presente esperando ser aprobada por el Congreso en una legislatura (66 votos) y luego ser refrendada mediante un referéndum. Esta es una de las opciones que establece la Constitución para dicha iniciativa, pues la otra es alcanzar 87 votos en dos legislaturas consecutivas y, según mencionó Torres, ello no sería posible por la cantidad de votos que sumarían Perú Libre (37) y sus aliados.
En ese contexto, Castillo reconoció que se necesita alcanzar consenso en el Parlamento y subrayó que insiste en la propuesta en el marco de la ley y los instrumentos legales que la actual norma proporciona. “Es cierto que la Constitución de 1993 no contempla la figura de una Asamblea Constituyente, ni la elaboración de una Nueva Constitución; tampoco contempla la atribución del presidente de la República para convocar a un referéndum constituyente. Sólo menciona la posibilidad la reforma parcial o total de la Constitución, por parte del Congreso”, admitió. Esto también fue advertido por expertos consultados por este Diario durante la campaña.
Para Castillo, la iniciativa permitirá “cambiar el rostro de nuestra realidad económica y social” y corresponde a una “bandera de la mayoría del pueblo”. Sin embargo, cabe advertir que, según una encuesta de El Comercio-Ipsos publicada el pasado fin de semana, el 22% cree que la Carta Magna actual debe mantenerse sin cambios, el 32% manifestó que la Constitución debe ser cambiada totalmente mediante una Asamblea Constituyente y el 39% expresó que debe ser reformada parcialmente por el Parlamento, como lo establece la actual normativa.
¿Cuáles fueron las justificaciones del presidente para la propuesta? Mencionó, por ejemplo, que “muchas de las disposiciones hoy vigentes solo benefician a las grandes corporaciones para que puedan llevarse nuestra riqueza a raudales”. También que “el estado debe tener libertad para promocionar, para vigilar y regular de acuerdo al interés de las mayorías”. Sin embargo, aseguró: “Ejecutaremos y respetaremos con energía lo que el pueblo decida”.
Aunque no dio precisiones sobre el proyecto de reforma constitucional a presentar, el presidente Pedro Castillo manifestó que “la Asamblea Constituyente será elegida por el pueblo exclusivamente para dedicarse a elaborar, en un plazo predeterminado, un proyecto de Constitución, producto del debate político y acuerdo pluralista, que será sometido a referéndum. Cumplido este encargo, deberá disolverse”.
“La Asamblea Constituyente del bicentenario debe ser plurinacional, popular y con paridad de género. Su composición tiene que incluir, al lado de candidatos propuestos por las organizaciones políticas inscritas, a porcentajes de candidatos provenientes de los pueblos indígenas, nativos y originarios; del pueblo afroperuano; de candidaturas independientes provenientes de los gremios de organizaciones populares y de la sociedad civil. Genuinamente representativa de todo el Pueblo Peruano”, añadió.
Mientras Castillo ha optado por la vía de la reforma constitucional para alcanzar el objetivo de la Asamblea Constituyente, cabe recordar que el congresista Guillermo Bermejo anunció hace unas semanas el inicio de la recolección de firmas para que se realice un referéndum a fin de consultar a la ciudadanía si está de acuerdo con reformar de manera total la Constitución Política del año 1993 a través de una Asamblea Constituyente.
“Para nosotros poder llegar a referéndum, a la Asamblea Constituyente, necesitamos recolectar más o menos dos millones y medio de firmas. Una vez recabadas esas firmas, estas van a los organismos electorales para verificar si son o no correctas. El Congreso no tiene nada que hacer en cuestión”, explicó por entonces.