Estrenada originalmente en EE.UU. en julio del año pasado, “Better Human Better Dog” finalmente llega a Latinoamérica a través de la cadena Disney+. Grabada enteramente durante la pandemia del coronavirus, la serie de 10 capítulos nos presenta casos de familias que, o bien adoptaron una mascota para sobrellevar el confinamiento, o bien empezaron a conocer lo difícil que resulta criarlas bajo restricciones sanitarias que muchos aún seguimos afrontando.
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Como puede adelantar ciertamente su título, esta serie se enfoca no solo en los animales, sino probablemente en la misma proporción en los dueños. Y es que, tal como ocurre en casi la totalidad de los al menos 20 casos expuestos, muchos de los inconvenientes que afrontan estos perros son ocasionados por faltas u omisiones de sus propietarios, es decir, de sus ‘padres’.
La mecánica de cada episodio tiene la estructura de los conocidos realities sobre mascotas. Los dueños exponen primero cómo obtuvieron a su perro. Luego explican el momento en el que las cosas se complicaron al interior de casa. Finalmente, y esto ocurre casi siempre, viene el tono dramático: si no encuentran una solución al problema de su mascota, tendrán que elegir uno de estos dos tristes caminos: darlo en adopción o, en un extremo que nadie desea, sacrificarlo.
Claro que esto último depende de la situación en la que se encuentra la mascota. Y ciertamente el problema más común en los perros que protagonizan este reality canino son, primero, la agresividad ante personas o canes desconocidos, y luego vienen --en menor medida-- las falencias vinculadas al comportamiento dentro de casa (ansiedad por separación, problemas de convivencia con gatos, no aceptar la medicina recetada, etc.).
Un detalle que, como es evidente, se repite en esta serie con respecto a las otras producciones protagonizadas por César Millán es su habitual buen manejo de las situaciones complejas. El ‘domador de perros’ –como se le conoce mundialmente—se luce fundamentalmente porque hace que lo difícil parezca simple. La gran pregunta es cómo. En cada episodio se observan dos detalles fundamentales: el aura que irradia el adiestrador es óptimo para controlar a una perro excitado o aparentemente incontrolable. Así vemos que, frente a ‘padres’ nerviosos, miedosos o en exceso sobreprotectores, el mexicano ofrece calma, paz y, fundamentalmente, silencio.
El segundo detalle, y esto es algo que Millán parece haber perfeccionado gracias al paso de los años, es su capacidad para comprender a cada dueño de mascota. Cada una de las familias presentes en “Better Human Better Dog” es un mundo distinto. Desde la madre que buscó un perro de apoyo emocional para su hija, hasta el militar retirado que se emociona al recordar cómo su mascota lo ayudó en los momentos más difíciles, pasando por la pareja de esposos que teme que su perro ataque al hijo que buscan tener. Dos o tres charlas parecen bastarle a Millán para comprender la problemática que impide a un dueño de mascota ser ‘El líder de la manada’.
Aunque muchos de los casos lucen muy difíciles de superar en los primeros minutos, el ‘Domador de perros’ siempre tiene una sonrisa y una palabra motivadora lista para empezar la rutina. En su objetivo se ayuda del Dog Psychology Center, un hermoso complejo con cerros, jardines y piscinas ubicado en Los Ángeles, California, en el que alberga decenas de animales de todo tipo. Aquí es donde cada mascota en problemas llega junto a sus dueños con la esperanza de mejorar. Una rehabilitación para un Rottweiler agresivo al son del graznido de patos silvestres. O una caminata sobre una larga vereda para un salchicha que parece obsesionado con aspirar todo lo que se le cruce por el camino. Todo parece más fácil en un espacio al aire libre, adecuadamente organizado para que los perros vuelvan a sentirse en su hábitat natural. Lo más parecido a un ‘reseteo’ canino.
Un detalle que no resulta menor en programas de este tipo, por la premura del tiempo (vale decir que cada episodio apenas pasa los 40 minutos) es si los casos supuestamente resueltos llegan a serlo completamente en el paso del tiempo. Lo que puede apreciarse en “Better Human Better Dog” son progresos pequeños y medianos, pero las cosas podrían retroceder si es que los dueños no ponen en práctica las sugerencias de comportamiento que el famoso adiestrador latino les dio. En su mayoría estas giran en torno a tres tópicos: no humanizar al perro, hacer respetar el espacio y desenvolverse con soltura y seguridad para que la mascota entienda quién realmente es el líder.
Aunque se tomó un buen tiempo en llegar a Latinoamérica, esta serie producida originalmente por National Geographic, es sumamente útil para entender que tener un perro sigue siendo un reto igual de complicado como lo fue para nuestros padres o abuelos muchos años atrás. La gran diferencia radica tal vez en que hoy estamos casi naturalmente predispuestos a humanizarlo, porque las herramientas (Instagram, Facebook y demás redes sociales) están ahí, listas para convertirlo en el hijo que no tenemos. En ese sentido, “Better Human Better Dog” demuestra que, al traer a las mascotas a nuestro espacio sin las precauciones debidas, más que hacerles un bien, podríamos terminar arrebatándoles un poco de su naturaleza.
LA FICHA:
Sinopsis: ¡César Millán está de vuelta! Con las adopciones de perros en un nivel récord, el oportuno regreso de César a la televisión les dará a los nuevos dueños de mascotas las herramientas que necesitan para enseñarles buenos hábitos a sus perros y deshacerse de los viejos malos hábitos. Desde los patios de los dueños de mascotas hasta su Centro de Psicología Canina recientemente renovado, César nos muestra las habilidades que necesitamos para crear hogares felices con nuestros mejores amigos peludos.
Título original: “Cesar Millan: Better Human Better Dog”
Duración: 10 capítulos
Clasificación: +14 años
Género: Reality Show