Cuando el cómic “Sweet Tooth” empezó a publicarse por el sello editorial Vertigo, la televisión era un gran medio para crear historias de ficción; pero no era el monstruo que es hoy, donde cada año hay más series que en el anterior y los servicios de streaming están en una metafórica guerra donde cada sunoscriptor es valioso. Y como todo gigante debe comer cantidades de acuerdo a su tamaño, de ahí que necesite adquirir propiedades intelectuales que han mostrado éxito en otros medios.
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Ahí es donde entra el canadiense Jeff Lemire, cuya obra postapocalíptica “Sweet Tooth” fue adquirida por Team Downey, la empresa de la pareja conformada por el actor Robert Downey Jr. y la productora Susan Downey, que le dieron un giro; haciéndola menos violenta, pero sin deshacerse de características fundamentales, como la relación padre-hijo del dúo protagónico del adulto protagónico de Jepperd (Nonso Anozie) y Gus (Christian Convery), un exjugador de fútbol americano y un niño con cornamenta de ciervo, respectivamente; quienes viajan por Estados Unidos persiguiendo una esperanza.
Lemire es algo bastante inusual en el cómic occidental, donde la norma es que el dibujante y el escritor sean dos personas distintas. Este artista integral habló con El Comercio sobre su evolución como persona y creador, qué lo que hace de “Sweet Tooth” algo tan especial y cómo se siente tras el cierre de Vertigo, la editorial que multiplicó su alcance.
-¿Cuánto ha cambiado tu vida desde que terminaste el cómic de “Sweet Tooth”?
Creo que mi vida ha cambiado mucho desde entonces. Empecé “Sweet Tooth” desde el 2009. Mi hijo acababa de nacer. Y ahora tiene 12 años, como la edad que Gus tiene en la historia. Mi vida ha cambiado con él. Creo que definitivamente soy una persona mucho más diferente que cuando empecé. Ha sido de verdad interesante ver la historia adaptada ahora, todos estos años después.
-¿Y cuánto has cambiado tú, como persona?
Es difícil para mí cuantificar cuando estás tan concentrado en tu propio trabajo, el día a día. Las cosas que estás dibujando y escribiendo. Es algo difícil dar un paso atrás y ver cuánto estás cambiando o creciendo. Pero artísticamente, creo que he cambiado mucho, soy un mejor artista que cuando hice Sweet Tooth; probablemente. Y espero ser un mejor escritor también, pero hay algo en ‘Sweet Tooth’ que parece soportar el paso del tiempo. La gente de verdad se conecta con la historia emocionalmente. Me refiero a que siempre evolucionas y cambias, pero definitivamente soy fiel a mi propio trabajo.
-¿Cómo diferenciarías ‘Sweet Tooth, su dinámica del adulto rudo y el niño inocente, con otras historias similares que han salido en los últimos años como “The Mandalorian”?
Esta dinámica del inocente y el duro, frío guardián, no es nueva; tiene una larga tradición en la ficción. Escribí el libro hace una década, antes de que otras ficciones apocalípticas salieran; hemos visto demasiado desde que “Sweet Tooth” fuese publicado. Creo que, realmente, no fui muy influenciado por esas cosas, solo hacía lo mío. Lo que siempre hacía interesante (la historia) es el hecho de que Gus fuese este personaje lleno de esperanza y, en cierto modo, representa lo que es la niñez para mucha gente; mientras que Jepperd representa lo peor de la humanidad al inicio. Es frío, desconectado del prójimo, y entonces estos dos personajes, mientras la serie se desenvuelve, empiezan a influenciarse mutuamente y cambiar. Ves a Gus crecer un poco, al menos lo suficiente para sobrevivir solo, y Jepperd empieza a suavizarse y redescubre su humanidad. Me gusta ese vaivén de los personajes.
-La serie de “Sweet Tooth” es mucho menos violenta que el cómic y más esperanzadora. ¿Por qué ocurrió este cambio?
Desde que hice “Sweet Tooth” hace más de una década, ha habido mucha ficción post-apocalíptica en TV, así que necesitaban, al adaptarlo, representar un mundo post-apocalíptico que no se sienta como lo mismo que hemos visto una docena de veces desde entonces. Creo que tratarla de manera más esperanzadora era el camino a seguir. También diría que el cómic estaba lleno de esperanza. Definitivamente, había oscuridad y violencia, pero había un balance con esperanza, humor y luminosidad; en especial con el avance de la historia. Creo que han sido capaces de mantener ese equilibrio.
-El año pasado Vertigo Comics, donde Sweet Tooth se publicó originalmente, desapareció como marca y se transformó en DC Black Label. Aunque sea solo un cambio de nombre, los nombres significan cosas. ¿Qué representó Vertigo para ti?
Los años más influyentes para mí en lectura de cómics fueron cuando Vertigo empezó a inicios de los años 90, así que toda esa primera ola de libros de Vertigo; como “The Sandman”, “Hellblazer”, “Swamp Thing”; fueron increíblemente influyentes para mí. Y luego cuando creí y quise hacer cómics, ver obras como “100 Bullets” y “Y The Last Man”, todas series increíbles... para mi Vertigo siempre representó mejor del arte y lo mejor de la ficción de género en los cómics. Así que cuando “Sweet Tooth” pudo ser parte de esa historia, fue obviamente increíble, muy especial para mi; no podría pensar en un mejor hogar para esa historia. Creo que es una pena que Vertigo no exista. Fue una parte icónica e importante de la industria del cómic estadounidense, y lo que Karen Berger (la editora) hizo allí fue tan especial que es realmente una tragedia que ya no exista.
-Considerando que uno de tus cómics (”Lost Dogs”) fue publicado en el Perú, ¿Crees que tus historias tienen alguna clase de atractivo universal? ¿Qué gente de otras latitudes puedan disfrutarlas y no necesariamente quienes tienen la experiencia americana?
Eso creo. Y creo que mucho de eso viene porque yo no soy estadounidense, soy canadiense. Cuando escribo historias ambientadas en Estados Unidos, siempre viene con el punto de vista de un forastero. Como con todos los temas que utilizo, los arcos emocionales de los personales; estos son temas muy universales, y espero que trasciendan culturas, países. A mis libros parece irles muy bien globalmente. A veces creo que, mientras más específica intentas hacer una historia, más universal se vuelve. La gente puede empezar a identificarse con los personajes y los temas. Supongo que en mi trabajo siempre intento poner la emoción por encima de la trama, o el tema; cosas así. Creo que si la gente se conecta emocionalmente con los personajes, no importa qué idioma hablas o dónde en el mundo vivas. Esas emociones son cosas con las que todos podemos relacionarnos.
-Cada año más cómics son adaptados a la TV. ¿Crees que los creadores de cómics están ahora más interesados en hacer TV que en escribir historietas?
No, para mi los cómics son mi primera pasión y amor. Paso todos los días haciendo cómics. Las cosas de la TV y el cine son geniales cuando pasan, pero nunca son una prioridad para mi. Siempre es secundario a hacer cómics. No creo que haya otro medio que ofrezca la libertad y la expresión que ofrecen los cómics. Especialmente para mi; yo vivo y respiro cómics y creo que siempre lo haré.
Dato
Puedes ver todos los episodios de “Sweet Tooth” en Netflix.
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