En las primeras horas de diciembre de 1969, la policía de Chicago hizo una redada en el departamento del joven dirigente de las Panteras Negras, Fred Hampton. Después de un centenar de disparos, de los que según algunas versiones solo uno fue contra las fuerzas del orden, Hampton y su camarada Mark Clark estaban muertos, mientras que otros seis miembros del grupo, incluyendo la embarazada prometida de Hampton, Deborah Johnson (ahora Akua Njeri), estaban heridos en distintos grados de gravedad.
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El incidente, que conmocionó a los Estados Unidos en medio del movimiento por los derechos civiles, es el tema en torno al que gira la nueva película “Judas and the Black Messiah” (2021), disponible en HBO Max.
Dirigida por Shaka King (“Newlyweeds”), la película biográfica explora los eventos que llevaron al incidente, incluyendo la traición de William O’Neal, un informante del FBI que se infiltró al grupo y proporcionó la información necesaria para realizar la redada policial, interpretado en la película por el actor Lakeith Stanfield. Mientras tanto, el rol de Hampton fue realizado por Daniel Kaluuya en una actuación que le valió el Oscar 2021.
Completan el elenco actores de la talla de Martin Sheen como el director del FBI J. Edgar Hoover, Jesse Plemons como el contacto del FBI de O’Neal y Dominique Fishback como Deborah Johnson.
Para la realización de la película, su director King afirmó que intentó estar lo más pegado a los eventos históricos posibles, que su labor se ha visto dificultada porque las propias autoridades como el FBI no han mantenido los récords de manera confiable. “Es bastante difícil hacer una película sobre eventos históricos cuando la historia fue escrita por personas que no están interesadas en la verdad histórica”, indicó en declaraciones a USA Today.
Sin embargo, para su labor reclutó la ayuda del hijo del activista, Fred Hampton Jr. y de su pareja Akua Njeri, quienes participan en la película como asesores para la película, y habló con varias personas involucradas con los hechos que prefirieron quedar anónimas.
“No me sorprendió que muchos de los tipos no quisieran que sus nombres quedarán registrados porque fueron infiltrados y personas fueron asesinadas, así que son gente muy privada”, señaló King a Variety.
¿Quién fue Fred Hamptom ?
Frederick Allen Hampton nació el 30 de agosto de 1948 en un suburbio de Chicago, Illinois, el benjamín de Francis e Iberia Hampton. Cuando tenía siete años experimentó un incidente que cambió su vida con la muerte del conocido de su familia Emmett Till, un adolescente afroamericano linchado por supuestamente ofender a una mujer blanca cuando estaba de vacaciones en Mississippi.
El incidente le demostró la inequidad racial presente en el país y lo impulsó para que durante su adolescencia formara parte de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP por sus siglas en inglés). En 1968, después de experimentar varios enfrentamientos con la policía durante protestas, Hampton abandonó al NAACP y se unió al Partido Pantera Negra (Black Panther Party) una organización conformada por afroamericanos que había comenzado en 1966 como un grupo de autodefensa que abogaba la defensa armada contra la brutalidad policial, pero para 1969 empezó a instaurar programas sociales como desayunos y clínicas gratuitas y adoptar cierta filosofía marxista.
Como es mostrado en la película, las dotes oratorias de Hampton lo permitieron escalar rápidamente en el capítulo de Illinois de la organización y formar alianzas con varios grupos que se organizaban en torno a ideología o consideraciones étnicas, formando lo que él llamaba la “Coalición Arcoíris” (“Rainbow Coalitions”) que incluía a caucásicos, latinos y afroamericanos.
Pero la prominencia del grupo lo puso en la mira del FBI con el entonces poderoso director de la agencia, J. Edgard Hoover (Martin Sheen en la película), declarando a las Panteras Negras como la “mayor amenaza interna a la seguridad del país”. Documentos desclasificados años después muestran que a finales de la década de los 60 el FBI inició una operación denominada Programa de Contrainteligencia del FBI (Cointelpro) en la que reclutaron a varios informantes para infiltrar a varios movimiento, que no solo incluyeron a las Panteras Negras, sino también a organización pacíficas a favor de los derechos civiles , a grupos de protesta de la Guerra de Vietnam, el Movimiento Indígena Estadounidense e incluso a supremacistas blancos como el Ku Klux Klan.
En particular, Hoover temía la ascensión de un “mesías”, un líder que juntara todos los grupos militantes afroamericanos en un movimiento cohesionado. Entre los nombres que se barajaban estaba no solo el de Fred Hampton, sino también el de Malcolm X, Martin Luther King Jr. y Elijah Muhammad, entre otros.
En el caso del capítulo de las Panteras Negras de Illinois, el FBI reclutó a William O’Neal (Stanfield en la cinta), a quien le ofrecieron clemencia en sus crímenes a cambio de su cooperación. Durante su tiempo en el grupo, relatado en “Judas and the Black Messiah”, O’Neal ofreció información confidencial al FBI mientras se ganaba la confianza de los dirigentes, convirtiéndose en el responsable de la seguridad. Entre la información que dio estuvo un plano del departamento de Hampton, usado en la redada en la que falleció Hampton y que permitió años después revelar sus lazos con el FBI.
¿Qué tan cercanos fueron los eventos a la realidad?
Uno de los puntos de contención de la cinta es el hecho de que O’Neal droga a Hampton poco antes de la redada, lo que explicaba el hecho que no se levantó en medio del tiroteo. Si bien el verdadero O’Neil negó haber drogado al dirigente y los dos primeros exámenes toxicológicos no revelaron elementos extraños en el cuerpo de Hampton, una posterior autopsia realizada independientemente encontró suficiente fentanilo en su sistema como para dejar inconsciente a un caballo, según su hijo Fred Hampton Jr. Lo que es cierto es que no hay una confirmación de que fue O’Neal quien le dio la bebida adulterada a Hampton.
Lo que sí parece aparente licencia artística es el conflicto interno de O’Neal y sus deseos de abandonar al FBI. Si bien se ha escrito poco sobre lo que experimentó O’Neal, en ninguna de la documentación liberada dice que este amenazó con dejar de ser informante, mientras que él participó en el programa de protección al testigo en 1973, después de que se conociera su papel en la fatal redada. Sin embargo, un artículo publicado en el Chicago Reader titulado “Las últimas horas de William O’Neal” muestran a un sujeto atormentado por sus actos, los cuales llevaron a que se quitara la vida en enero de 1990 a los 40 años.
“Creo que estaba apenado que hiciera lo que hizo. Él pensaba que el FBI solo iban a hacer una redada en la casa. Pero el FBI dio la orden al procurador general y eso era todo lo que (Edward) Hanrahan quería. Ellos le dispararon a Fred Hampton y se aseguraron que estaba muerto”, indicó Ben Heard, el tío de William y la última persona que lo vio con vida. Heard afirmó que también estuvo con su sobrino el día después del asesinato de Hampton, en el lugar donde ocurrió. ”Había papeles tirados por todo el piso, sangre por todos lados. Había un camino de sangre por donde había arrastrado al cuerpo de Fred. Bill solo se quedó parado en estado de shock. Nunca pensó que llegaría a esto”.
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