Como a todos nosotros, la pandemia del COVID-19 también les cambió los planes a Zendaya y Sam Levinson. En Marzo del 2020, la actriz y el director estaban por empezar a grabar la segunda temporada de “Euphoria”, la serie que los convirtió en la sensación de Hollywood, cuando debieron cancelar todo para entrar en cuarentena. Un mes después y en su calidad de productores del programa, la preocupación de tener a su equipo de trabajo en el paro los hizo pensar en un proyecto que pudiera sortear el encierro. Zendaya ofreció filmar en su casa. Sam le propuso todo tipo de ideas. Desde un thriller psicológico hasta una película de terror en la que traían de vuelta a la agente K.C., uno de los personajes que interpretó en su era Disney. Nada parecía convencerla hasta que el cineasta tomó como punto de partida un incidente de su vida personal: el día que olvidó agradecerle a su esposa en el estreno de una de sus películas. Así nació la idea original de “Malcolm & Marie”, una cinta que transcurre en una sola locación y en una sola noche, la noche en la que Malcolm, un joven cineasta, llega a casa con Marie, su novia supermodelo, después de la premiere de la más prometedora de sus películas y en la que ha olvidado mencionarla en su discurso de agradecimiento.
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Para empezar a filmar, Sam y Zendaya pusieron dinero de sus propios bolsillos. John David Washington, el actor al que convocaron para que interprete a Malcolm, hizo lo mismo. La cinta de 2.5 millones de dólares de presupuesto comenzó a rodarse en junio de 2020 con un equipo de 20 personas que habían quedado a la deriva con la postergación de “Euphoria 2”. Se trasladaron a Carmel, en California, porque era el único lugar donde podían filmar sin permiso en una propiedad privada. Tras 12 días de preproducción y 14 días de rodaje, “Malcolm & Marie” estaba lista. Solo 20 minutos de metraje fueron mostrados en septiembre en el mercado del Festival de Cine de Toronto, pero el interés fue tan grande que Netflix, tras una disputa con otros gigantes del streaming como HBO y Amazon, pagó US$ 30 millones para tenerla en su catálogo. Sus creadores decidieron repartir las ganancias con aquel pequeño equipo con el que habían trabajado y donar una fracción a una ONG que provee de alimentos a comedores populares en EE.UU.
¿Se podría haber hecho una película como “Malcolm & Marie” en otras circunstancias? Sam Levinson cree que no. “(Sin la pandemia de por medio) Habríamos filmado la segunda temporada de ‘Euphoria’ y no estoy seguro de si habríamos explorado la avenida de algo tan simple como una relación (amorosa). En el momento en que filmamos todo lo que teníamos era una locación, dos actores extraordinarios y un equipo reducido a la gente esencial. Eso era todo lo que nos permitimos para contar esta historia. Definitivamente, creo que no existiría esta película de no ser por lo que está pasando en el mundo ahora”, nos dice el director en una videollamada por Zoom en la que también estuvo presente Zendaya.
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Para la actriz y productora, el rodaje de “Malcolm & Marie” no habría sido el mismo sin los lazos que se estrecharon en “Euphoria” tanto con Levinson como con el director de fotografía Marcell Rév y el resto de involucrados, a los que tan bien se integró John David Washington.
“Formamos una unidad, un espacio seguro que nos permitió en el set navegar las escenas honestamente. Nunca sentí que me estuvieran juzgando o que hubiera algo que pudiera ser catalogado como una mala idea. Nos dimos licencias para probar y decir lo que quisiéramos y ser lo más honestos que pudiéramos ser. Y ese espacio siento que me liberó de mucha presión (...) Si bien había mucho miedo porque quería que todo el mundo estuviera seguro y nos estábamos arriesgando también al poner de nuestro propio dinero, junto a todos los miedos creativos de por medio, había en general un sentimiento de gratitud y aprecio por poder estar allí”, explica la actriz que el año pasado se convirtió en la más joven en ganar el Emmy en una categoría de serie dramática.
Esa buena energía también hizo productiva la cuarentena de 12 días que siguieron todos en el equipo al llegar a la casa Caterpillar, una vivienda de lujo diseñada por la firma de arquitectos Feldman, que sirvió como única locación. Allí, cuenta Zendaya, terminaron de darle forma al guion, que hasta ese momento no tenía un final claro.
“Llegamos a Carmel sin un tercer acto. Sam tenía una idea de cómo terminaría la historia, pero no sabíamos realmente cómo llegaríamos allí. En esos 12 días de cuarentena estuvimos en nuestros cuartos juntos o a veces incluso en el estacionamiento y, simplemente, nos metíamos en cada parte del diálogo, cada palabra, cada momento, nos hacíamos preguntas a nosotros mismos y teníamos hermosas discusiones sobre las relaciones, sobre el amor, sobre la industria del cine y, a veces, sobre absolutamente nada en particular. Me gusta creer que todo esto se mezcló con los personajes y también que ayudó a cómo Sam terminó construyendo ese tercer acto”, dice ‘Z’, como la llama Sam en cada interacción durante la charla Zoom.
Zendaya es generosa en elogios cuando habla de Levinson, quien, en sus propias palabras, vio en ella potencial dramático cuando hasta ese momento de su carrera no había ningún trabajo que la acreditara en ese registro. “Sam no involucra su ego cuando está creando arte, él solo saca la mejor versión del guion, o del personaje, busca lo más auténtico, y eso te reta”, dice la californiana.
El director, por su parte, dice “no verle un techo al talento” de su compañera. “(No saber hasta dónde puede llegar) termina inspirándome porque las posibilidades son infinitas (...) Creo que es muy raro encontrar a gente así, con la que conectas, con la que compartes gustos y con la que te gusta trabajar y quieres mantenerte con esa persona a la que ya sientes como de tu familia para continuar creciendo”, dice el director de 37 años que forjó su amor por el cine viendo películas en TCM con su padre, estudió actuación en Lee Strasberg y empezó su carrera en el teatro.
Quizás por ello no es raro que se mencione como referencias de “Malcolm & Marie” a clásicos del cine como “Quién le teme a Virginia Woolf” de Mike Nichols o “Un tranvía llamado deseo” de Elia Kazan, y sobre todo que se destaque la “teatralidad” de la película, que le ofrece a sus actores larguísimos monólogos en los que se hacen presentes muchos guiños a la cultura popular actual (desde “The Lego Movie” hasta Denzel Washington, el padre del protagonista de la cinta) en un guion que Zendaya considera un “sueño” para cualquier actor.
¿Se trata de un punto de quiebre en lo interpretativo? La actriz prefiere no verlo así. “No creo que piense en esto de una forma tan macro, en un sentido tan general de mi carrera, sino pienso en qué me puede hacer una mejor artista. A veces, eso implica aceptar cosas que son un reto y que me asustan un poco. Y espero seguir haciendo eso, espero que cada vez que pruebe un nuevo papel o encuentre un nuevo personaje esencialmente sea un punto de quiebre. Creo que esa es la idea: tener el espíritu de querer mejorar”, afirma.
“Malcolm & Marie” está disponible en Netflix. La película ofrece un guion con muchos niveles de emociones para la audiencia, porque, aunque se eligió deliberadamente no filmarla a color, en palabras de Zendaya, los personajes son “todo lo opuesto al blanco y negro”.
La ficha:
Título: “Malcolm & Marie”
Sinopsis: Cuando un cineasta y su novia regresan a casa después del estreno de su película, tensiones acumuladas y revelaciones dolorosas los llevan a redefinir su relación.
Director: Sam Levinson
Actores: Zendaya y John David Washington
Calificación: En Rotten Tomatoes la película tiene una valoración positiva de 56%.