Amazonas: el poco explorado destino de la selva para desconectarse y hacer deportes extremos

Amazonas es una región de contrastes. Si Chachapoyas es una de las ciudades más seguras del Perú y un refugio de paz donde no circula ni un solo mototaxi, a pocos minutos de allí el viajero puede explorar senderos inhóspitos y practicar deportes extremos, capaces de acelerar el pulso hasta al más experimentado. El río Utcubamba es el escenario ideal para iniciarse en el canotaje. Su corriente suave invita a disfrutar del recorrido de hora y media y apreciar el hermoso paisaje lleno de árboles con bromelias en sus copas y aves de todo tipo. Golondrinas, patos de los torrentes y hasta un martín pescador nos acompañaron en esta aventura.

El senderismo también tiene un lugar destacado en Amazonas. La catarata Ashpachaca, en el distrito de Churuja, tiene 50 metros de caída y premia con su belleza a todo aquel que ascienda los 500 escalones que la separan de la carretera. En el ascenso podrás observar, además, bastante flora y fauna locales (y con suerte, incluso al gallito de las rocas).

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CAER CON ESTILO

Si deseas llevar la adrenalina a otro nivel, nada mejor que practicar barranquismo en el bosque de cataratas de Cuispes. Primero debes atravesar la selva durante una hora, caminando junto a helechos gigantes y árboles inmensos de más de 100 años de edad.

Se pueden visitar las cataratas de Yumbilla, Chinata, Pabellón y Cristal, pero la corona del bosque es Medio Cerro: con sus 750 metros de altura distribuidos en ocho caídas de agua, la emoción está garantizada. Luego de ponernos el equipo adecuado —que incluye wetsuit, botas, casco y arneses— y de practicar hasta aprender la técnica de descenso, es momento de abrirnos paso en el agua y comenzar con una caída de 15 metros.

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Lo que ven nuestros ojos es inolvidable: la catarata se desliza a menos de un metro de nosotros. Sin embargo, ese es apenas el inicio: el circuito continúa con tres caídas más, de 25, 5 y 35 metros respectivamente. Esta última es la más compleja y emocionante, pues a la mitad deja de haber pared en la cual apoyarse y uno comienza a bajar libremente, en el aire.

GASTRONOMÍA DE AVANZADA

También existen otras maneras de arriesgarse, pero desde la comodidad de un asiento. Muy cerca de la Plaza de Armas de Chachapoyas se encuentra El Batán del Tayta, un destino obligatorio para todo aquel que no tema probar algo nuevo. Las presentaciones de los platos y bebidas del restaurante comandado por David Sancon son de otro planeta, pero la estrella es, sin duda, la deliciosa caspiroleta de hormigas gigantes, traídas especialmente del interior de la región. Como para nunca olvidar este viaje. //