Es inevitable pensar en la playa o la piscina cuando nos referimos al verano, la estación más esperada del año. Pero también es ineludible relacionarla con los rayos ultravioleta, que no solo afectan la piel, sino también el cabello. A ello se suman otros factores como el agua salada y el cloro. La cabellera, pues, empieza a presentar problemas como resequedad de la fibra capilar, deshidratación, aumento de volumen y pérdida de brillo, por mencionar algunos.
“En esta temporada se recomienda tener un cuidado más constante del cabello. Más aún si tenemos un proceso químico ya sea por decoloraciones para mechas, balayage o tratamientos capilares”, señala Jacqui Tolentino, experta colorista. Para ello es importante el uso de champús sin sal, reacondicionadores que devuelvan el brillo y reduzcan el frizz, y una mascarilla capilar que debe aplicarse de dos a tres veces por semana.
Si planea ir a algún balneario el fin de semana, Tolentino aconseja –por más evidente que parezca– lavarse el cabello con abundante agua para retirar las impurezas como la sal de mar. “Otra recomendación postlavado es aplicar crema para peinar o sérum (aceite para el cabello) de la mitad [de la cabellera] hasta las puntas. Es la única forma de evitar que la cutícula de las puntas se abra. Si eso pasa, se esponja el cabello y se expone –más– a la resequedad”, advierte.
No deben faltar los tratamientos capilares cada 20 días, el recorte de puntas cada 45 días y, sobre todo, el uso de sombreros para conservar la humedad natural del cuero cabelludo. //