El cáncer es la enfermedad que más vidas cobra tanto en humanos como en mascotas. Las causas son muchas y responden a distintos factores; es natural asustarse, pero cuando descubrimos un tumor en ocasiones nos adelantamos en pensar que es maligno. Según estadísticas, menos de la mitad lo son. En los perros, las neoplasias más frecuentes son las de piel, seguidas por los tumores de mama en hembras no esterilizadas.
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El cáncer en los perros puede presentarse a cualquier edad y en cualquier raza; sin embargo, ataca con mayor frecuencia a las mascotas mayores de 7 años, debido al envejecimiento celular y orgánico. Es por ello que se recomienda que las mascotas mayores de 5 años se chequeen cada 6 meses.
No tiene síntomas específicos, pero los que se perciben con mayor frecuencia son pérdida de peso; salivación excesiva con mal aliento; mal olor en las orejas o secreción excesiva; bultos en la piel o en genitales, glándulas o mamas; decaimiento; inapetencia; estreñimiento; diarreas; dificultad para orinar u orina con sangre; cojeras; vómitos y excesiva sed. Como ven, son muchos y por eso es importante contar con la ayuda de un especialista para despejar dudas.
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El diagnóstico precoz ayuda a enfrentar el cáncer. Cuando ya se detectan los tumores sólidos, la primera opción es la quirúrgica. Otras opciones terapéuticas complementarias son la quimioterapia, la fototerapia para tumores sólidos y la inmunoterapia. El médico veterinario de tu mascota evaluará el caso y te recomendará el mejor tratamiento para tu engreído. No descuidemos sus chequeos periódicos.
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