En los meses de calor no hay nada más agradable que refugiarse en un ambiente refrescado con aire acondicionado. Pero eso que a los humanos nos hace sentir tan bien, podría ocasionarle problemas de salud a nuestras mascotas si no lo hacemos con moderación.
Los perros pueden sufrir de neumonía si los exponemos a cambios bruscos de temperatura. Los más propensos son los cachorros, los perros longevos o de razas braquicefálicas (nariz chata). Lo ideal es ir aclimatando poco a poco a nuestras mascotas a su uso y no exponerlas a ambientes muy refrigerados para evitar los enfriamientos que ocasionan enfermedades respiratorias.
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La temperatura recomendable del aire acondicionado debe oscilar entre los 20 y 22 °C, no menos. Además, así evitarás que se resequen o inflamen sus mucosas respiratorias, o se enfermen de faringitis, laringitis y amigdalitis. El frío extremo podría producir parálisis de unas pequeñas vellosidades llamadas cilios, que se encuentran dentro de la nariz y les sirven de defensa para proteger su aparato respiratorio de procesos infecciosos.
Exponer a la mascota a ambientes muy fríos por mucho tiempo les genera ansiedad y podrían manifestar su malestar con alteraciones de conducta, como destrozar objetos, orinarse en lugares no permitidos o tener inapetencia.
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Tampoco se aconseja que las mascotas duerman en ambientes con aire acondicionado. Es preferible que permanezcan en lugares templados, con sombra y sin corrientes de aire. Si usas ventilador, no lo posiciones para que le llegue directamente el aire.
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