Cultura, color y sabor aguardan en el estado mexicano que en 2022 fue nombrado como el destino más seguro del país por el Sistema Nacional de Seguridad Pública del Gobierno Federal. Ira a Yucatán —región bendecida con playas de arena blanca, cenotes (pozos naturales) y pirámides históricas— es un buen plan para aquellos viajeros que buscan desconexión y momentos de relax.
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Para empezar, es ideal recorrer las plazas emblemáticas de su capital, Mérida, donde se levantan mansiones, museos y haciendas que datan del siglo XIX y ostentan arquitectura colonial. Aquí, la temperatura suele bordear los 30 °C, por lo que se recomienda llevar ropa ligera, bloqueador y mantenerse hidratado. Asimismo, es imprescindible llevar un repelente adecuado, pues abundan los mosquitos debido al clima húmedo y caluroso en toda la península.
Visitar playas paradisiacas también es ideal, entre las que destacan el balneario de Akumal y la isla de Holbox. Ambas poseen una riqueza de fauna marina que te hará estar en contacto con tortugas, peces e incluso tiburones ballena. Además, y para sumar a tu viaje postales dignas de Instagram, en Holbox se da un fenómeno natural extraordinario: bioluminiscencia. Por las noches, sumérgete en un paseo inolvidable con el fitoplancton del mar como protagonista, que alumbra la oscuridad del mar con pequeñas luces azules y celestes que se activan al tacto y movimiento. La mejor fecha para hacer este mágico paseo es en abril y mayo, pues la concentración es mayor y se apreciará con más intensidad.
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-LA IMPORTANTE HERENCIA MAYA-
La zona arqueológica de Chichén Itzá es protagonista de cualquier viaje a Yucatán. Irse de aquí sin conocerla sería un grave error. Condecorada como una de las “7 nuevas maravillas del mundo” en 2007, esta impresionante pirámide (a la que llaman ‘El Castillo’) y sus ruinas datan de la época precolombina, como una de las herencias más importantes de la cultura maya. Una hora y cuarenta minutos es lo que tarda ir en auto desde Mérida hasta la zona arqueológica, y un tour grupal autorizado puede costar alrededor de 1.500 pesos mexicanos (310 soles, aproximadamente).
Asimismo, la entrada a Chichén Itzá para los extranjeros es de 243 pesos mexicanos, alrededor de 50 soles peruanos. Además de su riqueza arquitectónica (con complejos como el Templo de los Guerreros, la Gran Cancha de Pelota y la pirámide de Osario), en Chichén Itzá también encontrarás cenotes impresionantes (pozos naturales de agua subterránea), siendo el más popular Xtoloc, conocido como el ‘Cenote Sagrado’.
Una de las recomendaciones que debes tener en cuenta antes de visitar cualquier cenote de la Península de Yucatán es la importancia de su preservación, por lo que debes evitar el uso de bloqueadores solares, perfumes o maquillaje si vas a sumergirte en ellos, ya que podrías alterar su ecosistema. En cuanto a la ropa, el agua de estas formaciones naturales es muy fresca y varía según el cenote que visites, por lo que de ello dependerá el uso de ropas de baño comunes o algunas con mangas más largas. Algo indispensable también son los zapatos para el agua, ya que hay que caminar para llegar a los cenotes y los escalones suelen ser resbalosos por la humedad.
-BUEN PROVECHO-
La gastronomía es algo que no puede dejarse de lado en la cuna de los chilaquiles, la cochinita, los tamales y el pozole. Para cerrar con broche de oro, la ciudad de Mérida ofrece una oferta variada de restaurantes de cocina yucateca contemporánea. Holoch, por ejemplo, sirve deliciosas tortillas con cremoso de aguacate, frijoles refritos y carnitas de atún.
Otro de sus platos más exquisitos son los tuétanos a la parrilla, que resaltan en la fotografía de esta página. Por su parte, el restaurante Arcano no solo impresiona con una carta variada de platos, sino también con un ambiente decorado al fiel estilo de la astrología, con velas, luces y cuadros antiguos. Este es un destino que lo tiene todo: historia, diversión y naturaleza. Yucatán está esperando. //