A Jesús se le evoca en la música constantemente, pues su vida es una fuente rica para crear. Desde las primeras sinfonías hasta hoy, hablar de Jesús nunca fue un tema reservado solo para la música cristiana. Desde El gozo de Jesús por el deseo del hombre, de Bach, hasta la ópera rock Jesucristo Superestrella, la temática de Cristo mantiene intacta su potencia inspiradora.
Hay muchas canciones reconocidas popularmente que tratan sobre Jesucristo. Personal Jesus, de Depeche Mode, está inspirada en la relación entre Priscilla Presley y su esposo, el ‘Rey del Rock’. Martin Gore, principal compositor de la banda británica, explica: “Es una canción sobre ser un Jesús para otra persona, alguien para darte esperanza y cuidado. Se trata de cómo Elvis era el hombre y mentor de Priscilla, y con qué frecuencia esto sucede en las relaciones amorosas”. Aquella canción no se centra tanto en lo religioso, sino que utiliza a Jesús como el guía para una persona específica. Esta obra es una de las mejores canciones del grupo y del rock en general. Ha sido versionada por Marilyn Manson, Def Leppard e incluso Johnny Cash.
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Yendo más atrás, The Doobie Brothers también poseen una canción sobre Jesús en su repertorio. La pista se llama Jesus is just Alright y es una de las pocas canciones que ellos no compusieron. La letra no entra en un lenguaje connotativo ni complicado. Más bien, se reduce a mensajes claros y sencillos que se resumen en “Jesús es mi amigo”.
En terrenos más complejos, nos topamos con otra canción donde se habla de Jesús pero en un sentido más fúnebre. Sympathy for the Devil, de los Rolling Stones –mal traducida en Hispanoamérica como ‘Simpatía por el diablo’, cuando la real traducción es ‘Compasión por el diablo’–, es un tema que fusiona el rock y la samba. Personalmente, no me siento cómodo escuchándola. Jagger se basó en una novela que estaba leyendo, y cantó la letra en primera persona, como el mismísimo Lucifer, presentándose y recordando algunas tragedias mundiales de las que, según la canción, él fue responsable.
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Pero el primer evento que se menciona es nada más y nada menos que la vida de Jesús. “Y yo estaba ahí cuando Jesucristo tuvo su momento de duda y dolor. Me aseguré de que Pilatos se lave las manos y selle su destino”. Luego del fatal apuñalamiento –en 1969– de un fan en un concierto de los Stones en Altamont, EE.UU., no volverían a tocar la canción por siete años. Aunque el asesinato ocurrió mientras tocaban Under my Thumb.
God, de Lennon, es una composición post-Beatles en donde se habla de Jesús, pero esta vez cuestionando la religión y lo que causa en la sociedad. Por más que la mitad de la aberrante letra sea John nombrando todas las cosas en las que él supuestamente ya no cree, la canción inicia diciendo “Dios es un concepto con el que medimos el dolor”. John Lennon ya había incorporado líneas escépticas en otras canciones. En Imagine canta sobre un supuesto mundo sin males e incluye en su lista a la religión.
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Lennon no odiaba a Dios, su queja iba más dirigida a las religiones. George Harrison recuerda que en los estudios de Abbey Road, mientras John se encontraba grabando frases como “yo no creo en la Biblia, yo no creo en Jesús”, irónicamente George se encontraba en otro cuarto grabando My Sweet Lord, una oda al Señor. Y hablando de odas, no se puede hablar de canciones de Jesús sin mencionar el hit Jesucristo, de Roberto Carlos, con su potente e irresistible coro.
Todas estas canciones, salvo la de Depeche Mode, aparecieron en una época muy religiosa del rock, entre 1969 y 1973. Como también Morning Has Broken, de Cat Stevens; Jubilation, de Paul Anka; Speak to the Sky, de Rick Springfield; Jesus was a Capricorn, de Kris Kristofferson; My Sweet Lord, de George Harrison; y todo el álbum Jesus Christ Superstar. El hipismo, por lo tanto, dejó muy bien sembrados los ideales de paz y amor, que coinciden con el mensaje de Jesús. //