Dos son los factores principales que determinan la posible presencia del cáncer en nuestra vida: nuestros genes y el estilo de vida que llevamos. Sobre el primero de ellos no tenemos control alguno. Nacemos con determinada carga genética y (al menos por ahora) no hay nada que podamos hacer para modificarla. Lo segundo, sin embargo, está totalmente en nuestras manos y, aun así, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que el 30% de las muertes por cáncer podrían ser evitadas simplemente por medio de la modificación en nuestra alimentación.
La cifra debería alarmarnos. Dicho de otra manera, el 30% de las muertes por cáncer se debe a malos hábitos alimentarios. “En ese sentido, muchos investigadores consideran que el cáncer sí discrimina, porque todos tenemos el factor genético prevalente, pero hay un detonante que –en este caso– sería la alimentación, que puede darnos hasta un 30% de los casos”, afirma Andrés Anampa, nutricionista de la Liga Peruana Contra el Cáncer.
Ahora, antes que nada, seamos claros: no existe una dieta o alimento específico que por sí solo elimine o cure el cáncer. Esos rótulos son solo producto del marketing. Lo que sí existen son pautas de nutrición y determinados alimentos que al ser ingeridos de manera constante y adecuada pueden ser nuestro principal aliado para evitar la degeneración celular y fortalecer el sistema inmunológico. No hablamos de consumir cartílago de tiburón o cualquier otro exótico producto de millonarias campañas publicitarias, como las llamadas ‘dietas alcalinas’. Hablamos de alimentos simples y de fácil acceso que no solo ayudan a prevenir diferentes tipos de cáncer, sino que mantienen sano también el sistema cardiovascular e incluso el cerebro. Lo más importante es el consumo de frutas y verduras frescas. Los llamados ‘alimentos vivos’, según indica Anampa. Y mientras más colores en nuestro plato, mejor.
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Alimentos ‘VIVOS’“Para combatir el cáncer debemos consumir alimentos que tengan ADN (ácido desoxirribonucleico). Alimentos ‘vivos’ son, por ejemplo, la palta, que si se pone en una bolsa, sigue madurando. La manzana sigue respirando. Igual las verduras. No es lo mismo si hablamos de una galleta o un embutido o alimento procesado”, explica el experto. Hay estudios específicos sobre los beneficios de determinados alimentos en la prevención de cánceres muy concretos. Por ejemplo, se ha determinado que las personas que tienen un consumo constante y adecuado de alcachofa y espárragos (dos a tres veces por semana) tienen un menor riesgo de cáncer de mama.
Ello se debe a que en estos alimentos existen unos nutrientes llamados apigenina y luteolina. “En varios estudios in vitro, se ha visto que ese nutriente inhibe la proliferación de las células cancerígenas”, precisa Anampa. Existen estudios referidos también a los grandes beneficios de la palta, alimento que contiene un nutriente llamado defensinas (moléculas de la inmunidad innata que funcionan como antibióticos naturales de nuestro organismo). Se ha determinado que la defensina nos ayuda a prevenir la gran mayoría de cánceres. “La recomendación que siempre damos es que una persona puede incluir un cuarto de palta en su alimentación de manera interdiaria y lo puede alternar con aceitunas (de cuatro a ocho)”, precisa el nutricionista.Por otro lado, se ha comprobado que el consumo de frutos secos, como las castañas y las almendras, no solo ayuda a mantener una buena digestión, sino que también mejora la respuesta que tienen los pacientes de cáncer de colon cuando realizan quimio y radioterapia [ver recuadro con la lista completa de alimentos].
Sobre el estilo de vidaLa alimentación es el elemento principal, aunque no el único, cuando hablamos del estilo de vida. “Todo lo que es bueno para prevenir el cáncer es bueno para la salud en general. Un estilo de vida saludable significa, por ejemplo, evitar el tabaco. Diecisiete tipos de cáncer, desde pulmón, vegija e incluso mama, están relacionados al tabaquismo. También está demostrado que el exceso de alcohol produce incidencia de cáncer de hígado, de boca y otros. La combinación de alcohol y tabaco los potencia: no es que uno más uno es dos; es tres o es cuatro. Alguien que es alto fumador y alto bebedor tiene una gran probabilidad de desarrollar algún tipo de cáncer”, explica el doctor Roberto Gómez, director médico de Oncología Región Cono Sur Latam de MSD (Argentina, Perú y Chile), uno de los máximos exponentes en Latinoamérica en cuanto a investigación de cáncer.
Un elemento final en cuanto al estilo de vida se refiere a la necesidad de estar en el peso adecuado y, por lo tanto, evitar la vida sedentaria. “Qué importante es que cuando se hable de este tema no solo se mencione al sector salud, sino también al sector educación. Qué importante sería que en las escuelas se les enseñe a los niños hábitos saludables de alimentación, a no entrar en el tabaquismo ni el alcoholismo. Enseñarles de controles preventivos y vacunas. Eso tendría una gran efecto en el número de casos que se detectan”, finaliza Gómez. //