Laura Borlini recibe a Somos en su consultorio de Surco, tras una mañana ajetreada atendiendo a sus pacientes. Hasta aquí llegan personas con problemas de ansiedad y depresión, pero también hombres y mujeres con dependencia emocional y baja autoestima, así como parejas que buscan salvar su relación. Laura llegó a Lima a fines de los años noventa para realizar campañas publicitarias como modelo, pero desde hace un tiempo su carrera tomó un nuevo rumbo: estudió Psicología y hoy se dedica a dar terapia cognitivo-conductual, de manera presencial o virtual. “Por lo que más me buscan es por temas de pareja, o porque han terminado una relación y una de las dos partes se ha quedado sufriendo y quiere superar el duelo”, nos dice la consejera psicológica nacida en un pueblito a las afueras de Buenos Aires, pero que, después de más de dos décadas en el Perú, siente a nuestro país como su propia tierra.
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Pareciera que las relaciones duraderas en estos tiempos son algo utópicas. ¿También lo percibes así?
Lo que veo es que el tema de la infidelidad se ha puesto en discusión más que antes. En algo tienen que ver los programas de espectáculos, pero lo cierto es que pasa muy a menudo en la realidad de muchas personas. Tengo pacientes que llegan a consulta con muchísimo dolor tras enterarse de que sus parejas las engañaban. Se cuestionan si son lo suficientemente bonitas, apasionadas o inteligentes. En esos casos, lo que hago es brindarles las herramientas para que puedan superar ese trance y sentirse mejor consigo mismas.
¿Cuál es el primer paso para curar esas heridas?
Muchas veces, las víctimas de infidelidad se preguntan: ¿qué he hecho mal? Entonces, lo primero que hay que hacer es decirles que no han hecho absolutamente nada malo. Que la persona que faltó al compromiso fue su pareja. Uno puede equivocarse de muchas formas en su relación, pero nada justifica el engaño, la mentira, ni mucho menos el ser infiel. Teniendo eso claro, podemos comenzar a sanar.
¿Qué situaciones has detectado que llevan a la infidelidad?
Son varios los factores, pero hay dos que son los más comunes. El primero tiene que ver con la falta de intimidad sexual. Hay parejas que no tienen sexo durante meses o años. De repente, uno de los dos es más salvaje y apasionado, por así decirlo, y el otro es más cohibido y conservador. Entonces, al no estar sintonizados en ese aspecto, una de las partes empieza a buscar afuera lo que no encuentra en casa. No lo justifico, insisto, pero es lo que veo en el consultorio.
¿Y la otra razón?
La otra tiene que ver con lo que coloquialmente se llama relaciones tóxicas. Una pareja tóxica pelea todos los días o casi todos, se dicen cosas humillantes, o hay violencia física o verbal. Estas relaciones que son complicadas, disfuncionales, generalmente no llegan a ningún lado o terminan en infidelidad.
¿Es posible salvar la relación cuando ocurren estos casos?
Eso va a depender del compromiso de ambas partes. Me ha pasado que llegan parejas a consulta para intentar resolver sus problemas, pero algunos simplemente lo hacen por culpa u obligación. Te das cuenta de eso cuando observas que una de las partes no presta atención a lo que se está discutiendo en la terapia, o evade profundizar en ciertos temas. Es importante detectar si aún hay interés entre ambos y qué cosas los siguen uniendo para plantear estrategias de ayuda. Pero si no hay un compromiso real, es muy difícil que esa relación se pueda salvar.
¿Cómo te empezaste a interesar por estos temas?
En casa tengo dos hermanas que son psicólogas. Una ejerce, la otra no, pero siempre fue un tema que estuvo muy presente en mi vida. Yo me independicé de muy joven y me fui a vivir sola, pero un día me quedé pegada viendo una serie donde la protagonista era psicóloga. Qué linda profesión, decía. Hasta que me animé a estudiar la carrera. Me encanta ejercer una profesión en la que puedo a ayudar a otros a mejorar su estado mental y emocional.
¿Aplicas tus conocimientos en tu vida personal?
Yo soy divorciada y a veces me pongo a pensar que hace algunos años no era la Laura que soy ahora. El conocimiento, la experiencia, las situaciones y el testimonio de mis pacientes me han ayudado mucho en lo personal. Hoy en día tengo pareja y una relación completamente funcional. Todo lo conversamos de manera asertiva, nunca nos hemos faltado el respeto. Cuando hay un problema, tratamos de resolverlo. Hace tiempo atrás quizás era más emocional, más impulsiva, pero hoy aplico en mi propia vida cada estrategia que doy a mis pacientes.
¿Se podría decir que tu relación más duradera ha sido con el Perú?
[Risas]. Yo vine para hacer una campaña publicitaria porque trabajaba como modelo en Argentina. Primero estuve unos meses durante el verano, pero luego me empezaron a llamar de aquí, de allá, y sin querer me quedé. Desde un inicio me sentí muy cómoda. Todo se dio de una manera orgánica, natural. Me enamoré del papá de mis tres hijos, que son bien peruanos. Y así han pasado poco más de veinticinco años.
¿Y cuál es tu vínculo ahora con Argentina?
Yo le tengo mucho amor, por supuesto, porque es mi país. Soy de Henderson, un pueblito que está en la provincia de Buenos Aires, a unos 600 kilómetros de la capital. Los mejores recuerdos de mi infancia, y los no tan buenos, vienen de ahí. Pero casi no tengo familiares por allá, todos se han ido a vivir fuera. Si tú me preguntas si volvería a vivir en Argentina, hoy te digo que no. //
Borlini acaba de lanzar el curso virtual Cómo Superar a tu Ex y Volver a Ser Feliz. “Son distintos módulos en los que exploramos conceptos y estrategias para afrontar este difícil momento”, dice. Se puede acceder a él a través de su página web (www.lauraborlini.com) y en sus redes sociales(@lauraborlini).