Este personaje no emite casi palabra en el capítulo 3 de Luis Miguel, la serie. Pero vaya que tiene mucho qué decir del protagonista, pues a nivel profesional es quizá quien lo conoce más que nadie. Se trata de Ignacio ‘Kiko’ Cibrián, un guitarrista, compositor y productor chicano con quien el cantante ha tenido por décadas una relación de trabajo y amistad. Es él quien estuvo encargado de la hechura de, entre otros discos, “Aries” y “Segundo romance”, dos de los más exitosos del Sol. Además ha sido autor de hits como Suave, Qué nivel de mujer, Dame tu amor y más. Asimismo ha sido el director musical de miles de sus conciertos, incluyendo los de la última gira que culminó en el 2019; y también de la parte melódica que corresponde a la primera y segunda temporada del show biográfico de Netflix, siendo incluso el coach vocal del actor y cantante Diego Boneta, responsable de nuevas versiones de los clásicos que otra vez están liderando los rankings en Spotify.
Kiko Cibrián y Luis Miguel rapeando juntos en un concierto en Sevilla en 1992 (a partir del minuto 6:40)
El episodio 3 resume sustancialmente la relación entre ambos. Se muestra que Cibrián es contratado para tocar con Luis Miguel y que es despedido por este luego de enterarse de que el primero le había producido el material “Agua Nueva” a Cristian Castro, su rival profesional de entonces. Luego se observa que, tras las disculpas del caso, Kiko vuelve no solo a tener su trabajo, sino a co producir “Aries”. Cibrián, curiosamente, es compositor tanto de los hits Suave como No podrás, del hijo de Verónica Castro.
La verdadera historia de la relación de Luis Miguel y Kiko Cibrián, sin embargo, la ha contado este último al detalle en charlas y entrevistas. Y es la siguiente.
LEE: ¿Luis Miguel dictó los guiones de la segunda temporada de la serie? Habla el guionista principal
El inicio de una sociedad
Un poco de background, primero. Ignacio Cibrián nació en Tijuana (México) en 1959. Su padre pertenecía a un grupo de mariachi, por lo que desde chico estuvo muy vinculado a la música. En 1982 se mudó a California. Allí comenzó a estudiar porque quería ser jazzista. Cuenta él mismo, que tocaba una noche en un pequeño bar de San Diego cuando lo vio quien luego sería manager de Luis Miguel, el argentino Álex McClusky.
“Él me dice: ‘ando buscando banda para Luis Miguel, ¿te interesa?’ Le dije que sí, pero entonces yo no ubicaba al Luis Miguel como lo conocí. Lo tenía en mente como el chiquito con botitas doradas, el de ‘Siempre en domingo’. Recuerdo que se lo comenté a mis hermanas y mi mamá y me dijeron: ‘¿Luis Miguel, en serio? ¡Qué buena onda!’. Pasaron dos semanas y me llaman para hacer una audición con él en la Ciudad de México. Así que les dije que sí”, ha rememorado el productor, quien tiene hoy una cuenta de Instagram eventualmente activa, donde además profesa su fe cristiana.
Cibrián sigue contando: “Fui allá a comprar un disco suyo y me doy cuenta del nivel que tenía. Luis Miguel trabajaba con los mismos músicos con los que grababa Quincy Jones. Y él ya no era el ‘chavito’, sino que cantaba increíble y aparte en español y con una onda muy cool. Estaba entusiasmado, pero mi cita con él fue una semana después que llegué al DF. Nunca había estado ahí y hubo un shock cultural fuerte, estaba muy acostumbrado a vivir en los Estados Unidos. Pensé varias veces en desertar, pero finalmente no lo hice”. Él iba a ser contratado para irse de gira seis meses.
“La primera vez que lo vi fue en una una sala de ensayo. Entró y yo me quedé sorprendido al verlo. Un chico óptimo, óptimo, óptimo... Bello, pues. Yo soy bien hombrecito, pero lo vi y me dije: ‘¡qué galán está este wey’. El pelo, la piel, la ropa… Y por el espejo me miraba de reojo y pensaba: ¡uy, y qué feo estoy yo’”, bromea en un video de Youtube que lo muestra charlando en una conferencia. “Entiendan que me impresionó porque ese mismo magnetismo con el que se mete al bolsillo a miles en un concierto, eso mismo dirigido a una sola persona, en este caso a mí, pues fue mucho (ríe)… Me acuerdo que todavía tenía ese espacio entre los dientes… Llega él me extiende la mano y me dice ‘welcome’ (bienvenido). Desde allí nos llevamos muy bien, nos conectamos bastante a nivel musical”, relata.
Kiko cuenta que su plan era solo laborar con él durante esa gira de medio año. Una vez terminada, sin embargo, le ofrecen producir el disco de otro joven cantante que empezaba a despegar: Cristian Castro. Él acepta y se arma “Agua Nueva”, del cual se desprende el tema No podrás. El material lo catapultó a los primeros lugares de los rankings.
“Después de ‘Agua Nueva’ me habla el manager de Luis Miguel, se me hizo raro porque no conversaba con él frecuentemente. Era un tipo que se llamaba Hugo López, para mí, el mejor que ha tenido en toda su carrera. Él no me decía por mi nombre, me bromeaba diciéndome: ‘mariquita’. La conversación fue más o menos así:
- Mariquita, sentáte... No me gustó lo que hiciste, le robaste el estilo al joven….
- ¿Cómo?
- Sí, con este chico, el hijo de Verónica. Le quisiste robar el estilo al joven. Eso no está bien…
- Cómo, Hugo, si este chico recién esta empezando, Luis Miguel es una institución…- y en eso saca un Top Ten con Cristian en el número 1 y Luis Miguel en el 2. Yo estaba muy nervioso y hasta miedo le tenía a Hugo. Por mi cabeza pasó que me iban a correr
- Hugo, yo qué iba a pensar que esto iba a ocurrir. Esto de Cristian me ha sorprendido. Yo hice esto cuando ya no trabajaba con Luis Miguel. No sabía que no querían que grabe discos de otros, pero yo tengo que trabajar. ¿O quieren que haga los de Luis Miguel?
- Precisamente de ese te voy a hablar. El joven quiere que tú lo ayudes en el próximo”.
Rememora el productor radicado en San Diego que aquella noticia lo impresionó mucho. Hay que comprender el contexto: Cibrián era un guitarrista que tocaba en bares, nadie lo conocía y, de pronto, le estaban pidiendo que sea co productor del artista más importante de América Latina. “Cuando al director de Warner Music le dijeron que yo iba a tener esa función dijo: ‘¿Quién es Kiko? ¿Y ese wey, qué ha hecho?’. Mucho gente se opuso. Querían que Juan Carlos Calderón siguiera produciéndolo, pero ‘Micky’ estaba empecinado en que fuera yo. Nunca necesité manager. Él fue mi manager y así me quedé”.
La cosa se puso ‘Suave’
Kiko Cibrián narra también que aceptar este trabajo implicó mucho esfuerzo y responsabilidad, alejarse de su familia. “‘Micky’ me preguntó si podía escribir canciones para “Aries” y le dije: ‘voy a intentarlo’. Yo sabía lo que a él le gustaba, musicalmente nos entendíamos súper bien. La primera que salió fue Suave. Recuerdo que cuando le llevé el demo y él la escucho por primera vez al tipo le encantó. Llegaba el coro y levantaba los brazos bailando. Cada vez se convencía más que yo era la persona, a pesar de tener mucha gente en contra. Después llegaron varias canciones a nutrir el material: Hasta que me olvides, Ayer… pero para él Suave era la ‘rola’ con la que teníamos que iniciar la promoción. A él le decían que no, que era muy ‘jazzy’, pero él siguió en su trece y ya ven qué pasó”, cuenta. Resultó ser, pues, uno de las canciones más exitosas de su carrera.
Pasaron los años y juntos trabajaron también los discos “Segundo romance” y “Nada es igual”. Pero para entonces, dice Kiko, él ya estaba muy cansado y quería pasar más tiempo en familia y dedicarse a otros proyectos. Ambos dejaron de trabajar por cerca de 20 años – en ese tiempo él también estuvo involucrado en un juicio por plagio respecto de la canción Nada es igual en Argentina-.
COMPARTE: “Luis Miguel, la serie”: nuestro análisis del capítulo 2 de la segunda temporada
Luego, el productor fue nuevamente convocado como director musical para la gira “México por siempre”, que comenzó en el año 2018 y que concretó más de 150 conciertos, incluido uno en el Perú. Además, como dijimos líneas arriba, se ha encargado de toda la parte musical de la serie y de los arreglos junto a Diego Boneta. Ambos han estado publicando en sus redes sociales el trabajo que ello ha implicado.
“Que me convocara a trabajar con él después de tanto tiempo fue una tremenda sorpresa. Yo no me veía en giras otra vez. Primero llega la invitación para hacer lo de la serie (...). Conocía a Boneta, pero la emoción por hacer la serie llegó cuando lo oí cantar. Dije: ‘wow, a lo mejor si lo podemos hacer’. Pero no estaba convencido. Un productor me llevó a cenar y me dijo: ‘¿qué necesitas para aceptar el trabajo?’. Le respondí que la bendición de ‘Micky’. Si él estaba de acuerdo, yo participaba. Nunca llegó la respuesta, pero sí cartas de Netflix, MGM. Mi esposa me dijo: ‘hazlo’ y, bueno, me animé. Luego me encontré con ‘Micky’, en una reunión increíble, nos dimos un abrazo, de lágrima y todo. Yo pensaba que me iba a hablar de la serie y resultó que me habló de hacer un disco pop. Le di las gracias por su confianza. Cuando dejamos de trabajar no fue una buena situación, pero yo le di las gracias porque siempre apostó por mi. Y de pronto ya estábamos hablando de la gira y estaba en Los Ángeles ensayando”, ha contado Kiko en un Live que dio por Instagram el año pasado durante una entrevista.
LEE: “Luis Miguel, la serie”: nuestro análisis del capítulo 1 de la segunda temporada (Spoilers)
Hay que decir que Kiko Cibrián ha trabajado, además, con muchos otros artistas de talla internacional como Rocío Dúrcal, Alexander Pirex, Jerry Rivera, Ednita Nazario, y más recientemente Reik, Jesse & Joy, por nombrar los más reconocidos. Él sigue viviendo en San Diego y realizando material para diversos artistas. //