Un espejo protege de envidias la puerta principal del hostal de Susy Díaz; ese pequeño edificio lleno de inquilinos migrantes ubicado en Ate, en cuyo primer piso ella vive una vida con muchas prisas y poco tiempo para dormir. Si no la está buscando un canal de televisión, la visita algún empresario que la solicita como reina de un evento ferial, o tal vez es un prospecto de artista que la requiere como madrina para lanzarse de cabeza a los medios de comunicación. La bonachona Susy recibe a todos sin preocuparse de hurtos porque tiene una penca de sábila y una Biblia abierta en Salmos. Ambos elementos la protegen, sostiene, a pesar de que su perro Chiki se haya comido buena parte del libro sagrado (“ese perro ateo”, señala). Unas 16 cámaras le brindan seguridad aparte, porque Susy es muy creyente, pero no ingenua. Es justo ahí donde nos encontramos con ella.
—¿Cómo nace la idea de filmar una película sobre tu paso por el Congreso?
Me buscaron el 2019. Firmé contrato, pero todo se paralizó con la pandemia y ahora van a empezar las grabaciones. Conté toda mi vida para el guion, (pero) solamente están mis años en el Congreso. Les dije para hacer yo misma mi papel, pero no aceptaron. Pedí que lo haga mi hija Florcita, y tampoco.
"Creo que pasaré a la historia como una vedette que llegó al Congreso, que presentó 120 proyectos de ley"
—¿Puedes adelantar algo?
No, tienen que verla porque van a salir cosas que nadie sabe. Dios mediante, la película se estrena en octubre o noviembre. También me llamaron para grabar una miniserie sobre mi vida, pero hasta que no salga la película no puedo hacer tratos con otra producción.
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—¿Cómo crees que vas a pasar a la historia?
Como una vedette que llegó al Congreso, (sonríe) que presentó 120 proyectos de ley. Me aprobaron 34, pensaban que era bruta, pero demostré que tenía mi cerebrito.
—Eres una buena empresaria y tú te mantienes.
Empecé a trabajar (en Panamericana) desde que salí del colegio. Mi mamá siempre me llevaba a misa los domingos cuando era chiquita, y hasta ahora voy. No hago daño a nadie. A veces, quieren que hable mal del gobierno o del presidente de turno, pero no me nace criticar. No me gusta rajar.
—Tuviste un largo proceso por el caso Montesinos, que aún no concluye.
Desde el año 2000 me notifican. Son 23 años de persecución política. Me notifican de la fiscalía y el juzgado anticorrupción, me abren juicio, me embargan por 200 mil soles: 100 mil soles míos y 100 mil soles solidarios por Vladimiro Montesinos. Me la rebusqué, pedí préstamos al banco, rematé un departamento, un poco más y entraba en remate yo también. Pero pagué. Entonces, en el 2018, me llega un documento donde me cobran 188 mil soles más de intereses judiciales de los 200 mil que pagué. Ahí yo pienso: ay, Dios mío, me quieren dejar calata. Dicen que Vladimiro me dio plata, cuando él dijo que nunca me había dado dinero. Igual, me hicieron pagar.
—¿Por eso te alejaste de la política?
Gracias a Dios, hace 23 años no estoy en la política para que no digan que tengo plata del pueblo. Yo me he hecho gracias a que he sido imagen de empresas muy grandes, he sido reportera tres años, he trabajado en ‘realities’, mi plata no es de la política. Sola me caigo, sola me levanto. Un bufete de abogados me recomendó que hiciera juicio al Estado porque no debí haber pagado los 100 mil soles que le tocaba pagar a Montesinos. Pero no acepté, yo quiero mi paz, mi tranquilidad. No quiero dinero. No denuncié al Estado en ese momento, pero creo que sí debí hacerlo.
—¿Piensas postular otra vez al Congreso?
Tuve invitaciones de Somos Perú y de partidos grandes, pero no acepté porque tenía contratos con una empresa y una cláusula me prohibía que hable de política o que regrese al Congreso. Ya terminó el contrato, así que no sé. En redes sociales, la mayoría me dice que regrese. Estoy entre que sí y que no. A veces, no todo es el dinero. Más importante es la paz. También me quisieron hacer candidata a la presidencia, y les dije que con las justas dirijo mi casa, menos voy a dirigir un país.
—¿Qué le falta a la política peruana de hoy?
Me da tanta pena que nos estemos peleando entre peruanos. Solo pido calma, que los políticos sean honestos. Falta la dieta del Congreso: tienes que portarte bien, sino te llevan preso.
—Tal cómo está la delincuencia, ¿te han extorsionado?
Yo no soy millonaria para que me estén extorsionando. Gracias a Dios, vivo humildemente, como puedes ver no vivo en una residencia con piscina. Vivo arrimada en mi negocio. Quisiera poder llevar a mi hija y mis nietos a un sitio mejor, pero estoy agradecida con Dios porque tengo salud y lo necesario para poder sobrevivir.
"Yo no soy millonaria para que me estén extorsionando. Gracias a Dios, vivo humildemente, como puedes ver no vivo en una residencia con piscina. Vivo arrimada en mi negocio"
—¿Por qué crees que tenemos tantos presidentes presos?
Cuando me vinieron a buscar para que candidatee a la presidencia (me decían que ya era hora de que una mujer ocupara ese puesto), en una dije que no. Eran empresarios que habían apoyado a Ollanta. Me negué porque todos los presidentes están perseguidos, buscados o presos. Aparte, yo no tengo la letra ele en mi nombre, como la tienen ellos. Hasta Dina Boluarte la tiene.
—¿Qué opinas de ella?
La veo como una mujer que está trabajando. Tú no sabes qué es administrar un país con todos los problemas que estamos pasando. La veo viajando a provincias con los huaycos y tanta cosa.
—¿Cuál fue el último libro que leíste?
No tengo tiempo ni para leer. Hace 40 años dejé el colegio y no me acuerdo nada. Mi tiempo es solo para facturar. Lo que sí leo es la Biblia. Tengo una con letras grandes porque no veo bien.
—¿Cómo sería tu vida ideal?
Este 2023 cumplo 60, a fines de setiembre. Nací el mismo año que Gisela y Magaly. Ya no tengo la misma energía para estar todo el día que esto, que el otro. El doctor me dijo: aprende a decir que no. Elige: ¿plata o vida larga? Prefiero vida larga. Me da pena decirles no a canales. Con el estrés entran las enfermedades.
—¿Qué es lo que más te estresa?
Tú has visto que no he tenido tiempo de meterme nada a la boca. No he almorzado y son las 3. Ayer pasó lo mismo: almorcé a las 9 de la noche. Ya aprendí que para que no me dé la gastritis me como un plátano en la mañana.
—¿Estás soltera?
Estoy decepcionada de los hombres. Me han pagado mal. Todos mis ex han sacado provecho de mí, por eso me quedé con mi perrito Chiki, el único perro que me dura 18 años, no me abandona y me es fiel. Está viejito, pero me persigue a todos lados. Hace poco lo revisaron y me dijeron que está muy bien conservado, igual que su dueña.
—A tus casi 60 años, ¿quien ha sido el gran amor de tu vida?
Ninguno.
—¿El menos malo?
Creo que el papá de mi hija Florcita, Augusto Polo Campos. Me ha dado una hija tan linda. No tuve más hijos, pero Dios me ha bendecido con dos nietos maravillosos. Augusto era buen padre, un genio en construir maravillosas canciones, pero, pero… mujeriego. Me traía mujeres a la casa. Aparte, no quería que yo trabaje en la televisión o en el teatro, no me dejaba. Tenía que estar todo el día en la casa, así que le cambié la chapa a la puerta y nos separamos. Por eso terminó solo. Todo mujeriego termina solo.
—¿Sigues siendo amiga del Mero Loco, con quien estuviste 13 años?
No le hablo porque cuentas claras, amistades largas. Cuando me quedan debiendo dinero no les hablo.
—Sacan muchos memes contigo. ¿Te gusta eso?
Me divierte. A la gente le encanta que haga dietas con sus nombres. Como la dieta de Susy Díaz: hacerlo todos los días. O la de Gareca: hacerlo hasta quedar chueca.
—¿Nunca te molestas cuando te dicen tonta?
No. Porque sé que no es verdad. Llegar al Congreso sin haber gastado nada con el número 13 fue bien difícil porque había políticos que hipotecaban su casa y no llegaban. Entonces, utilicé bastante mi cerebro para poder llegar.
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—¿Por qué te has pintado el pelo de negro?
Me encanta. Todos me dicen que me queda bien: se me ve más chibola. Me quedo con el negro encima. Ya no tengo que pintarme cada semana la raíz, ni gastar en tinte.
—¿Qué crees que la gente ve en ti?
La humildad. Hay que ser humilde con el público que te ha llevado a la fama, los que te ven en la tele y dicen: ah, ella se tomó una foto conmigo, me dio una dieta.
—¿El Perú tiene esperanza?
¿De qué?
—De salir adelante.
Estamos sobreviviendo por la misericordia de Dios. Tenemos que ser más espirituales.
—¿Qué le pedirías a los congresistas?
Que hagan trabajar su cerebro. //
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