Un equipo de científicos chinos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China (USTC) desarrolló un químico robótico impulsado por inteligencia artificial (IA) para la síntesis automatizada y optimización de catalizadores destinados a la producción de oxígeno a partir de meteoritos marcianos.
Este avance, liderado por el director del Centro Nacional de Investigación de Hefei para Ciencias Físicas a Microescala de la USTC, Luo Yi, y el profesor Jiang Jun, emplea un modelo de aprendizaje automático para identificar la fórmula óptima del catalizador entre más de 3,76 millones de composiciones posibles.
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Este método, que tomaría 2.000 años con mano de obra humana, se logró exitosamente en seis semanas mediante el uso de la IA, informó hoy la agencia de noticias Xinhua.
El catalizador sintetizado demostró su viabilidad al producir oxígeno de manera estable, incluso en condiciones adversas simuladas en Marte, con temperaturas de -37 grados centígrados.
Este descubrimiento tiene implicaciones significativas para la exploración humana de Marte, ya que destaca la capacidad de la IA para contribuir al desarrollo de materiales esenciales en entornos extraterrestres, como la producción de oxígeno, la construcción de bases y la producción de alimentos.
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El profesor Jiang explicó que la IA construyó un modelo predictivo basado en el aprendizaje de más de 50.000 artículos de química, con los que proporcionó una fórmula de catalizador prometedora en un tiempo récord.
Este avance allana el camino para la eventual colonización y supervivencia humana en Marte, al permitir la síntesis de productos químicos cruciales a partir de recursos locales.
Esta lunes otro grupo de científicos chinos desarrolló un modelo atmosférico avanzado y preciso para Marte, llamado “GoMars”, una herramienta numérica que simula el entorno del planeta rojo.
Este modelo será utilizado en la próxima misión china de retorno de muestras desde Marte, programada como parte de la misión Tianwen 3 de la Administración Espacial del gigante asiático prevista para alrededor de 2028.
En los últimos años, Pekín ha invertido fuertemente en su programa espacial y ha logrado hitos como el alunizaje exitoso de una sonda, la Chang’e 4, en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro que ningún país había conseguido hasta la fecha.