El portadrones de China es, oficialmente, de uso exclusivo para la investigación y estará completamente operativo a finales de 2022, según medios estatales. Lo más resaltante es su funcionamiento con el uso de la llamada “inteligencia colectiva”, la cual simula el movimiento que realizan los cardúmenes a través del agua.
“La embarcación no solamente es una herramienta de precisión sin precedentes en los confines de lo que es la ciencia marítima sino que además es una plataforma de prevención y de gestión de los desastres marítimos, de cartografía precisa de los fondos marinos (...) y de salvamento en el mar”, señaló Chen Dake, investigador de la Academia de Ciencias Chinas. Este vehículo no tripulado transportará una cantidad no determinada de drones aéreos, marinos y submarinos, y fue calificado por el científico como una “innovación revolucionaria”.
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¿Cómo funciona la inteligencia colectiva del portradrones?
Uno de los elementos clave para el portadrones es la autonomía de movimiento. “Es un poco la analogía con un cardumen de peces: se crean formas en el agua, que no son la decisión individual de ninguno de los peces pero más bien el resultado de su inteligencia colectiva”, explicó Jean-Marc Rickly, director de riesgos globales y emergentes del Centro de Política de Seguridad de Ginebra (GCPS). “El fin último es crear una cosa que tenga capacidades de inteligencia colectiva”, añadió.
Actualmente, hay aparatos que son semiautónomos. Es decir, son programables. Pero en mayo, la Universidad de Zhejiang publicó un video que mostraba diez drones atravesando un bosque de bambú. “Ellos llegan a entender el ambiente en el que están, a identificar los obstáculos, a comunicarse para realizar una topografía de los lugares y sortear los obstáculos”, explicó el investigador.
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¿El portadrones puede tener un uso militar?
La embarcación es una herramienta que podría ser usada al servicio de los intereses chinos en la región de los océanos Índico y Pacífico. Este podría ser un paso más en el uso militar de los drones, que han sido desplegados desde Afganistán a Libia, y actualmente están en combate en Ucrania, donde muestran su importancia en las guerras modernas. Sin embargo, desde China aseguran que su uso es estrictamente científico.
Todos los grandes ejércitos del mundo trabajan en proyectos de este tipo, con el objetivo de saturar un espacio, ya sea aéreo, marítimo o submarino, con objetos poco costosos y que sean reemplazables hasta el infinito, en oposición a los dispositivos muy sofisticados pilotados por personas. China y Estados Unidos están en primera línea en esta carrera, por delante de otros actores como Israel y Turquía que también han logrado hacerse un espacio en este mercado.
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En 2020, el centro de estudios Rand Corporation estimó que la capacidad informática de un dron militar era menor a la de un teléfono inteligente. Este organismo precisó que una unidad de 900 soldados podría lanzar y recuperar 300 drones cada seis horas, sumando 1.200 salidas al día, 24 horas por día, los siete días de la semana. “La idea es la saturación, para finalmente agotar el arsenal disponible de misiles interceptadores contra el enemigo”, señaló Rickly.
“Es el primer desarrollo de este tipo, pero otras marinas en el mundo, incluyendo la estadounidense, trabajan en las posibilidades de la guerra a distancia en el dominio marino”, indicó Paul Lushenko, teniente coronel estadounidense e investigador de la Universidad de Cornell. El militar estimó que “faltan datos empíricos para sugerir que el Estado chino puede realmente emplear este navío de forma integrada”.
(Con información de AFP)
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