Esta semana, el Congreso aprobó la creación de una comisión que investigue los efectos del dióxido de cloro (CDS) en seres vivos, propuesta por Posemoscrowte Chagua (Unión por el Perú). ¿Qué tomó en cuenta el Congreso para llegar a esta decisión?
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Repasemos lo hecho por el congresista Chagua Payano en los últimos meses, quien además de político es médico, aunque sus posiciones lo alejen de la ciencia.
Posiciones anticiencia
Por ejemplo, el 6 de diciembre del 2020, UPP en pleno debate de la ley para permitir el acceso universal a la vacuna contra el COVID-19 señaló que las vacunas de Pfizer y Moderna “no son seguras” y que “modifican el ADN de la población”. Además, indicó que la campaña de vacunación iba a ser “un experimento masivo” con la población. Y, claro, probar con el CDS. Al día siguiente El Comercio explicó por qué la afirmación sobre una posible modificación genética era falsa. Como se recuerda, esa es una de las tantas afirmaciones esgrimidas por los grupos antivacunas, con las que el congresista parece estar de acuerdo.
En enero de este año, durante una sesión, el parlamentario de UPP le solicitó al presidente de la Comisión de Salud exigir que “se use lo que sí tiene evidencia de haber funcionado y ese es el caso de la ivermectina”. No contento con eso, aprovechó para solicitar que se les de espacio a mostrar sus resultados a quienes promueven el uso del dióxido de cloro para el tratamiento de esta enfermedad. “No nos cerremos a lo que nos dicen solo estas autoridades de salud, llámese Digemid”.
Como se sabe, la OMS ha recomendado no utilizar la ivermectina para los pacientes con coronavirus. En nuestro país, esta sustancia se usó para falsas promesas de curación, para que algunas empresas se favorecieran con su importación indiscriminada, pero sobre todo para aprovechamiento político.
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En febrero, Chagua pidió la anulación del estado de emergencia nacional. Entre sus justificaciones estaban que el Gobierno de Vizcarra se había dedicado a “repetir la propaganda de Bill Gates y la industria de las vacunas cuando dicen que ‘el mundo sólo volverá a ser como antes cuando todos nos vacunemos’” y que, por el contrario hay que “aprovechar el uso de alternativas baratas y de fácil uso como el dióxido de cloro, pese a que existen cientos de médicos y personal de salud que lo usan con éxito”.
El congresista de UPP, hacia la quincena y en otra sesión del pleno, señaló que el presidente Francisco Sagasti no había recibido la primera dosis de la vacuna. “Ni siquiera este señor [el presidente Francisco] Sagasti, que está al frente del gobierno en este momento, se ha vacunado. Y lo dicen las cámaras de televisión. En el video se ve claramente”. Esta acusación también fue desmentida por El Comercio.
En abril de este año, apoyó una de las mociones para censurar al presidente Sagasti, y ahora está detrás de la creación de la comisión del Congreso que investigará, durante 30 días, los efectos del dióxido de cloro en seres vivos.
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Sin evidencia real
Aunque asegura que existe mucha evidencia favorable, que justifica la creación de esta comisión -según entrevista con el programa “Reporte Semanal” de Latina-, Chagua se basa en un par de estudios: “Determinación de la eficacia del dióxido de cloro en el tratamiento de COVID 19” y “Dióxido de cloro en COVID-19: hipótesis sobre el posible mecanismo de acción molecular en el SARS-CoV-2”, ambas publicadas en la revista “Journal of Molecular and Genetic Medicne”.
En el primer estudio fue cuasiexperimental (sin población seleccionada aleatoriamente). Aunque obtuvieron resultados positivos, los autores señalan la necesidad de hacer más investigaciones, “y profundizar en estudios de seguridad toxicológica y eficacia terapéutica”. Pero hay varios problemas: este estudio no se hizo con doble ciego, grupo placebo, aleatorización ni una muestra estadística que sea significativa.
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Pero no solo eso, sino que el estudio es patrocinado por la Fundación Génesis, creada por el médico Eduardo Insignares, quien -además de ser el autor principal del estudio- es propietario, CEO y director científico de Magnofarma, un laboratorio homeopático.
Del mismo modo, y de acuerdo con una investigación del diario “El Tiempo” de Colombia, este estudio se realizó en la Fundación Hospital San Carlos, en Bogotá, sin autorización por parte del nosocomio ni del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) de ese país.
Inclusive, un usuario de Twitter -además de una serie de errores de tipeo y de conceptos- encontró que el estudio había copiado exactamente igual un párrafo de la página web de Andreas Kalcker, quien es uno de los promotores del uso del dióxido de cloro en el mundo, que logró ser invitado a una sesión de la Comisión de Salud del Congreso el año pasado y que, coincidentemente, es uno de los autores del segundo estudio citado como evidencia por el parlamentario de UPP.
Este segundo estudio, que también tiene como autor principal a Eduardo Insignares, es en realidad la revisión de otros estudios, pero tampoco tiene resultados concluyentes. Además, tiene a Kalcker como coautor.
ÚLTIMA JUSTIFICACIÓN
Para convencer a sus colegas, el congresista Chagua presentó un video en el que aparecían los españoles Jorge Gaupp y Luis Prieto Valiente. “Van a escuchar a un docente universitario, de la universidad en España, de Oxford (SIC). Un señor PhD, experto en investigación, experto en evidencias, en medicina en evidencias, y que tiene muchos estudios. Tengo su currículum acá, de 20 páginas, pero simplemente escuchen el video y, más o menos, entenderán a rasgos generales, de repente, los estudios que existen sobre el tema del dióxido de cloro. Y esto va dirigido a los médicos. A aquellos que somos muy exigentes en el tema de la medicina basada en evidencia y también es muy entendible para el público en general”, dijo el parlamentario de UPP.
Gaupp es un politólogo, doctor en Filosofía y Letras Hispánicas, y director de la Sociedad Científica de Investigación Biomédica, de la cual no hay rastro en la web. A Prieto Valiente se le presentó como doctor en medicina, postdoc en Oxford, jefe de servicio más joven en España en medicina basada en evidencia, catedrático de bioestadística y metodología de la investigación en la Universidad Complutense de Madrid.
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De acuerdo con la web española Newtral, que ha logrado gran relevancia por sus trabajos de verificación de información, calificó de engañosas y falsas las afirmaciones hechas el año pasado, a través de una carta que se volvió viral en España, por el doctor Prieto Valiente, en la que invita a “los colegas de la medicina más ortodoxa” a probar el dióxido de cloro como tratamiento contra el nuevo coronavirus y alienta a su uso experimental. “Cuestiona a las organizaciones que informan sobre los riesgos para la salud por el uso del dióxido de cloro y plantea que ninguno de esos comunicados justifica sus afirmaciones de condena del CDS con estudios propios o referencias”, dice la web, que muestra todos los estudios existentes que hacen referencia a los efectos negativos de esa sustancia.
En el video, y tras recalcar que se ciñen a la “más ortodoxa medicina basada en evidencia”, mostraron una revisión de literatura científica sobre el CDS y el clorito. Su conclusión fue que no había evidencia de que fueran tóxicos, pero nada definitivo sobre su efecto en el COVID-19.
Sin embargo, las sorpresas vendrían al final. Entre la bibliografía mostrada, El Comercio comprobó que incluyeron fragmentos de presentaciones en video de médicos, documentos de conferencias y hasta el polémico ensayo hecho por la Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa (Aememi), que llevaba un acta notarial firmada para darle validez. Además, entre los estudios que sí incluyen, en muchos se sugiere la realización de más investigaciones porque no hay evidencia concluyente.
La presentación del video de Gaupp y Prieto Valiente termina con el logo de la Coalición Mundial Salud y Vida (Comusav). ¿Te suena ese nombre? Pues es la organización que estuvo detrás de un evento organizado el año pasado por los congresistas Omar Medino y Yessy Fabirán, que hemos mencionado líneas arriba, iba a presentarse en el Congreso. Esa agrupación promueve el uso del CDS y, según la página de verificación Colombiacheck, es una organización abiertamente opositora a la OMS y está liderada por Andreas Kalcker.
Sin fundamento suficiente, el Congreso decidió destinar 30 días de trabajo y tiempo en una investigación que ya hicieron entes científicos y de la que ya se conocen los resultados.
La cifra
- 49 votos a favor tuvo la creación de la comisión investigadora, mientras que 39 votos fueron en contra y 31 congresistas se abstuvieron.
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