Por diferentes razones –principalmente desconfianza en la efectividad de algunas vacunas– muchas personas que se vacunaron con Sputnik V, Sinovac, Sinopharm o Cansino en sus países, quieren saber si pueden ahora inmunizarse con alguna otra vacuna, principalmente Pfizer o Moderna.
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—El caso de Canadá—
El hecho es que los únicos estudios científicos publicados sobre combinación de vacunas son los hechos con las de AstraZeneca y Pfizer, siendo Canadá el primero en las Américas en aprobar que esas dos vacunas puedan mezclarse.
En una Declaración del Comité de Prevención del Comité Asesor Nacional sobre Inmunización de Canadá (NACI), se estipula que además de combinar las vacunas de AstraZeneca y Pfizer, las vacunas de Pfizer y Moderna son también intercambiables, es decir, se puede empezar con una y terminar con la otra.
Para ser intercambiables, dice el comité, las vacunas deben tener las mismas indicaciones e intervalos de administración, contener tipos similares de antígenos, y ser similares en términos de seguridad, efectos secundarios, capacidad de estimular el sistema de defensa y eficacia en prevenir la enfermedad.
El intercambiar vacunas no es nuevo. El NACI recalca que se hace ya con las vacunas contra hepatitis A y B, influenza, meningococo, tétanos, tos convulsiva, poliomielitis, ‘Haemophilus influenzae’ de tipo b, y contra el sarampión, paperas, rubéola.
La decisión canadiense se basa en tres estudios europeos.
“Para ser intercambiables, las vacunas deben tener las mismas indicaciones e intervalos de administración”.
El primero es el estudio CoM-Cov del Reino Unido, en el que se compara la reactogenicidad (frecuencia de efectos secundarios) en 463 voluntarios mayores de 50 años que recibieron diversas combinaciones en el orden de administración de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer, algunos empezando con una y terminando con la otra, y publicado en “The Lancet” el 12 de mayo.
El estudio encontró que, pese a que los efectos secundarios fueron levemente mayores cuando la segunda dosis fue de una vacuna diferente a la primera, ninguno fue lo suficientemente grave como para hospitalizar a los voluntarios. Los estudios de inmunogenicidad (capacidad de formación de anticuerpos) recién estarán disponibles a finales de junio.
El segundo es un estudio observacional alemán en 326 trabajadores de la salud con una edad promedio de 34 años, en el que se comparó la presencia de síntomas después de la segunda dosis de un esquema mixto de vacunas de AstraZeneca y Pfizer/BioNTech con 12 semanas de intervalo. El estudio no demostró efectos secundarios importantes.
—Estudio español—
El tercero es un estudio español que se hizo en respuesta a la suspensión de algunos países europeos a la vacunación con AstraZeneca por la posible relación entre la vacuna y problemas tromboembólicos en personas vacunadas. En España, poco más de 2 millones recibieron la primera dosis, y se quedaron sin recibir la segunda.
Ante la sugerencia de que esas personas completen su segunda dosis con la vacuna de Pfizer, investigadores del Instituto de Salud Carlos III decidieron iniciar el 17 de abril del 2021 un estudio de fase 2 en cinco instituciones de España, en personas previamente vacunadas con la primera dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, para determinar cual sería la respuesta de los voluntarios a una segunda dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech.
El estudio CombivacS sorteó de manera aleatoria a 673 personas en dos grupos, el primero, de 441 participantes, recibió como segunda dosis la vacuna de Pfizer/BioNTech. El segundo, de 232 personas, fue el grupo control pues no recibió ninguna vacuna.
La media de edad en ambos grupos fue de 44 años y el 56% fueron mujeres, y los investigadores fueron cuidadosos en evitar sesgos de selección en género, edad y centro de participación que pudieran confundir el estudio.
Los resultados indicaron que, después de recibir la inyección de Pfizer/BioNTech, y comparado con el valor inicial, la producción de inmunoglobulina G fue 150 veces mayor. Los anticuerpos dirigidos contra la espiga del virus aumentaron casi 42 veces, con respecto al nivel de base.
Por último, los investigadores midieron la eficacia de los anticuerpos producidos por las personas vacunadas, enfrentándolos en pruebas de neutralización contra seudovirus portadores de la proteína espiga del nuevo coronavirus.
“En cuanto a los efectos secundarios [...] estos fueron leves y similares a los reportados en los estudios de Pfizer”.
Esta técnica mostró un incremento en los títulos de anticuerpos neutralizantes de más de siete veces tras la administración de la dosis de Pfizer/BioNTech, un aumento –dicen los investigadores– superior al descrito, cuando la segunda dosis es del mismo tipo de la primera. En cuanto a los efectos secundarios, documentados a través de un diario electrónico, estos fueron leves y similares a los reportados en estudios de la vacuna de Pfizer, no provocando atención médica extra ni hospitalización en ningún caso.
Todos los eventos adversos que fueron percibidos como graves por los participantes fueron evaluados en tiempo real por médicos del centro participante, y en ningún caso se confirmó esa gravedad percibida.
Gracias al estudio, el Consejo Nacional de Salud Pública de España decidió el 18 de mayo que los más de dos millones de españoles que ya habían recibido la primera dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca completen su segunda dosis con la vacuna de Pfizer/BioNTech.
—Corolario—
Al igual que en Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Noruega, España y Suecia, en Canadá es ahora posible empezar con la vacuna de Oxford/AstraZeneca y terminar con una de ARN mensajero, y combinar en cualquier orden las vacunas de Moderna y Pfizer.
Lamentablemente, no hay estudios similares de combinación con otras vacunas, por lo que no existe evidencia científica para recomendar que las personas que se vacunaron con Sputnik V, Sinovac, Sinopharm o Cansino puedan vacunarse con las vacunas de Pfizer o Moderna.
Quienes lo hagan, deben hacerlo bajo su propia responsabilidad.
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