Esta semana, la Comisión de Ciencia, Innovación y Tecnología del Congreso aprobó el dictamen para la creación del ministerio de ciencia, tecnología e innovación. El expresidente de la República Francisco Sagasti es uno de los principales detractores de esta decisión, pues considera que el Perú aún no lo necesita y que se presenta a este nuevo organismo como un solucionador de problemas, cuando en realidad solo se politizará el desarrollo científico y tecnológico del país.
El Comercio conversó con el también investigador en temas de políticas de ciencia y tecnología sobre las implicacias que traería la creación de un nuevo ministerio en las condiciones actuales.
— Al final de su mandato, aprobó la creación del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Sinacti). ¿Por qué se consideró mejor alternativa para el Perú en lugar del ministerio de ciencia?
La ciencia y la tecnología no son un sector, ni se manejan con intereses puntuales, sectoriales. Es, quizá, el ámbito que más interrelaciones tiene con otros sectores. Lo que se hizo en ese proyecto, que se aprobó en el Congreso y se promulgó el 1 de julio del 2021, fue establecer un Concytec reforzado, meritocrático; con un consejo consultivo de personalidades del más alto nivel y dos instrumentos financieros muy fuertes [Proinnóvate, manejado por el Ministerio de Producción, y Prociencia, manejado por el Concytec], armando una estructura institucional que cubra las necesidades del país. Optar por un ministerio, como se está proponiendo ahora, es simple y llanamente politizar la ciencia; politizar el desarrollo científico y tecnológico, y ponerlo a merced de los mediocres que solo les interesa un puesto político por figurar y por tener acceso a los recursos. Nosotros dejamos dos préstamos en marcha: uno por US$140 millones y el otro por US$100 millones con el Banco Mundial y con el BID [cifras recibidas hasta el momento], con lo que quedaría [el Sinacti] listo para funcionar.
“Optar por un ministerio es, simple y llanamente, politizar el desarrollo científico y tecnológico”.
— ¿Hay otras razones por las que un ministerio no es la mejor opción?
No se quiere un ministerio que esté compitiendo por recursos e influencia contra los otros 18 ministerios. Lo que se quiere y lo que funciona –y ha funcionado en otras partes del mundo– es tener un primer ministro y un presidente de la República que entiendan de la prioridad de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) y que estén comprometidos con la excelencia académica. Si creamos un ministerio manejado por gente mediocre y con el único interés de tener acceso a recursos, lo que garantizamos es demorar y bloquear el desarrollo científico y tecnológico del país. Si no hay un compromiso claro del presidente y del primer ministro, ningún ministerio va a resolver nada. No lo ha resuelto en ninguna parte del mundo, puedo dar fe de eso.
— Los temas de ciencia y tecnología son transversales, y a todos los ministerios les deberían interesar…
Claro, pero si hay un ministerio de CTI, van a decir: “Por qué voy a tener que invertir en estos temas”. Eso es lo que pasa en muchos países si no hay un liderazgo político, profesional y científico serio. Debemos evitar eso. Queremos pedir un compromiso a todos los ministerios para que dediquen una parte de su presupuesto a la ciencia, tecnología e innovación, en coordinación con Concytec, pero sin competir con otros ministerios.
— Pero los ministerios ya destinan parte de su presupuesto a temas de CTI…
Lo que garantizan el Sinacti y el Concytec es que todo quede estructurado en dos grandes programas: uno dedicado a la tecnología y la innovación; y el otro, dedicado a la ciencia y a la educación superior. Eso ya está, lo que falta es ponerlo en práctica. Ahora, desde lo operativo, la creación de este ministerio involucra un gasto de entre S/40 millones y S/89 millones adicionales, solo en burocracia, en los próximos cinco años. O sea, que se le va a quitar esa cantidad de dinero a la ciencia para satisfacer la vanidad de algunas personas que creen que un ministerio es la solución.
“Es terrible que un grupo de personas sin experiencia [...] trate de forzar una supuesta solución que va a retrasar el desarrollo”.
— Según la sustentación del dictamen aprobado, el ministerio de CTI enfrentaría situaciones como la pandemia o los derrames de petróleo. ¿Eso hace un ministerio?
Es absurdo. Eso es labor de la Presidencia del Consejo de Ministros. Solo hay que ver lo que está pasando con el Ministerio del Ambiente. Un ministerio nuevo no resuelve nada. En uno de los debates que tuve con uno de los proponentes de esto, en público, cuando me decía que “la única manera de resolver el problema de la ciencia y la tecnología era creando un ministerio”, le pregunté lo siguiente: “¿Cómo ve usted la educación en el Perú?”. Me respondió que era un desastre, que no servía para nada. Le contesté que “entonces por qué no creamos un ministerio de educación”. Es el absurdo lógico de creer que una solución burocrática resuelve un problema estructural.
— La decisión de crear un ministerio como este no se puede tomar a la ligera...
Cuando pasemos de tener 3.000 o 4.000 PhD a tener unos 20.000, recién podremos empezar a considerar la existencia de un ministerio de CTI. Su labor es proponer las políticas de Estado, su visión a futuro y gestionar esa visión. Es terrible que un grupo de personas sin experiencia ni conocimiento a fondo, utilizando argumentos totalmente espurios, trate de forzar una supuesta solución que va a retrasar el desarrollo, por lo menos, por un par de años.
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