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El robot científico Philae cumplirá su primer año posado en el cometa 67P/Churyumov-Geramisenko, y aunque lleva cuatro meses sin dar señales de vida, podría recuperar muy pronto el contacto con la Tierra.
Hace un año, la sonda europea Rosetta llevó a Philae hasta el cometa 67P con la misión de explorar directamente el núcleo mediante sus sofisticados instrumentos de observación.
Tras más de diez años de viaje interplanetario y a 450 millones de kilómetros de la Tierra, el Philae aterrizó el 12 de noviembre del 2014 en el cometa, un hito histórica que fue seguido en el mundo entero.
En su caída, el robot rebotó varias veces y finalmente se estabilizó entre dos acantilados. Gracias a sus 10 instrumentos, el Philae trabajó durante 60 horas y luego se apagó, ya que las placas solares que le permiten operar no recibían suficiente energía.
El pasado 13 de junio se despertó de nuevo, y envió información a la Tierra. Pero desde el 9 de julio no ha dado señales de vida y se teme que esté estropeado. Para que Philae pueda entrar en contacto con la sonda Rosetta, este último tiene que acercarse a menos de 200 kilómetros del cometa.
Pero durante estos meses, Rosetta se había alejado del cometa porque emitía peligrosos polvos en su acercamiento hacia el Sol.
“Estoy de nuevo a 200 kilómetros del cometa. Esto mejora las posibilidades de tener de nuevo noticias de Philae” anunció el lunes Rosetta en su cuenta Twitter, que maneja la Agencia Espacial Europea (ESA).
Now I'm around 200km from #67P again, there's a greater chance to hear from @Philae2014! Latest from lander teams: https://t.co/zRsEVzjwOi— ESA Rosetta Mission (@ESA_Rosetta) noviembre 9, 2015
“Hay buenas posibilidades de establecer de nuevo contacto con Philae. Diría que tenemos un 50% de posibilidades”, afirmó por su parte Stephan Ulamec, director del proyecto Philae.
Según Jean-Pierre Bibring, responsable científico del robot, “podríamos tener contactos con Philae esta misma semana, pero es sobre todo a partir de finales de noviembre o a principios de diciembre cuando esperamos poder retomar una serie de operaciones científicas con el robot”.
Material orgánico
El objetivo de la misión Rosetta, impulsada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), es comprender mejor los cometas, que guardan los secretos del nacimiento del sistema solar (hace 4.600 millones de años). Los investigadores esperan descubrir también indicios de cómo apareció la vida en la Tierra.
Philae ha permitido ver “casi al milímetro los granos de la superficie” del núcleo del cometa, comenta Nicolas Altobelli, un científico de la ESA.
En su primer rebote al caer, que provocó una nube de polvo, Philae detectó elementos volátiles, entre ellos varias moléculas orgánicas que forman los llamados “ladrillos de la vida”. Los instrumentos del robot también revelaron la presencia de un material orgánico de carbono en la superficie que sin duda también está presente en el núcleo del planeta.
“Tenemos que continuar examinando este material. Como es muy refractario [resistente] hay que calentarlo para que se fragmente y entre en nuestros instrumentos”, explicó Bibring.
Philae tiene pequeños hornos en su exterior y quizás algunos de ellos ya hayan capturado parte de este material que podría estar formado por macromoléculas complejas. Si no hubiera nada dentro de estos hornos, habría que perforar el suelo, indican los responsables de la misión.
Hace un año el robot ya intentó una perforación pero no dio resultados. “Habría que girarlo unos grados para que la perforadora pueda tocar el suelo, una operación que presenta algunos riegos”, advierte Bibring.
En todo caso no se podrá hacer nada si no hay una comunicación estable entre Philae y Rosetta. “Bastarían contactos de unos diez minutos al día para llevar a cabo experimentos”, explica el responsable científico.
El cometa se está alejando del Sol y están bajando las temperaturas, con lo que, según Bibring, solo hay tiempo hasta enero para intentar trabajar con Philae. Luego se tomará un merecido descanso hasta el final de la misión, prevista para setiembre del 2016.
Fuente: AFP