Las vacunas contra el COVID-19 han salvado millones de vidas en todo el mundo. Prueba de ello son las recientes olas de contagios por la variante ómicron en el mundo, que, si bien han tenido gran cantidad de casos, no se comparan con la mortalidad registrada en momentos en que no había ninguna alternativa de prevención.
Pero los efectos secundarios de las vacunas siempre han sido utilizados para desacreditar su eficacia contra casos graves y la muerte. Así, diversos personajes con gran llegada a la población han realizado afirmaciones inexactas y falsas, que contribuyen a la desinformación respecto a la emergencia sanitaria que vive el mundo.
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Uno de los más recientes episodios de este tipo ha sido protagonizado por el exfutbolista argentino Sergio ‘Kun’ Agüero, quien esta semana sugirió que la vacuna podría haber activado el problema de salud que finalmente lo dejó fuera de las canchas: la arritmia cardíaca.
“Todavía nadie supo que pasó. Pudo haber sido el COVID o la dosis. La realidad es que no lo sé. Me pasó y ahora me tengo que cuidar, pero ya tenía algo antes y quizás se haya activado, no lo sé”, dijo el argentino en un intento por explicar la difícil situación que le tocó vivir.
Pero ¿qué tanto sabemos sobre la relación de las vacunas contra el COVID-19 y los problemas en el corazón?
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Inflamación en el corazón
Las vacunas de ARN mensajero de Pfizer y Moderna se han asociado con un mayor riesgo de pericarditis y miocarditis, una inflamación del músculo cardíaco, sobre todo en adolescentes y varones jóvenes.
Un estudio publicado por la revista el British Medical Journal (BMJ) mostró en diciembre pasado que este riesgo -en mujeres y varones daneses- es muy pequeño y que las complicaciones no son graves, ya que pueden ser controladas con atención médica y fármacos actualmente disponibles. Otros estudios llegaron a conclusiones similares.
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Por ello, entidades como la Agencia Europea de Medicamentos y la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. han aclarado que estos casos son muy poco frecuentes si se toma en consideración las miles de millones de dosis de vacunas administradas en el mundo. La de Pfizer, por ejemplo, es la más usada en el Perú, según datos del Repositorio Único Nacional de Información en Salud del Ministerio de Salud, y no se han reportado casos graves de miocarditis.
Es así que las autoridades de salud de diversos países consideran que, incluso con este efecto raro de las vacunas de ARN mensajero, los beneficios de la inmunización son mayores que los mínimos riesgos en un contexto de pandemia como el actual.
“Se han reportado casos de miocarditis después de vacunación contra el COVID 19. Los reportes más completos se refieren a pacientes que recibieron la vacuna de Pfizer/BioNTech. Son casos muy raros, pero se ha reportado hasta 11 casos por millón en varones jóvenes entre 16 y 29 años. Cerca del 80% son casos leves y se resuelven sin dejar secuelas. El tratamiento es de soporte hasta la resolución de la sintomatología, según la severidad del caso”, explica a El Comercio el Dr. José Manuel Drago Silva, médico cardiólogo y presidente de la Sociedad Peruana de Cardiología.
“Cabe señalar que el riesgo de complicaciones cardiovasculares en pacientes que desarrollan enfermedad severa por COVID 19 es hasta 100 veces mayor que con la vacunación, por lo cual no debe dejarse de recibir la vacuna, pues el efecto benéfico supera largamente los riesgos”, añade el especialista.
Arritmia y miocarditis
En el caso específico del exfutbolista Agüero, se conoce que el problema cardíaco que lo aqueja es una arritmia, que es un trastorno en el ritmo cardíaco debido al cambio en los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón. No es lo mismo que una miocarditis, aclaran los expertos consultados por este diario.
Como explica Mayo Clinic, “las arritmias hacen que el corazón lata muy rápido, muy lento o de manera irregular. Una persona puede nacer con arritmia o desarrollarla durante el transcurso de su vida”. No se conocen mayores detalles sobre el diagnóstico de Agüero, aunque en su reciente declaración afirmó que “ya tenía algo antes”.
En caso haya una sospecha o quisiera descartarse una posible relación, existen procedimientos: “Se ha establecido un plan para descarte de miocarditis en los pacientes vacunados y que refieren esta sintomatología. Los exámenes a realizarse incluyen el electrocardiograma, las enzimas cardiacas, imágenes cardiovasculares como la ecocardiografía y la resonancia magnética cardiaca. Puede añadirse el Holter [test de seguimiento del ritmo cardíaco] de 24 horas en aquellos con predominio de manifestaciones arrítmicas. Existen criterios definidos para catalogar un caso como sospechoso, probable o definido”, detalla el doctor Drago Silva.
La función de las vacunas
“Tres o cuatro veces lo tuve (COVID-19), o sea, que la vacuna no sirve…”, dijo el Kun Agüero en la misma intervención. Un comentario que han repetido otros personajes famosos sobre las vacunas.
Es importan recordar que las vacunas fueron ideadas con un objetivo principal: evitar que las personas desarrollen cuadros graves, sean hospitalizadas y fallezcan. Con ello se evita que los hospitales se saturen de pacientes. Evitar el contagio no era un objetivo primario.
Y, como explicamos en informes previos, el hecho de que no eviten el contagio (infección) no hace que estas vacunas sean una mala alternativa, pues otras muy utilizadas como las de la polio o sarampión tampoco previenen el contagio.
La prueba de que una alta cobertura de vacunación salva vidas es lo sucedido en la tercera ola en el país: “Se esperaba una tercera ola por la variante Delta que no despegó gracias al avance de la vacunación, y la tercera ola por Ómicron se ha caracterizado por tener un pico [de casos] cinco veces mayor, y a nivel de mortalidad cuatro veces menor en comparación con el pico de la segunda ola”, explica el médico e investigador Percy Mayta-Tristán, de la Universidad Científica del Sur.
A más de un año de las campañas de vacunación, hay suficiente información científica -en ensayos clínicos y en la vida real- que avala el uso de las vacunas debido a su eficacia y seguridad.
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