Si por arte de magia apareciéramos ahora mismo en Marte, sin ningún tipo de protección, moriríamos de inmediato. Su temperatura promedio es de -62 °C y no hay suficiente oxígeno.
► Google Maps: así puedes visitar Marte desde tu celular► ¿Cómo serán los viajes espaciales en el futuro? Cuatro astronautas dan su opinión► EE.UU. promete que plantará “pronto” su bandera en Marte
Para solucionar este problema, la ciencia ficción nos plantea la terraformación: un proceso hipotético por el cual un ambiente hostil fuera de la Tierra se convierte en habitable para el ser humano. La NASA en el 2018 sostuvo que la idea de terraformar Marte con la tecnología actual no es posible. Sin embargo, un reciente estudio nos presenta una nueva forma de lograrlo.
—Planeta hostil—
La atmósfera de Marte es aproximadamente 96% dióxido de carbono (CO2), según la NASA. El vapor de agua y el oxígeno –parte esencial del aire que respiramos– representan menos del 1%. Asimismo, esta atmósfera es fría y 100 veces más delgada que la terrestre, lo que conduce a una presión atmosférica equivalente a menos del 1% que la de nuestro planeta. Por lo tanto, Marte no puede soportar agua en estado líquido –se evaporaría o se congelaría rápidamente–, las plantas morirían y estaríamos expuestos a la radiación dañina proveniente del espacio.
Los que defienden la posible terraformación de Marte proponen liberar el dióxido de carbono atrapado en la superficie marciana –así como otros gases de efecto invernadero debajo de esta– con el fin de generar emisiones que ayuden a engrosar la atmósfera y a calentar el planeta, llegando a un punto en el cual el agua en estado líquido sea estable en la superficie.
Lamentablemente, un estudio patrocinado por la NASA, y publicado el año pasado en “Nature Astronomy”, sostiene que no queda suficiente dióxido de carbono en Marte para proporcionar un calentamiento significativo; además, la mayor parte de este gas no es accesible y es difícil de movilizar. Con la tecnología que existe ahora mismo la terraformación no sería viable.
Por ejemplo, este estudio indica que si se calienta el suelo marciano para liberar el CO2 presente en las partículas de polvo, solo se obtendría hasta un 4% de la presión atmosférica necesaria para elevar la temperatura a un nivel adecuado.
—Un nuevo acercamiento—
Pero el sueño de terraformar Marte no ha desaparecido, sigue vigente. Investigadores de la Universidad de Harvard, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y la Universidad de Edimburgo han tenido una nueva idea: no tratar de cambiar todo Marte, sino algunas de sus partes.
Esta nueva investigación –publicada también en “Nature Astronomy”– sugiere que la utilización de aerogel de sílice –material que imita el efecto invernadero de la Tierra– podría hacer habitable regiones de Marte.
Evaluaciones en laboratorio muestran que un escudo de aerogel de sílice, con un espesor de 2 a 3 centímetros, permitiría el paso de suficiente luz visible para que ocurra la fotosíntesis, bloquearía la radiación ultravioleta dañina y estabilizaría el ambiente para que el agua esté en estado líquido permanentemente.
“Este enfoque regional para hacer que Marte sea habitable es mucho más factible que la modificación atmosférica global”, dijo Robin Wordsworth, uno de los autores de este estudio.
Según el experto, a diferencia de otras propuestas para terraformar Marte, la idea de un enfoque regional se puede evaluar sistemáticamente y con tecnología de hoy en día.
“Un sistema para crear pequeñas islas de habitabilidad nos permitiría transformar Marte de una manera controlada y escalable”, agrega Wordsworth.
Lo curioso es que los autores de este trabajo tuvieron como fuente de inspiración el mismo Planeta Rojo. Y es que aquí, a diferencia de la Tierra, las capas de hielo polar son una combinación de agua y CO2. En verano, la luz solar pasa por las capas, pero el CO2 congelado atrapa el calor. Este fenómeno crea focos de calentamiento debajo del hielo.
“Comenzamos a pensar en este efecto invernadero de estado sólido y cómo podría emplearse para crear ambientes habitables en Marte en el futuro”, recuerda Wordsworth.
Ahora, este equipo busca probar el aerogel de sílice en ambientes similares a los de Marte aquí en la Tierra, como en ciertas áreas de Chile.
—Viviendo a puertas cerradas—
José Maza, astrónomo chileno y autor del libro “Marte: La Próxima Frontera”, concuerda con la NASA, y afirma que aun derritiendo por completo los polos marcianos, el aumento de la presión atmosférica no sería significativo. No obstante, el especialista sostiene que la vida en Marte puede ser factible sin haber llevado a cabo la terraformación.
“Yo creo que es posible ir a Marte y hacer una colonia ahí. Pero la vida, tal vez por unos 100 años, tendría que ser dentro de habitáculos”, le dijo a Maza a El Comercio.
Para sustentar su idea, el especialistas pone el ejemplo de los aviones. Estos, cuando están en el aire, evitan que el ser humano esté expuesto a condiciones extremas que no podría soportar. Los habitáculos en Marte deberían actuar de la misma forma, indica Maza.
“Las condiciones fuera de un avión en pleno vuelo son muy parecidas a la de Marte: la atmósfera es muy tenue y la temperatura es baja. Pero el avión protege a los pasajeros, pues está presurizado, tiene oxígeno y calefacción. Imagínense tener sobre la superficie marciana refugios que funcionen de esta manera y que estén conectados entre sí por tubos”, detalla.
Para obtener oxígeno en Marte -señala Maza- sería necesario romper las moléculas de CO2. Respecto al agua, una posible opción es la extracción del hielo que se encuentra en las profundidades del planeta. Otro punto clave es el establecer invernaderos funcionales dentro de los habitáculos, que permitan cultivar frutas y verduras. La crianza de animales grandes, como vacas, resultaría imposible por la alta exigencia de recursos.
Durante el tiempo en que los seres humanos vivan dentro estos refugios, la terraformación podría realizarse poco a poco. Hablamos de un proceso largo y riguroso.
Síguenos en Twitter...
-
-