Jugar no siempre es sinónimo de pasar un buen rato, ya que una mala conexión o contrincantes más hábiles al otro lado de la pantalla pueden hacer que se desate lo que se ha llamado la ‘furia del gamer’, que puede arruinar el ambiente e intimidar a otros jugadores.
Más de dos tercios de los jugadores se enfadan cuando pierden, y ocho de cada diez se desesperan cuando una mala conexión a Internet arruina su partida, como se desprende una encuesta realizada por Opera GX.
En estas circunstancias se desata la ‘furia del gamer’, un estallido de rabia y frustración que muchos han experimentado en su propia piel o que han sentido en otros jugadores, según recoge la compañía en un comunicado.
Casi dos tercios de los encuestados (73% en Reino Unido y 74% en EEUU) han tenido que reflexionar sobre sus propios ataques de ira en el pasado, mientras que las actitudes negativas de otros jugadores han hecho que la mitad de los encuestados (46% en Reino Unido y 49% en EEUU) se sientan deprimidos en ocasiones.
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Además, el 18 por ciento de los encuestados de Reino Unido y el 32 por ciento de los de Estados Unidos revelaron haber sido intimidados mientras jugaban, mientras que una cuarta parte de los jugadores de Reino Unido (25%) y un tercio de los de EEUU (38%) admitieron que sus propios comentarios agresivos habían arruinado el ambiente.
En este contexto, la encuesta revela que los mayores perjudicados suelen ser los objetos más cercanos y apreciados: los dispositivos. Así, uno de cada cinco jugadores británicos (19%) y uno de cada tres estadounidenses (29%) admiten haber roto alguno de sus periféricos durante uno de sus momentos de rabia.
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