Desde que los seres humanos empezaron a tener domicilios en cavernas durante la prehistoria, han intentado adecuar estos lugares a sus necesidades. Sean estas de temperatura, iluminación, seguridad o simplemente estéticas, la humanidad ha dedicado esfuerzos extremos durante los últimos miles de años intentando crear nuestro lugar perfecto para habitar. Sin embargo, durante las últimas décadas la tendencia se ha modificado un poco, poniendo el énfasis no en crear un lugar que sea cómodo en todas circunstancias, sino en una casa que automáticamente pueda adaptarse a nosotros dependiendo del momento.
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Es aquí donde entra la domótica, de las palabras griegas ‘domus’ (casa) y ‘autónomo’ (que se gobierna a sí mismo), una creciente disciplina que busca crear lo que se llama una casa inteligente y que será uno de los temas centrales del Expodeco 2024, la feria especializada en diseño y arquitectura que se realizará entre el 4 y el 8 de setiembre en el Centro de Convenciones Corporación E. Wong de La Molina.
Para entender más del concepto de la domótica, El Comercio habló con Eduardo Cabezas, arquitecto especializado en el tema y uno de los expositores del evento, así como el CEO de Smart House, Óscar Barrena, quienes describieron a este término como un conjunto de tecnologías que automatizan ciertas funciones de un hogar para responder a las necesidades de sus usuarios y lograr una habitabilidad más agradable.
Este concepto es quizás mejor caracterizado por The Clapper, aquel invento que causó sensación en los 80 y 90 al permitir controlar las luces de una habitación con un aplauso, pero en la actualidad se ha expandido a controlar muchas más cuestiones fuera de la iluminación como la calefacción, la seguridad, los sistemas de entretenimiento, los implementos de la cocina y hasta las cortinas del hogar.
Una casa adecuada a tí
Pero entonces, ¿cómo sería una de estas casas inteligentes? Eduardo Cabezas nos describe un hipotético caso de un cliente que le gusta empezar sus mañanas con la luz matutina en vez del sonido de un despertador. Una casa adecuada a los principios de la domótica podría programar las cortinas para que se abran a la hora indicada para permitir la entrada de la luz del Sol. Mientras tanto, en la cocina una cafetera podría estar programada para empezar a hacer el brebaje en un momento predeterminado para que esté listo para el desayuno. Mientras tanto, en una situación donde esta persona recibe huéspedes, puede utilizar un comando de voz como “modo visita” para que se activen ciertas luces y se toque un playlist predeterminado para crear una atmósfera festiva o relajante.
Con sistemas tan complejos y con tantas posibilidades, la personalización es quizás el principio más relevante para este tipo de instalaciones. “Es una situación bastante personalizada y no hay una oferta que vaya para todos. Todo depende de las necesidades del cliente y sus presupuestos”, indicó Cabezas. “Cuando vamos a desarrollar un proyecto, hacemos una entrevista muy personal con el usuario para saber cómo es su día a día, su rutina antes de ir al trabajo y al regresar a casa. De todo eso, podemos responder a sus necesidades.”
La domótica no solo tiene que ver con la comodidad y el entretenimiento, tocando también temas de seguridad con implementos como cerrojos inteligentes que pueden ser controlados desde el celular del usuario, sensores de humo y de detección de movimiento y hasta cámaras con reconocimiento facial.
Las cámaras en particular pueden ser cruciales para una casa inteligente, permitiendo no solo las grabaciones, sino también activar los sistemas automatizados de tu casa. Es así que el CEO de Smart House, Óscar Barrena, nos describe un escenario donde alguien programa las cámaras exteriores de su hogar para delinear perímetros infrarrojos con diferentes funciones.
“Por ejemplo, puedes programar la cámara del flanco derecho de tu casa para que se prenda una luz si detecta si algo con más de 30 centímetros de alto pasa por ahí, evitando mandar alertas falsas por animales como perros y gatos pequeños”, indicó Barrena a este Diario. “Otro ejemplo, esta vez relacionado al cuidado de los niños, es utilizar el haz de luz infrarroja de las cámaras para marcar el perímetro de la piscina y recibir una alerta si alguien de una altura menor a la indicada lo traspasa”.
Uno de los temas principales del Expodeco 2024 será el gerontodiseño - del griego ‘Geron’ que significa ‘hombre viejo’ -, una disciplina que se centra en la creación de espacios seguros, accesibles y confortables para las personas mayores, algo que se hace aún más relevante en un país como el Perú, donde 4 millones 500 mil de sus habitantes son mayores de 60 años. No sorprenderá saber qué esta disciplina tiene bastante relación con la domótica, al no solo poder suplir la pérdida de facultades físicas con implementos de sistemas de control remoto o por voz, sino también ayudar al monitoreo de los pacientes de cualquier emergencia gracias a cámaras de seguridad, sensores de humo y de detección de movimiento.
La inteligencia artificial también ha encontrado espacio en la domótica, y Óscar Barrena resalta que este año se han presentado novedades como sistemas IA con algoritmos aprenden las costumbres de sus usuarios y analizan sus rostros para tomar decisiones. “Si te ven cansado al llegar a tu casa, pueden atenuar la intensidad de las luces y en cuestión de entretenimiento puede saber si prefieres Disney+ a Max”, consideró. “La primera etapa de la automatización había que accionar de todas maneras, en la segunda etapa vino un tema de voz y ahora viene el tema de IA, donde la meta es que todo en la casa sea automático.”
Costos y beneficios
Quizás la única desventaja de la domótica es su relativamente alto ticket de entrada, el cuál asciende como mínimo a miles de dólares. Para Óscar Barrena es difícil saber cuánto es el promedio para crear una casa inteligente, aunque señala que se puede hacer algo interesante en un departamento de 150 mil metros cuadrados por cinco mil dólares. Es un costo alto, pero que incluye no solo el precio de los dispositivos, sino también el trabajo de los expertos para colocarlos en los lugares ideales para servir las necesidades de sus usuarios.
“La solución tecnológica tiene que venir de los diseñadores y arquitectos, porque el planteamiento espacial lo trabajamos nosotros para ver dónde se ubican los aparatos y accesorios de la domótica para que funcionen bien”, destaca el arquitecto Eduardo Cabezas. “No es simplemente que compremos algunos gadgets, sino que es un trabajo en conjunto entre arquitectos, diseñadores y empresas donde trabajamos de uno a uno para hacer la instalación y el soporte.”
“Tiene que ser un ‘match’ donde el arquitecto tiene que validar que quede bien”, acotó Barrena. “De lo contrario es un pan con mango, donde si bien se puede hacer, es un desastre y un dolor de cabeza.”
Los beneficios son claros no solo en comodidad y seguridad, sino incluso en ahorro de energía gracias a la iluminación inteligente. Adicionalmente, un sistema integrado realizado bajo los principios de la domótica por profesionales puede durarle al usuario entre 10 y 15 años, con la posibilidad de ser actualizable. Se trata de una propuesta atrayente y el CEO de Smart Home calcula que en nuestro país se implementan entre 25 casas y departamentos con sistemas de domótica al mes, lo que quiere decir que para un grupo selecto de nuestros compatriotas, las casas del futuro ya son un presente.
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