Para muchos Mario Moreno, más conocido como Cantinflas, fue el mejor actor de comedia de la historia de México y recordamos su onomástico. Además, de su gran talento para la actuación, fue un hombre solidario. En una de sus visitas al Perú no dudó ayudar a un niño que lo admiraba.
En su tercera visita a nuestro país, en mayo de 1964, se presentó en la Plaza de Toros de Acho para montar un espectáculo mostrando sus dotes de torero y cómico.
Cantinflas hizo delirar al público peruano que gozó con cada baile que hacía con el becerro. Abrió su presentación con un tango, le siguió “La flor de la canela” y terminó bailando una marinera.
Tras la fiesta brava, el actor mexicano estuvo unos días más en Lima, en donde gracias a una enfermera del Centro Médico Naval se enteró que el niño sobreviviente de un accidente aéreo, Jorge Alberto Enríquez, quería conocerlo.
El mexicano no se hizo de rogar y llegó hasta el hospital para estrecharle la mano y saber de su salud.
Esta no fue su única muestra de cariño y solidaridad. También fue uno de los primeros en colaborar con la colecta “La marcha de los reales” que por aquella época ayudaba a la Cruz Blanca, cuyo objetivo era realizar obras sociales con niños de bajo recursos.