Fue como sacado de una película de fantasía. El rey en exilio regresa para corregir las fallas de su impopular heredero y volver a tomar las riendas del ‘reino mágico’ de Mickey Mouse para llevarlo nuevamente a la gloria; todos los elementos de una épica aventura, aunque una que reemplaza las capas, espadas y magia con los ternos, informes empresariales y los gráficos de cotizaciones. En este caso Bob Iger, el legendario CEO de la Walt Disney Company, volvía a su puesto en reemplazo de su sucesor Bob Chapek, un impopular líder que había generado grandes cambios en el titán del entretenimiento cuyas consecuencias llevaron a su caída.
Las circunstancias en las que se dió el despido fueron igualmente dramáticas, ocurriendo la tarde del domingo 20 de noviembre durante el preámbulo de un esperado concierto de Elton John - el último de su gira en los Estados Unidos - en el Dodger Stadium de Los Ángeles que Disney+ iba a transmitir por streaming. Chapek tenía programada una aparición, pero la canceló a mediodía. Su mano derecha Kareem Daniel, cabeza de Disney Media and Entertainment Distribution que Chapek creó, estuvo brevemente en el estadio, pero se retiró luego de que se diera a conocer la noticia.
Así terminó el reinado de dos años de Bob Chapek, sin ninguna mención en el correo interno donde Bob Iger aceptaba con “gratitud y humildad” su regreso al cargo. La guerra de los Bob tenía un ganador.
Sucesor al trono
¿Pero cómo se llegó a este punto? Para eso tenemos que remontarnos a la historia de estos dos ejecutivos. Bob Iger quizás no necesita carta de presentación, pero es indudablemente uno de los más influyentes que ha tenido la ‘Casa del Ratón’, compañía que lideró durante 15 años. Curtido como ejecutivo en la American Broadcasting Company (más conocida como ABC), Iger se incorporó a Disney cuando la televisora fue adquirida por la multinacional en 1995, llegando al cargo de presidente de Disney en el 2000 y elegido como sucesor del CEO Michael Eisner en 2005.
Durante su tiempo a la cabeza de la organización logró increíbles cambios para la compañía al estar a cargo de la adquisición de Pixar, Marvel y Lucasfilm, así como la compra de 21st Century Fox en 2019. Pero quizás su mayor contribución fue el establecimiento del servicio de streaming Disney+, viendo en este tipo de plataformas el futuro de la empresa.
Pero acercándose a los 15 años a la cabeza del imperio, fuerzas internas dentro de la compañía y los inversores ya pedían un cambio. Elegir a un sucesor es quizás la decisión más importante que tiene que hacer el líder de una compañía y una mala decisión puede arruinar el legado del CEO más celebrado. Así lo vimos con Jack Welch, el celebrado ejecutivo que lideró el gigante tecnológico General Electric entre 1981 y el 2001, y quien se arrepintió hasta su muerte en 2020 su decisión de pasarle la batuta a Jeff Immelt, ejecutivo que llevó la compañía a su (relativa) irrelevancia actual.
En el caso de Disney, es aquí donde entra Bob Chapek, otro ejecutivo que hizo carrera en Disney tras unirse a la empresa en 1993. Comenzó como director de marketing de Buena Vista Home Entertainment, división en la que escaló hasta convertirse en su presidente en 2006 tras llevar a la compañía de la era de VHS a la de DVDs y Blu-ray. De ahí fue promovido al jefe de distribución de Walt Disney Studio en 2009, para luego pasar a presidente de Disney Consumer Products y, finalmente, presidente de la división de Parks and Resorts - encargada de los importantes y lucrativos parques de diversiones de la compañía - en 2015.
Chapek era descrito por sus colegas como un “experimentado operador” que ponía los intereses de la compañía sobre cualquier agenda política. “Es agradable sin tener una gran personalidad”, señalaba un veterano de Disney a Variety. Esto factores, junto a una larga experiencia en Disney que le permitió conocer los pormenores de varias de sus divisiones, fueron cruciales para que Iger lo elija como su sucesor sobre candidatos más populares como el entonces jefe de la Direct-to-Consumer Kevin Mayer, quien se encargó del lanzamiento de servicios como Disney+, ESPN+ y Hulu+; y Tom Staggs, entonces presidente de Disney Parks, Experiences and Products.
Cabe señalar que si bien el anuncio de la sucesión se hizo en febrero del 2020, un reportaje del New York Times indicó que Chapek ya había sido seleccionado desde el 2018. Fuera cual fuera la realidad, el tiempo de Bob Chapek como jefe ejecutivo de Disney ya había comenzado, con Iger asumiendo el cargo de presidente de la compañía hasta el 2021, el Pepe Grillo listo para susurrarle consejos a su sucesor.
¿Qué salió mal?
El reinado de Bob Chapek se vio dificultado por circunstancias fuera de su control, con la pandemia del COVID-19 causando estragos tanto en la industria del entretenimiento como la de los parques de diversiones, dos de las principales fuentes de ingreso, y en ese aspecto inicial no ha sido gran blanco de críticas, logrando alejar a la compañía del desastre financiero con cierta destreza.
Sin embargo, tras bambalinas no todo iba bien en la compañía y confidentes de Bob Iger indicaban que este se lamentaba en privado como la aparente falta de empatía e inteligencia emocional de Chapek estaban causando que hubiera un distanciamiento con la parte creativa de Hollywood, haciendo que Disney perdiera su rumbo.
Un ejemplo de esto se pudo ver en la pelea que Disney tuvo con la actriz Scarlett Johansson por la división de las ganancias de la película de Marvel “Black Widow”. Estrenada en medio de la pandemia en simultáneo en cines y en Disney+, la cinta experimentó una reducida taquilla, cuestión particularmente importante para la actriz cuya parte de su salario dependía de que tan bien le iba al filme en la pantalla grande. Y si bien Disney logró llegar a un acuerdo a fines del 2021, el daño en la reputación de la compañía ya estaba hecho.
Las quejas llegaron a los oídos de Chapek, enfriando aún más la relación entre ambos, un distanciamiento que llevó a que el CEO no buscara el consejo de su predecesor durante la crisis causada por una legislación anti-LGBT lanzada por el estado de Florida - sede de Walt Disney World - a inicios del 2022, con la respuesta inicialmente ambivalente de Disney causando críticas fuera y dentro de la compañía.
No fue el único motivo de reproche en contra de Chapek, cuya decisión de centralizar todas las decisiones económicas de sus producciones en una nueva división llamada Disney Media and Entertainment Distribution - liderada por su teniente Kareem Daniel- como manera de controlar los gastos resultó tremendamente impopular entre los equipos creativos, acostumbrados durante la época de Iger a una mayor autonomía para manejar por su cuenta estos temas.
A pesar de estos baches, Bob Chapek parecía que iba a continuar liderando Disney y en junio firmó una extensión de contrato que lo mantendría a la cabeza de la compañía al menos hasta 2025. Todo cambió el 8 de noviembre, donde durante una llamada de ganancias con los inversionistas Chapek presentó con curiosa despreocupación los desastrosos resultados de ese trimestre, los cuales estuvieron muy por debajo de lo esperado. Y si bien el CEO aseguró que esta situación era el punto de quiebre para un futuro más prometedor, la enorme caída de hasta 13% del valor de las acciones de Disney llevó a que se hablara más públicamente de la necesidad de reemplazarlo.
Esta situación no mejoró cuando el 11 de noviembre Chapek mandó un aviso donde señalaba que la compañía tendría que tomar medidas de austeridad, incluyendo el despido de empleados, decisión que ciertamente no se ganó el cariño de la fuerza de trabajo de Disney.
Fue el 17 de noviembre a las 3 p.m. cuando Iger recibió la llamada de la presidenta de la junta directiva de Disney, Susan Arnold, pidiéndole que regresara al cargo. Él aceptó.
¿Y ahora qué?
La rápida caída de Bob Chapek y el regreso de Bob Iger fue celebrado dentro y fuera de la compañía, con las acciones de Disney aumentando en 10% un día después de conocerse el anuncio. Sin embargo, su reinado será relativamente breve, de solo dos años, mientras busca encontrar a un nuevo sucesor en el rol de CEO.
Mientras tanto, el ejecutivo se ha apresurado en desmantelar algunas decisiones de su ahora predecesor, mostrándole la puerta de salida a Kareem Daniel y realizando cambios para devolverle la autonomía a las otras divisiones.
Sobre qué más hará durante su nuevo tiempo, por el momento solo hay especulaciones, aunque algunos medios teorizan que Iger tiene planeado vender la compañía a Apple, una mordida de manzana que ya es para otra historia.
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