Todos los vimos por TV. Chris Rock acababa de hacer un desatinado chiste sobre la calvicie de Jada Pinkett, la esposa de Will Smith que lo acompañaba en su mesa. A pesar de que la primera reacción de Will fue sonreír, Jada mostró su molestia con un gesto adusto. Pocos segundos después las cámaras lo captaron acercándose, con aparente calma, a Chris Rock. Antes de que el cómico pudiera reaccionar, quien fuera protagonista de Ali pareció capturar el espíritu que su personaje tuvo sobre el ring para aplicarle un furibundo golpe a su colega, que quedó anonadado. Todos, desde varios rincones del mundo, sentimos una mezcla de incomodidad y extrañeza. ¿Esto estaba planeado?, nos preguntamos, mientras Will volvía a su asiento y le decía a Rock, de un grito: “¡Mantén el nombre de mi esposa fuera de tu p*** boca!”. “Así lo haré, ¿ok? Eso ha sido... la mejor noche en la historia de la televisión”, le respondió Rock, tratando de mantener la compostura. Nadie, ni en el Dolby Theater de Los Ángeles, donde se celebraba la 94 ceremonia del Oscar, ni mucho menos en el resto del planeta, entendía qué estaba pasando.
¿Por qué millones de personas que solo querían disfrutar una premiación de las mejores películas del año tuvieron que verse expuestos a una chocante escena de violencia? ¿Qué quería demostrar Will Smith al hacer algo así, a pesar de saber que podría convertirse en mal ejemplo para muchos telespectadores confundidos? ¿Por qué le molesto tanto la comparación física con G. I. Jane –por la cabeza rapada de Jada- si es este un personaje luchador y positivo para la reivindicación de la fortaleza femenina? ¿Qué significaron las palabras que dijo minutos después, cuando, entre sollozos y lágrimas, justificó su accionar mencionando a Dios, al diablo y a “las cosas locas que uno hace por amor?
Algunos medios no tardaron en recordar que no fue la primera vez que Smith perdió el control cuando algo no le gustó. Hace 10 años, en la premier de “Men In Black 3″, un reportero ucraniano lo abrazó y lo besó. Will accedió muy amablemente hasta que el reportero le dio un ósculo en los labios. “¿Qué te pasa, hombre?”, le dijo el actor, al tiempo que le daba una leve bofetada en el rostro con su mano izquierda. Mientras el reportero permanecía confundido, Smith siguió atendiendo a los demás periodistas casi sin inmutarse, como hizo en el Oscar instantes después de agredir a Rock. “Me besó en la boca”, dijo ante ellos, para explicar su reacción.
Para quienes lo recuerdan como el simpático personaje de “El príncipe del Rap” o como el Agente J de la mencionada “Men in Black”, debe haber sido impactante verlo actuar de esa manera, lejos de sus usuales maneras amables y sus sempiternas sonrisas. Más impactante aún fue verlo ganar el Oscar minutos después, y llorar al recibir el premio con justificaciones que han marcado más la distancia entre sus seguidores y sus detractores.
Quizás debió hacerle caso a lo que Ricky Gervais les dijo a los actores asistentes a los Globos de Oro de hace apenas dos años: “Riámonos, pero a costa de ustedes, ¿Está bien? Recuérdenlo, solo son bromas. Todos nos vamos a morir pronto y no tenemos una secuela”.
Fui leyenda
“Una noche, mientras lo sacaba con delicadeza de su habitación hacia el baño, una oscuridad surgió dentro de mí... Cuando era niño siempre me dije a mí mismo que algún día lo haría. ‘Vengaré a mi madre’. Pensé que cuando fuera lo suficientemente grande, cuando fuera lo suficientemente fuerte, cuando ya no fuera un cobarde lo mataría (...). Me detuve en la parte superior de las escaleras. Pensé que podría empujarlo y quitármelo de encima fácilmente…” Con estas palabras, Will Smith estremecía a sus seguidores en “Will”, su autobiografía publicada el año pasado. En ese pasaje del libro, el actor admite haber pensado en asesinar a su padre, al que cuidaba cuando estaba enfermo de cáncer, por los golpes y abusos que vio infligirle a su madre, con la que tiene una relación muy cercana, cuando era niño.
“Dentro de todo lo que he hecho desde entonces –dijo, en referencia al día que vio a su padre golpear a su madre hasta hacerla sangrar-, los premios, los elogios, los personajes... hay una cadena de disculpas hacia mi madre por mi inacción ese día, por no hacer frente a mi padre, por ser un cobarde”. Este pasado marcado por la violencia quizás explique, de alguna forma, episodios como el sucedido la noche del Oscar.
Incluso llegó a comparar a su padre con Richard Williams, el progenitor de las tenistas Venus y Serena a quien encarnó Smith para obtener su primer Oscar: “Richard Williams se parecía bastante a mi padre en muchas cosas. Ambos eran afroamericanos y nacieron y crecieron después de la Segunda Guerra Mundial en unas circunstancias muy similares en ambos casos. Y yo, pensando cuáles eran las principales diferencias, vi que mi padre había sido militar y nos enseñó a seguir y obedecer órdenes, mientras que Richard Williams supo influir en los sueños de sus hijas. Pese a que él tenía sus propios objetivos, supo relajar la búsqueda de esos objetivos para dar a sus hijas el margen de crearse las vidas que ellas se quisieran crear. Y él estaba ahí dándoles apoyo constantemente”. A pesar de las palabras de Smith, al ver la película muchos pueden entender a Williams como un personaje tenaz, sí, pero también bastante tóxico y opresivo. “Mi padre maltrataba a mi madre, pero al mismo tiempo también es uno de los mejores hombres que he conocido”, llegó a confesar Smith.
“No conocemos todos los detalles de lo que sucedió, pero no aprobamos que nadie golpee a nadie, a menos que sea en defensa propia”, dijo Richard Williams en un comunicado tras conocer el incidente.
“Yo había visto a mi padre golpear a mi madre. Creo que mi deseo de que mi hijo no viera peleas ni discusiones -con su madre- me hizo estar ausente como padre. Quería crear suficiente distancia”, confesó alguna vez Will Smith sobre su poca relación con su hijo mayor, Trey, durante su infancia, ocasionada, según dijo, por la mala relación que tenía con su madre, la empresaria Sheree Zampino, de la que posteriormente se divorció. Trey llegó a confesar que en su infancia se sintió desamparado. Se dice que fue Jada quien ayudó a que su relación mejorara. Curiosamente, en la actualidad, Sheree, Will y Jada han publicado alguna foto juntos y comentarios cariñosos en sus redes sociales, como símbolo de la buena relación que tienen hoy.
La verdad oculta
“No es fácil de afrontar, estoy luchando contra problemas de pérdida de pelo. Un día estaba en la ducha y, de repente, encontré que tenía puñados de pelo en mis manos”, indicó en diciembre del año pasado Jada Pinkett Smith, en “Red Table Talk”, el programa que tiene desde el 2018 junto a su hija Willow y su madre Adrianne en Facebook Watch y que cuenta con casi 3 millones de seguidores en su cuenta de Instagram. En aquella oportunidad, la actriz nacida en Baltimore hace 50 años, confesó que sufría de alopecia femenina, padecimiento que se caracteriza por la pérdida anormal del pelo. Aunque en un primer momento entró en pánico, su hija Willow la animó a raparse. “Hay gente que tiene cáncer y a ti solo se te cae el pelo”, le dijo. Entonces, Jada aseguró que se resignó y asumió su enfermedad. “Cuando lo miré desde esta perspectiva, realmente me tranquilizó”, fueron sus palabras textuales. En algunos videos de su cuenta personal de Instagram, ella misma ironiza con esa condición, se muestra sin pelo y señala cuáles son las zonas de su cabeza dónde parecía ya no crecer. “Yo y esta alopecia seremos amigas. Punto”, indicaba en un video, con optimismo. Si el tema estaba asumido por ella públicamente, incluso con humor, ¿Por qué su esposo reaccionó de esa manera?
Fue en el mismo Red Table Talk donde Jada reveló haberle sido infiel a Smith con el rapero August Alsina en un momento de separación, hace algunos años. Eso sorprendió a sus seguidores, a pesar de que ambos confesaron que tienen una relación abierta, en la que han tenido relaciones con otras personas. En una entrevista del año pasado con Today, Smith se refirió a Jada como “la mejor amiga que he tenido, sin lugar a dudas, punto”. Y agregó: “La amistad, el compromiso y la devoción que tenemos el uno por el otro es diferente a todo lo que he experimentado en mi vida”. Este año cumplirán 25 años de casados.
La búsqueda de la felicidad
“Denzel Washington me lo acaba de decir. ‘Ojo, en el momento más importante de tu vida es cuando llama a la puerta el demonio’”, fue una de las frases de Will Smith al recibir el Oscar a Mejor Actor por su trabajo en “King Richard”. Habían pasado solo unos minutos de la agresión a Chris Rock y el público demostró, con sus aplausos, haber olvidado pronto el incidente. Con aquellas palabras iniciales se refería de forma enigmática a lo que había ocurrido. Es un detalle curioso que Denzel le haya dicho eso en la misma ceremonia en la que estaba nominado por un personaje como Macbeth.
“Richard Williams fue un acérrimo defensor de su familia. En este momento de mi vida estoy abrumado por lo que Dios me está pidiendo que haga y sea”, agregó al actor, yendo del infierno al cielo con absoluta normalidad, pero entre lágrimas que no paraban de brotar de sus ojos en pleno speech. “Quiero ser embajador del amor (…) Mis lágrimas no son por haber ganado el Oscar, son lágrimas por ser capaz de arrojar luz sobre todas las personas, todo el elenco de ‘El Método Williams’”, agregó, instantes después, en el discurso más largo de la noche. Antes de despedirse, esperando que la Academia “lo vuelva a invitar”, sentenció: “el amor te hace hacer cosas increíbles”.
Dios, el diablo, la iluminación, el amor como justificación de la violencia. ¿Qué cosas pasan por la cabeza de Will Smith?
En sus palabras llegó a pedir disculpas al público y a la Academia, pero no a Chris Rock. Solo lo hizo al día siguiente de la ceremonia, en su cuenta de Instagram, tras conocerse que la Academia condenó su actitud, abrirá una investigación y que uno de los castigos podría ser la pérdida de su premio.
Algunos aseguran que las palabras de Will pueden explicarse por la influencia de la cienciología, secta que une a varios renombrados actores de Hollywood, como Tom Cruise o John Travolta –que hizo una gran aparición en la ceremonia, al lado de Uma Thurman y Samuel L. Jackson, sus compañeros en Pulp Fiction-.
Curiosamente, la cienciología no se centra en una deidad, sino en los seres humanos. Destacan, además, lo que llaman pilares, con mayúsculas: Afinidad, Realidad y Comunicación y lo que llaman Conocimiento, Responsabilidad y Control, algo que, evidentemente, Smith no tuvo en la ceremonia. De hecho, se dice que la película “After Earth”, un sonado fracaso de taquilla protagonizado por Smith y su hijo Jaden, está inspirada en esa polémica creencia. “El miedo no es real. Es producto de pensamientos que tú has creado. El peligro es real, pero el miedo es una opción”, era la frase promocional del filme. Aunque ellos no lo han admitido públicamente, varios medios estadounidenses informaron que Will y Jada habían hecho importantes donaciones de dinero a entidades vinculadas a la cienciología, que habían reclutado gente para la secta, e invertido en un colegio que tuvo que cerrar, afectado por la polémica.
Señor y Señora Smith
Hace unos años, Jada, Will y Chris Rock eran amigos y hasta fueron juntos a eventos, entregas de premios o partidos de la NBA. Sin embargo, el 2016, cuando el matrimonio Smith boicoteó la gala de los premios con acusaciones de racismo y falta de igualdad, Chris Rock fue el presentador y dedicó varias bromas pesadas al matrimonio, que, como es obvio, no estaba presente. Además, hubo rumores malintencionados de un affaire entre él y Jada mientras le ponían sus voces a la saga de Madagascar.
Como corolario gracioso de esta situación, los latinoamericanos demuestran siempre estar presentes. Ayer mismo, una pequeña empresa argentina, Milonga Customs, lanzó a la venta los muñecos que representan la escena del golpe de Will Smith a Chris Rock. “El Oscar se vende por separado” indica una graciosa leyenda.
En las últimas horas se supo, además, que Chris Rock decidió no presentar cargos contra su antiguo amigo. El mismo amigo que, mientras aún le dolía la cara, le dijo al mundo que no agredió, sino que protegió; que no lo hizo por odio, sin por amor y que era la misión que Dios le había dado. Millones en el mundo podrían haber pensado que Smith estaba representando algún nuevo personaje.
Una gala de la que se debió recordar el Oscar a un actor sordomudo, el premio a la película en la que actuó, “Coda”, el 50 aniversario de El Padrino, el nuevo Oscar a una directora, o la aparición de Liza Minelli junto a Lady Gaga hacia el final de la ceremonia, fue destacada en las redes, en forma mucho más abrumadora, por sus puntos negativos: la falta de transmisión de varios premios, el golpe de Smith a Rock, la malcriadez de Amy Schumer obligando a Kirsten Dunst a levantarse de su asiento o el incómodo manoseo de Regina Hall a Jason Momoa y Josh Brolin. ¿Volverá el Oscar alguna vez a ser una fiesta?
“Sé que para hacer lo que hacemos tenemos que ser capaces de sufrir insultos… y tienes que sonreír y hacer como que no pasa nada”, llegó a decir también Smith en su alocución al ganar el premio. Después de lo visto y como extraña paradoja para la noche en la que ganó un Oscar, parece que Will Smith se cansó de actuar.
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