Greta Thunberg es una joven sueca que saltó al escenario mundial a fines del 2018 por su lucha contra el cambio climático. Al día, ha logrado inspirar a millones de personas y motivarlas a alzar su voz de protesta acerca de temas ambientales, alentando a generar el cambio desde las pequeñas acciones.
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Sin embargo, el camino para ella no ha sido sencillo. Su exposición constante la ha colocado en una situación incómoda abriéndole la puerta a los ‘haters’ que suelen llenar las redes de un odio desmedido, juzgando su comportamiento frente a cámaras.
Agobiada por tantos comentarios negativos sobre lo que hacía y cómo reaccionaba, Greta salió al frente y decidió compartir su condición. “Cuando los que odian te persiguen por tu apariencia y diferencias, significa que han perdido el rumbo. ¡Y entonces sabes que estás ganando! Tengo Asperger y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma. Y, en ciertas circunstancias, ser diferente es un superpoder”, de esta forma la joven sueca reveló su diagnóstico tratando de concientizar a otros y visibilizar el Síndrome Asperger.
¿Quién es Greta Thunberg?
Con 19 años, Greta Thunberg es una joven que creció en Estocolmo, Suecia. Su madre, Malena Ernman, es una cantante de ópera y su padre, Svante Thunberg, es actor y es descendiente de Svante Arrhenius, un científico que ideó un modelo del efecto invernadero. Es la mayor de dos hermanas, y según ella misma relata aprendió sobre el cambio climático cuando tenía 8 años, y sus padres aún no se convertían en activistas climáticos.
La primera vez que salió al frente fue en 2018, cuando se presentó con un cartel -más grande que ella- a pedir que el Gobierno Sueco actúe frente al cambio climático. Es así como empieza su lucha por el medio ambiente mostrando su inconformismo frente a lo que acontecía.
"Cuando los que odian te persiguen por tu apariencia y diferencias, significa que ellos han perdido el rumbo. ¡Y entonces sabes que estás ganando! Tengo Asperger y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma".
Después, de esa primera vez, a los 15 años empezó una huelga escolar frente al Riksdag, el parlamento sueco en Estocolmo, exigiendo al gobierno de su país que respete el Acuerdo de París, reduciendo las emisiones de carbono. Su persistencia llamó la atención de medios de comunicación y asociaciones ambientalistas en todo el mundo.
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En 2019 estuvo en la portada de la revista ‘Time’, en la que la denominaban ‘líder de la futura generación’. Unos meses más tarde volvió a ocupar la portada de la revista considerándola la ‘persona del año 2019′.
En el documental ‘Yo soy Greta’, que relata su vida, la joven cuenta cómo desde muy temprana edad escuchó hablar del cambio climático y no podía entender por qué no se hacía nada para pararlo. Tras caer en una profunda depresión fue diagnosticada con síndrome Asperger, trastorno obsesivo-compulsivo y mutismo selectivo, trastornos de la personalidad que ella señala como parte de sus fortalezas.
Como parte de su activismo, Thunberg cambió sus hábitos y los de su familia, hecho que fue contado por su madre en el libre ‘Escenas del corazón’, donde explica que no eran una familia ecologista, pero decidieron cambiar por su hija y porque esta lucha la hacía feliz.
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Por su lucha como activista social, Greta fue nominada por primera vez al Premio Nobel de la Paz en 2019 y de nuevo en 2020, y una vez más este 2022.
Actualmente, es una de las más importantes activistas que buscan luchar contra la ‘crisis climática’. Con su icónico impermeable amarillo da un mensaje tajante de lo que sucede en el planeta y hace énfasis en lo urgente que es un cambio.
El 31 de agosto de 2019, Greta Thunberg publicó en Twitter que tenía el ‘Síndrome Asperger’, un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Tratando de ser clara con los que intentan ‘ridiculizarla’ en público.
Síndrome de Asperger
El Síndrome de Asperger es un tipo peculiar de Autismo, denominado Trastorno del Espectro Autista. Hans Asperger, un pediatra austríaco, describió en los cuarenta que las personas con Asperger son a menudo incomprendidas. Además, documento una serie de casos clínicos de niños caracterizados por su dificultad para leer el lenguaje corporal entre otros fallos de la comunicación no verbal y la interacción social. Se da con más frecuencia en niños que en niñas y en el 2013 se incorporó al Espectro del Trastorno Autista.
Tony Attwood, una autoridad mundial en Asperger, explicó a The Guardian que las personas con este diagnóstico son “reconocidas por decir lo que piensan directamente, ser honestos y determinados y tener un fuerte sentido de la justicia social”.
El autismo ocurre en el 1 % de la población mundial, aproximadamente. Eso quiere decir que en el Perú deben haber 300,000 personas autistas, pero la data actual solo registra a menos de 15,000 personas. Es una población subdiagnosticada.
Como señala Ernesto Reaño, psicólogo clínico y especialista en Autismo, ‘no nos preparan para la diversidad, ni para la neurodiversidad, ni para tener un hijo con alguna estructura cerebral distinta a la típica, por eso la noticia de tener un hijo autista es vivida como una tragedia y aparecen una serie de mitos’.
Incluso existen inescrupulosos que prometen una ‘cura’ o una ‘recuperación total’ ofreciendo medicamentos milagrosos que lejos de ayudar solo perjudican. A estos se les suman, quienes afirman que el autismo tiene que ver con las vacunas aplicadas de pequeños, generando una gran desinformación y miedo entre los padres.
Debido a esto, se necesita que cada vez más personas conozcas sobre esta condición del neurodesarrollo, donde el cerebro está mucho más preparado para procesar en detalle, pensar en patrones, sistematizar la información, hiperfocalizarse en temas que le interesan, pero que tiene dificultades para entender y adecuarse al entorno social.
Thunberg, diagnosticada con este síndrome, ha admitido que su pasión por su lucha se debió a ver el mundo en términos claros. Además, siempre ha señalado que su condición médica es “un superpoder” que le ha ayudado a darse cuenta del problema climático y a enfrentarse a él con mucha determinación.
En una publicación a comienzos del año pasado, señaló que hoy en día, muchas personas siguen sin ser diagnosticadas. Los motivos suelen ser la falta de concienciación, los prejuicios y a que muchos siguen viendo el autismo como una ‘enfermedad’ o algo que tiene que frenar.
El hecho de que cada vez más personas salgan al frente y hablen de su diagnóstico sobre autismo, no se debe a que exista una especie de ‘moda’, sino a que la concienciación es cada vez mayor y a que muchas personas están hablando sobre lo que les pasa sin miedo a que la sociedad los rechace o juzgue.