¿Viajar en un tubo de baja presión a grandes velocidades? La idea suena futurista; sin embargo, podría provenir de 1866. Aquel año, Londres y después París usaron el correo neumático para enviar correspondencia en cápsulas, a través de un tubo de aire presurizado. La premisa es la misma del sistema Hyperloop, pero en lugar de cartas o dinero se transportaría gente (entre cuatro a seis personas).
El proyecto del empresario Elon Musk, cofundador de PayPal, se basa en los postulados del ingeniero de cohetes espaciales Robert Goddard, quien propuso que los trenes volaran en 1909. En su empresa SpaceX, ubicada en la urbe de Hawthorne, California, se construyó una tubería de 1,6 km y más de 1,8 de diámetro. El objetivo: diseñar una cápsula de acero que viaje a 1.200 km/h dentro de un tubo suspendido en el aire. Así se evitaría la fricción, como la que los trenes hacen con los rieles.
¿Cuánto tiempo ahorraría este método? Ir de Nueva York a Washington en tren dura tres horas y cuesta desde US$54. Con el Hyperloop tardarías 25 minutos y el ticket valdría US$20.
Otra compañía dedicada al desarrollo de esta tecnología es Virgin Hyperloop One, en Los Ángeles. Ellos han instalado un Hyperloop de prueba en el estado de Nevada. Allí, en el 2007, se fabricó una cápsula que alcanzó 387 km/h. Nueve años después, la Autoridad de Carreteras y Transporte de Dubai (RTA) se interesó en la iniciativa, pues busca reducir el viaje entre dicha ciudad y la de Abu Dhabi –ambas en Emiratos Árabes Unidos- de 90 a 12 minutos. Dubai también cuenta con un modelo. Tanto SpaceX como Virgin Hyperloop One esperan inaugurar rutas en el 2024.