Los feriados son sin duda una oportunidad para descansar del estrés. Excepto cuando se está aguardando el equipaje en un aeropuerto y uno se da cuenta que las maletas de otros pasajeros llegaron, pero no las propias.
Y muy probablemente algunos pasajeros que durante el asueto de Semana Santa viajaron por avión terminaron perdiendo sus maletas durante el vuelo.
¿Por qué sucede esto con tanta frecuencia? ¿Y cómo hacen las líneas aéreas para encontrar el equipaje?
Desde 2007, las compañías aéreas han mejorado su eficiencia en términos del transporte de equipajes.
En la actualidad, por cada 1.000 pasajeros transportados se extravía un promedio de 7,3 maletas.
Hace unos ocho años, la tasa era de 18,9 por cada mil.
Pero aún así, la pérdida de equipajes continúa siendo un problema.
Por qué desaparecen
¿Cómo y por qué desaparecen las maletas?
En la mayoría de los casos, los extravíos ocurren cuando el equipaje es llevado de una aeronave a otra o pasa de una compañía aérea a otra.
Obviamente, “las maletas no van al mismo ritmo que los pasajeros”, dice Nick Gates, experto en tecnología informática de la empresa SITA, la Sociedad Internacional de Telecomunicaciones Aéreas.
Pero esa no es la única razón por la cual las maletas desaparecen, aún cuando sea temporalmente.
Una gran cantidad de éstas llega a su destino, pero se las llevan, por error, otros pasajeros.
“El mundo está lleno de maletas negras marca Samsonite”, advierte Gates.
Rastreador mundial
Y ¿qué sucede cuando uma maleta se extravía?
Cuando los pasajeros le informan a una compañía aérea que su equipaje no ha llegado, la empresa utiliza un software llamado World Tracer o Rastreador Mundial, adoptado por más de 440 líneas aéreas.
Este programa rastrea los equipajes que se movilizan en más de 3.000 aeropuertos.
Con frecuencia, en el momento en que un pasajero informa que su maleta no ha llegado, ésta está llegando a otro aeropuerto del mundo.
Puede no haber sido colocada a tiempo en la aeronave, haber quedado varada en el área de tránsito durante una conexión aérea o sido etiquetada erradamente, con lo cual va a parar a otro destino.
“Terminará siendo encontrada por alguien que la registra en el Rastreador Mundial”, dice Gates.
El número de registro de la etiqueta, la descripción física de la maleta y hasta el contenido, e incluso la ruta que recorrió antes de extraviarse, son insertados en el sistema.
Una vez localizada, la maleta entra en una lista para hacerla llegar al dueño.
El factor humano
En algunos casos, sin embargo, hasta los sistemas más sofisticados fallan.
Natalie Robbie, una actriz británica, viajó en 2014 desde el aeropuerto de Gatwick, en las afueras de Londres, hasta Edimburgo, la capital escocesa.
Cuando llegó allí, descubrió que su maleta se había extraviado y no aparecia en ningún sistema computarizado del mundo.
Robbie presionó a las compañías responsables de transportar equipajes en los dos aeropuertos.
Un empleado de la terminal de Gatwick la ubicó finalmente en un depósito de maletas perdidas de otra compañía aérea.
“Él hizo el esfuerzo de ir a buscar, no se limitó a leer lo que decía el sistema computarizado”, resalta Robbie, agradecida.
“Eso genera mucho estrés. Perder la maleta puede causar mucha molestia y frustración”, confiesa.