Todos los días, en distintos horarios, entre la antojadiza demanda de leche de su pequeño Gabriel Octavio de seis meses, Maricielo Canasa Chumpitaz extrae de su pecho el tibio alimento que su cuerpo produce y lo almacena con cuidado en unos frascos estériles que el personal de la Maternidad de Lima deja cada semana en su casa, en San Martín de Porres.
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Ella es una de las decenas de madres donantes del Banco de Leche Humana, que alimentan a los cientos de bebés prematuros que nacen cada año en el Instituto Nacional Materno Perinatal (INMP). Un compromiso que asumió desde hace ya un mes, tras una visita al hospital en la que pudo ver a unas enfermeras corriendo en busca del preciado alimento materno para un bebé prematuro.
“Me dio pena porque pensé que podía ser mi hijo -cuenta Maricielo por teléfono- consultamos y nos dieron todas las facilidades”. Después de unas pruebas que le hicieron en su domicilio y capacitaciones para el correcto almacenamiento de su leche, fue aceptada como donante externa del banco.
Así, cada semana, Maricielo entrega alrededor de siete frascos del pábulo materno -de aproximadamente 350 ml. cada uno- que son recogidos de su domicilio por el personal del INMP. Su leche, luego de un estricto proceso de evaluación, es administrada a los bebés prematuros y en riesgo del nosocomio limeño.
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“No es molestia, no hay incomodidad, cada vez que las enfermeras nos dicen muchas gracias por hacerlo, es una sensación agradable. Seguiría haciéndolo hasta que pueda”, confiesa con entusiasmo.
Un banco que regala vida
Son alrededor de 30 y 50 madres, entre donantes internas -que han dado a luz en el hospital- y externas, que mantienen las reservas de este proyecto que nació el año 2010, gracias a la asistencia técnica de la Red Global de Bancos de Leche de Brasil y a la Universidad de Valencia (España), que donó los primeros equipos para su implementación.
Desde entonces, el Banco de Leche Humana del INMP ha recolectado más de 10 mil litros de leche con los que ha atendido a cerca de 7 mil bebés. Un aporte fundamental para la vida de los pequeños prematuros, que necesitan de los nutrientes que les brinda la leche materna.
“Este es un acto de amor de muchas madres de manera desinteresada, sin ningún fin de lucro, porque nadie les paga nada, dan su leche excedente para que otros bebitos puedan recuperarse y salvar de morir o tener complicaciones”, señala la doctora Carmen Dávila Aliaga, directora de Neonatología del INMP.
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De los 18 mil bebés que nacen en la Maternidad de Lima cada año, alrededor del 10 % son prematuros. Ellos toman la leche donada por las madres que, complementada con la alimentación parenteral que reciben por la vena, permite un correcto desarrollo del recién nacido y evita complicaciones en su salud más adelante.
Una toma para un bebé prematuro, explica la doctora Dávila, puede ser de hasta 1 centímetro cúbico, dependiendo de su estado. Por lo que cada gota de este banco es cuidado con especial esmero, más ahora que con la pandemia el flujo de donación ha disminuido considerablemente. Mientras que en el 2019 se recolectaron 2700 litros, en el 2020 solo se logró reunir 1700 litros de leche materna.
El camino de la leche
Toda madre que quiere ser donante del banco debe pasar antes por un cuestionario y pruebas para conocer su estado de salud y el de su bebé. Además, se verifica si cuenta con las condiciones necesarias para almacenar su leche en casa. Antes de la pandemia se iba al domicilio de la mamá para hacer esta evaluación, ahora se hace por video.
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Una vez aceptada la donante, se le proveen frascos estériles para la recolección de la leche cada semana, los mismos que son recogidos a domicilio por el personal del INMP en un cooler con termómetro digital, que mantiene la cadena de frío a -5º de congelación.
En el instituto se etiquetan y se almacenan en una congeladora hasta el momento que se van a pasteurizar. Ese día, la leche se descongela en baño María a 40º y pasa primero por una evaluación visual y organoléptica, para luego determinar su acidez. Si pasa todas estas etapas, se mide su nivel calórico y se procede con la pasteurización.
Finalmente, se toma una pequeña muestra y se envía al laboratorio para su cultivo. “La leche vuelve a cuarentena y se congela, cuando salen los resultados negativos ya se administra a los bebés, según la indicación médica”, explica la doctora.
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Dona leche, dona vida
Mientras que en Brasil existen alrededor de 300 bancos de leche y otros cientos centros de acopio, el Perú solo cuenta con tres, el de la Maternidad y el del hospital San Bartolomé, en Lima; y el del hospital El Carmen, en Huancayo.
De acuerdo con la doctora Dávila, el INMP tiene la intención de crear una red nacional y en el corto plazo se piensa implementar dos bancos más, uno en el hospital Cayetano Heredia y otro en el hospital regional del Cusco.
Asimismo, la especialista invoca a las madres en periodo de lactancia a que se sumen a esta noble misión. Aquellas que quieran ser donantes del banco de leche, pueden llamar al teléfono (01) 328-8188 para recibir información.//