Para muchas personas la meditación es una forma de vida. Un ejercicio obligatorio y necesario para liberar la mente, erradicar malos pensamientos o simplemente un medio para obtener algún beneficio. También es una forma de relajarse, que ayuda a dejar de lado los problemas y así tratar de ir siempre hacia adelante. Normalmente la meditación es practicada por adultos, pero también se puede aplicar a niños.
Jesús Ferré, instructor limeño de meditación en niños, asegura que los pequeños están expuestos a contaminación mental en todo momento. La idea, con la meditación, es que ellos logren despejar todas esas ideas contaminantes. Todo se basa en técnicas de respiración. Así lo enseña Jesús desde hace un tiempo en la escuela Hoy Meditamos.
“Se me ocurrió que podríamos extraer el lado más puro de la meditación trascendental y llevarlo a los niños en su forma más elemental. Así lo hice. Extraje ciertas cositas de la meditación Xirione, un método creado por mi padre, y la apliqué en los niños“, le comenta a El Comercio.
Ferré recibe todos los sábados a niños de entre 3 a 10 años y cada sesión dura entre 25 a 30 minutos. ¿Los padres pueden estar presentes? Cuando la clase es solo para los niños, no. Ellos esperan afuera porque pueden ser “elementos distractores”. Sin embargo, también se realizan sesiones en los que participan padres e hijos.
¿En qué ayuda la meditación a los niños? Según Ferré, los más pequeños tienen mayor facilidad que los adultos para cambiar ciertas ideas o pensamientos, muchas veces malos, que reciben de diferentes lugares. Bien sea por la televisión, el colegio y hasta el mismo hogar. También existen muchos casos de niños agresivos o con traumas o miedos muy difíciles de superar.
“Hay niños muy agresivos, intolerantes u otros con muchos miedos o traumas. Los niños son esponjas. Todo el mundo lo sabe. ¿Pero qué hacemos para que evacuen su contaminación? La meditación ayuda bastante. Cada niño tiene su propia realidad. Algunas son más pesadas que otras. Otros cambian muy rápido. He visto cambios increíbles en la cuarta sesión, solo asistiendo los sábados. Te das cuenta por su rostro, sus actitudes y cómo ellos van aplicando el método”, asegura Jesús.
“La meditación en términos generales es una actividad sin actividad. Es decir, no tiene actividad física. Todo lo que ocurre es interno. Nosotros le indicamos al niño que lo que está pasando por su mente, un miedo o un trauma, se puede evacuar. Todo se hace a través de la respiración”.
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6 de los mitos más comunes sobre hacer #ejercicio ► https://t.co/PoeuMhOfKj pic.twitter.com/Fpcxad1w99— Viu El Comercio (@viu_ecpe) November 18, 2016