El ser humano atraviesa situaciones de diversa índole a lo largo de su vida, muchas de ellas con desenlaces de alto impacto emocional, ya sea positivo o negativo. Por ejemplo, el cumpleaños, donde se celebra un año más de vida y la mayoría de las personas suelen visitar, saludar o desear salud y vida a quienes conocen; estos eventos se convierten en momentos relevantes y alegres.

La vida escolar, ya sea en la universidad o en la academia en general, marca pautas importantes en el desarrollo profesional de las personas. Aquí, la educación se potencia para adquirir conocimiento y enfrentar los desafíos de la vida. El desempeño en el ámbito deportivo suele mostrar una mejora progresiva, poniendo a prueba las capacidades físicas y permitiendo disfrutar a través del juego, lo que lleva a la liberación de neurotransmisores del placer, reduciendo así el estrés y mejorando la calidad de vida. Además, activa la resiliencia como mecanismo de adaptación a situaciones victoriosas o de derrota.

Los duelos por la muerte de una persona son momentos no deseados ni esperados, pero que se deben afrontar con el objetivo de que no afecten la salud mental de las personas. A menudo, esto es un desafío, pero con asesoría se puede abordar de la mejor manera. Quizás nunca se recupere por completo la ausencia de un ser querido, pero un buen direccionamiento del plan de vida puede disminuir el impacto o la caída emocional de la persona.

Las relaciones amorosas, con sus rupturas, también pueden ser momentos en los que el ánimo puede decaer, creando días, semanas o incluso meses de soledad y el deseo de evitar el contacto con el mundo. Las enfermedades también son etapas en las que nuestra fortaleza mental puede verse alterada. La recuperación después de una cirugía puede llevar mucho más tiempo del que uno supone, y el pronóstico durante la rehabilitación es un dato que aporta mucho.

Así podríamos enumerar muchas otras situaciones que podrían venir a la mente en estos momentos. El punto es cómo podemos enfrentar estas situaciones, muchas veces con apoyo de amigos, profesionales o familiares, para mantener nuestro estado de ánimo y salud mental sin alterarse.

Dada la creciente atención a los perros como animales de gran ayuda para el ser humano, les comento cómo pueden tener un impacto positivo en la salud mental y emocional de diversas maneras:

  1. Ayudan a reducir el estrés cuando interactuamos con ellos, liberando más endorfinas y reduciendo los niveles de cortisol.
  2. Brindan compañía emocional en todo momento, especialmente para aquellos que se sienten solos o aislados.
  3. Fomentan un mayor desplazamiento cuando caminamos con ellos, lo cual es positivo para la salud.
  4. Facilitan una mayor interacción social con otros dueños de perros y amantes de los animales.
  5. Contribuyen a aumentar la autoestima, ya que ofrecen amor incondicional.
  6. Ayudan a aliviar la depresión y la ansiedad, proporcionando consuelo y distracción a las personas que enfrentan estos problemas.
  7. Brindan apoyo a personas con algún tipo de discapacidad, mejorando su ánimo en situaciones difíciles o más complejas, como perros que acompañan a pacientes con problemas oftalmológicos o auditivos, por ejemplo.

Es importante destacar que si alguien está considerando tener un perro como apoyo psicológico, debe asegurarse de estar listo para asumir la responsabilidad de cuidar a una mascota, ya que requieren tiempo, atención y cuidado adecuado. En casos de problemas de salud mental específicos, una terapia asistida por animales dirigida por profesionales puede ser la mejor opción.

Finalmente, es fundamental considerar que la raza de cada perro debe adaptarse al ambiente en el que vivirán para que la interacción con las personas, sean niños o adultos, sea óptima y cumpla su propósito. Los invito a compartir sus preguntas, comentarios o fotos relacionados con este artículo en el WhatsApp 981179336 para ayudarlos y conocer más acerca de sus animales terapéuticos.

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