La selección peruana, al mando de Juan Reynoso, logró apenas un punto de doce posibles en las Eliminatorias 2026. (Foto: FPF)
La selección peruana, al mando de Juan Reynoso, logró apenas un punto de doce posibles en las Eliminatorias 2026. (Foto: FPF)
Luis Carrillo Pinto

El título de esta nota en la versión print (“La pelota no entra por azar”) aparece en la portada de uno de los libros más leídos sobre la gestión de entidades de fútbol. Lo escribió Ferrán Soriano, el ex Director General de la época de oro del FC Barcelona y el actual CEO del City Group. Que la pelota no haya entrado, es más, que no se haya ni asomado al arco contrario, en las primeras cuatro fechas de las Eliminatorias sudamericanas, no es única responsabilidad de los jugadores y del técnico de la selección peruana, . Para los que piensan que en el fútbol el azar es determinante. Se equivocan a la larga. “Que si entraba el remate de media distancia Paolo Guerrero en Ciudad del Este hubiésemos ganado” o “que si Alex Valera no fallaba el penal, clasificábamos a Qatar 2022″. Señores, la pelota no entra por azar. Para que entre la pelota, hay todo un trabajo en equipo, fuera y dentro del campo.

CRÓNICA: El Perú de Reynoso aviva viejos fantasmas y nos deja penúltimos en las Eliminatorias

Los jugadores son lo más importante del fútbol y son lo que deciden en la cancha, es verdad. Pero todo lo que respiran y ven fuera del campo influye en su rendimiento. Y en la Videna el ambiente cambió del profesionalismo a la intriga en poco tiempo. Se siente el secretismo en cada rincón. La cabeza del fútbol peruano, Agustín Lozano, es una imagen negativa por sus múltiples denuncias legales y conflictos en la Federación Peruana de Fútbol. ¿Ustedes qué tipo de respeto creen que tienen los jugadores por un sujeto que mientras ellos jugaban en la cancha fue acusado y encontrado culpable de revender entradas de sus partidos clasificatorias al Mundial de Rusia 2018?

Como sucede en la política, nos hemos acostumbrados a que nuestros líderes deportivos no sean personas intachables. Sino todo lo contrario. Cualquier empresa de nivel jamás contrataría a Lozano, simplemente porque no pasaría el primer filtro (los antecedentes judiciales). Lo lamentable es que, en nuestro país, los dirigentes de los clubes más grandes avalan (por otros intereses, me imagino) a una persona que fue multado por la propia CONMEBOL por el caso reventa de entradas y que tiene juicios pendientes tras haber sido alcalde de Chongoyape. ¿No es parece surreal que una persona con estos antecedentes dirija el principal contenido de entretenimiento de todos los peruanos? Entró por la ventana a la presidencia y se dio cuenta que utilizando las viejas prácticas de la FIFA con los presidentes de las ligas departamentales y ciertos clubes profesionales, podía atornillarse en el poder y seguir cobrando las dietas millonarias de la CONMEBOL.

Agustín Lozano ha logrado de la mano de Juan Reynoso, con quien aparece muy feliz a lado en las conferencias de los sponsors y en sus reels de Instagram, algo que no le permitieron en las anteriores eliminatorias con Ricardo Gareca al mando: influir en la selección peruana absoluta. Esta era una isla protegida por Antonio García Pye y Juan Carlos Oblitas. Pero para romper esa barrera, decidió sacar a García Pye y marginar al Ciego en una posición de Director General de Fútbol, que es pura pantalla, porque prácticamente le han prohibido hablar con la prensa. Ahora decide todo en pared con Reynoso. Un caso claro fue traer al mexicano Héctor Lara como Gerente de la Liga 1 (recomendado por Reynoso), pero éste a la primera que pudo se tomó el primer avión de vuelta en pleno conflicto por los derechos audiovisuales.

La Liga 1 es un desastre organizativo. Partidos en horarios que nadie ve y en plataformas que nadie paga, logrando que la piratería explote. Mafias de apuestas deportivas que han envenenado la primera y la segunda división. Comisiones de justicia a quienes les adulteran la firma. Tal cuál en la política indican en la FPF: “buscaremos a los responsables y serán sancionados”, dicen. Pero nunca pasa nada, ninguna aclaración válida ante la prensa. Sólo hay silencio. Están más bien interesados en financiar a sus trolls en Twitter (X) para confrontar a sus detractores. De eso se vive en la Videna, de la intriga. Del temor a ser descubiertos. Si el fútbol peruano está de cabeza no pensemos que esto va a cambiar cuando juega la selección. Lozano ya metió su mano. Y todo lo que toca, fracasa.


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