Japón: Política ultraexpansiva golpea muy fuerte a la banca

La prolongada política monetaria ultraexpansiva está pesando fuertemente sobre las ganancias de los bancos japoneses pero no se debe prever una mejora dramática aún después de una eventual alza de la tasa de interés oficial, dijo un funcionario del Banco de Japón (conocido como BOJ, por sus siglas en inglés).

Muchos bancos regionales podrían sufrir pérdidas en el largo plazo ya que la intensificación de la competencia los fuerza a reducir las tasas de los créditos para atraer prestatarios en un mercado doméstico que se reduce, dijo Atsushi Miyanoya, director ejecutivo del BOJ.

"La política monetaria del BOJ, incluyendo las tasas de interés negativas, sin duda tiene un impacto significativo sobre los beneficios de los bancos", dijo Miyanoya, quien supervisa una división a cargo de monitorear el sistema bancario japonés.

"Aún cuando eventualmente se normalice la política monetaria, los bancos no deberían prever que las ganancias regresen a los niveles previos al establecimiento de la política ultraexpansiva", dijo a Reuters en una entrevista.

Luego de tres años de fuertes compras de activos que no lograron reactivar la inflación, el BOJ adoptó el año pasado las tasas de interés negativas y una promesa para guiar a los rendimientos de los bonos a 10 años alrededor del cero por ciento.

Miyanoya dijo que la política del BOJ no había golpeado excesivamente a las ganancias de los bancos aún, contrarrestando las críticas del sector financiero, de que el costo del estímulo monetario estaba excediendo a sus ventajas.

Pero advirtió que los bancos podrían ver una caída adicional de la rentabilidad si la política monetaria continúa ultraexpansiva, y llamó a que los bancos regionales busquen nuevas fuentes de ingresos en lugar de responder a la mayor competencia simplemente con reducciones de tasas de los préstamos.

Varios años de medidas de estímulo para luchar contra las crisis financieras han ajustado los márgenes de los bancos en muchas naciones avanzadas. El problema es más agudo en Japón, donde más de 100 bancos regionales compiten en un mercado saturado que se contrae debido al envejecimiento poblacional.

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