Las estrellas de nuestra reputación, por Inés Temple
Las estrellas de nuestra reputación, por Inés Temple
Redacción EC

Internet y las redes sociales han impactado la manera en la que tomamos decisiones de compra de servicios, productos, viajes, alquileres, contrataciones, etcétera.

Así, en TripAdvisor o en aplicaciones similares nos informamos sobre lo que otros opinan acerca de la ubicación, servicio, limpieza, ambiente, decoración y calidad general de los hoteles, restaurantes o destinos que pensamos visitar. Eso que leemos de usuarios que ya vivieron la experiencia es clave para ayudarnos a decidir entre la enorme oferta que existe.

En Amazon antes de comprar libros o cualquiera de los millones de productos que ofrece, revisamos con detalle lo que dicen otros usuarios. La información es pública y está allí para ser consultada por todos. Servicios de taxi como Uber o Cabify califican también nuestra conducta como pasajeros al igual que nosotros calificamos la experiencia del viaje en función de la amabilidad y pericia del conductor, limpieza del auto, etcétera. Empresas estadounidenses de bienes raíces como Redfin hoy cobran su comisión de corretaje en función de cuán bien o mal calificamos al agente inmobiliario en vez de un porcentaje fijo sobre el monto de venta o alquiler, como es la manera “tradicional”. Ejemplos hay cientos de cómo la en línea –las estrellas que ponen o no los usuarios– definen el éxito, la continuidad o el fracaso de cada servicio o producto .

Todo esto me lleva a imaginar que va a llegar el momento en que a proveedores de servicios profesionales –que somos todos– se nos califique así de manera abierta y públicamente en línea antes de contratarnos o promocionarnos. Actualmente, en LinkedIn otros opinan sobre nosotros –aunque todavía se registran solo las cosas buenas, ya que es algo que aún podemos curar–. Pero imagine qué pasará cuando aparezcan aplicaciones que hagan de su foco de negocio el facilitar información pública sobre la satisfacción de otros con nuestras funciones, roles y resultados profesionales. Serán la inevitable e ineludible vitrina digital de nuestra marca personal y reputación.

Todos sin excepción seremos evaluados y calificados sobre nuestra rectitud, actitud, experiencia, profesionalismo, honestidad, vigencia, calidad de servicio, efectividad, integridad, carisma, competitividad, madurez o cualquier otro de los factores diferenciadores, técnicos o competitivos que tengamos. La calificación que nos pongan será suficiente para ser considerados por clientes potenciales como excelentes o como no contratables. ¿Y quiénes pondrán esas estrellas a nuestra marca personal? Clientes, jefes, ex jefes, colegas, colaboradores, supervisados, proveedores. Todo abierto a la vista de todos.

Nuestra reputación ya está formada en la mente de quienes nos rodean. Pronto estará graficada en público y en línea. Nunca es tarde para asegurarnos de poder ver cinco estrellas junto a nuestra marca personal cuando esto pase, lo que tendrá un impacto enorme en nuestra reputación y empleabilidad.