Michelle  Barclay

En solo tres meses, los nietos de los fundadores del grupo lograron negociar con sus principales acreedores, obtener financiamiento de terceros y sacar la empresa a flote. Los nietos Rodas utilizaron una nueva herramienta jurídica: el fast-track. Este procedimiento implica una pre-aprobación de un plan de refinanciación fuera de un procedimiento, una votación definitiva y su homologación ante la autoridad correspondiente.

La familia Rodas consiguió la aprobación del plan de refinanciación con una abrumadora mayoría del 85% de votos a favor, lo que le permitió acceder a una rápida homologación. La homologación implicó la salida de la empresa del procedimiento y no generó cambios en el accionariado ni en la administración.

La homologación, de manera general, permite que el plan sea oponible a todos los acreedores, incluso a los que votan en contra o no asisten a la votación. Así, el fast-track sirve como una vía alternativa a los procedimientos concursales reduciendo tiempos y costos.

El fast-track permitirá que muchas empresas puedan acceder a un sistema de refinanciación acelerado y generará un incremento en las colocaciones de financiamientos; sobre todo considerando el super-privilegio en el pago que se otorga a los financistas. Más aún, permitirá a la empresa seguir operando normalmente, pudiendo así, mantener los puestos de sus trabajadores.

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Como en el realismo mágico, el caso de la familia Rodas es una situación imaginaria en un mundo real. El fast-track no es un procedimiento existente, sino una alternativa que se viene planteando desde hace varios años para contar con una vía distinta a la concursal tradicional y que pueda ser utilizada de manera preventiva ante una crisis empresarial.

A diferencia de otros países en la región, no existe formalmente en el Perú un procedimiento de refinanciación al estilo pre-pack, acelerado y preventivo para refinanciar acreencias de manera mayoritaria cuando el deudor no cuenta con el respaldo del 100% de sus acreedores. Un fast-track, como su nombre lo indica, debe ser un mecanismo ágil, sin trámites complejos y basado en la tecnología y virtualidad.

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Venimos esperando varios años a que el Estado apruebe modificaciones a nuestro sistema concursal. Desde el sector privado se apoyó con propuestas y comentarios a los diversos documentos de trabajo y proyectos de ley. Aun no vemos los frutos de este trabajo. A pesar de que no logramos ver el fin de este camino, no perdemos la esperanza ni la orientación. Esperamos que el fast-track esté más cerca de lo real que de lo imaginario.

En esta línea, recordamos un texto escrito por uno de los principales exponentes del realismo mágico, Gabriel García Marquez (en Cien Años de Soledad): “´No importa´, decía José Arcadio Buendía. ´Lo esencial es no perder la orientación´ Siempre pendiente de la brújula, siguió guiando a sus hombres hacia el norte invisible, hasta que lograron salir de la región encantada.


Michelle Barclay Socia de CMS Grau