Eva Bracamonte denunció que el director teatral Guillermo Castrillón la acosó sexualmente. (Fotos: El Comercio)
Eva Bracamonte denunció que el director teatral Guillermo Castrillón la acosó sexualmente. (Fotos: El Comercio)
Redacción EC

Las denuncias por acoso sexual en el mundo del espectáculo no solo se dan en Estados Unidos. El jueves último en Perú, denunció eso por parte del director teatral Guillermo Castrillón. Luego de la revelación se pronunció el también director Mateo Chiarella.

"El acercamiento e interés de Eva hacia el teatro son visibles desde su adolescencia. En el colegio, siempre me impresionó su inteligencia, con un nivel de reflexión poco común para personas de su edad. Fui uno de los profesores que le tomó el examen de admisión en la Católica y posteriormente vino a estudiar con nosotros en Aranwa. Dudé de ella, como muchos, con el tema de su mamá, pero me alegré de que saliera en libertad sin cargos", indica Chiarella en su publicación vía Facebook.

"En Aranwa notábamos sus avances y nos alegrábamos. En medio de ese proceso ha llegado esta experiencia y la respuesta de Guillermo (Castrillón) no solo es insensible, torpe y denigrante para Eva, sino que pone sobre la palestra un método de abordar el arte, que yo, director también, siempre he rechazado", añadió.

Chiarella cierra su texto con una reflexión para el encargado de una obra: "El director es el líder del proceso y eso lo debe tener bien claro. ¿Puede arriesgar, puede ir al límite? Sí. Pero debe hacerse con mucho cuidado, con mucho amor por las personas que tiene adelante materializando las ideas, estando alerta a sus sensaciones, dándole esa confianza y tesón para crear. (…) El arte aunque duro y doloroso, por momentos, jamás debe socavar la dignidad de una persona, no puede hacerlo porque el arte es humanidad y hasta lo más escabroso y sórdido debe ser tratado por gente sensible, confiada, segura y digna".

Como se sabe, el acusado Guillermo Castrillón también emitió su versión de lo relatado por Eva Bracamonte: "Quienes han visto mis obras saben que no son para pacatos y que se juega con altas intensidades. De lo que si me hago responsable es de haber convocado a una persona que carecía del suficiente profesionalismo como para, en caso de sentirse vulnerada, haber dicho: basta, hasta aquí llego yo. No sería la primera ni probablemente la última".

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