Una imagen tomada durante una investigación sobre un brote de viruela del mono que tuvo lugar en la República Democrática del Congo de 1996 a 1997, muestra las manos de un paciente de dicha enfermedad. (CDC/Brian WJ Mahy/Folleto vía REUTERS).
Una imagen tomada durante una investigación sobre un brote de viruela del mono que tuvo lugar en la República Democrática del Congo de 1996 a 1997, muestra las manos de un paciente de dicha enfermedad. (CDC/Brian WJ Mahy/Folleto vía REUTERS).
Agencia EFE

Algunas informaciones y comentarios sobre el actual brote de han utilizado lenguaje e imágenes que “refuerzan estereotipos racistas y homófobos” exacerbando la estigmatización de africanos y personas LGBTI, aseguró hoy el Programa Conjunto de la ONU contra el VIH/sida (ONUSIDA).

“Las lecciones aprendidas del sida muestran que el estigma y la culpabilización hacia determinados colectivos pueden perjudicar la respuesta a un brote”, alertó la organización en un comunicado.

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ONUSIDA recordó que pese a que una importante parte de los 92 casos del actual brote en 12 países se han detectado en personas LGBTI, el riesgo de contagio no se limita a ese colectivo, sino a toda persona que haya tenido contacto físico cercano con personas que se hayan contagiado de la enfermedad.

“Agradecemos a la comunidad LGBTI por haber sido líderes en el camino de la concienciación, y reiteramos que esta enfermedad puede afectar a cualquiera”, subrayó el director ejecutivo de ONUSIDA, Matthew Kavanagh.

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El responsable de la organización insistió en que una retórica estigmatizadora puede crear un “clima de miedo” que lleve a mucha gente a no acudir a los servicios de salud, dificultando los esfuerzos por rastrear nuevos casos.

La enfermedad, endémica en África occidental y central, es menos peligrosa que la viruela convencional, erradicada a nivel global hace 40 años, y suele manifestarse con una fuerte fiebre que deriva rápidamente en erupciones cutáneas, especialmente en la cara.

Su transmisión se produce a través del contacto con heridas, fluidos corporales, gotículas y material contaminado, y su periodo de incubación suele ser de seis a trece días, aunque puede llegar hasta las tres semanas.

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