El turno de Keiko, por Alfredo Torres
El turno de Keiko, por Alfredo Torres
Alfredo Torres

La larga serie de sorpresas que nos han traído las elecciones en el Perú llevan a dudar del triunfo del candidato que va en la delantera. En efecto, Lourdes Flores en el 2006 y Alejandro Toledo en el 2011 lideraban la intención de voto cuatro meses antes de las elecciones y luego no llegaron a la segunda vuelta. Sin embargo, no siempre ha sido así. En el 2001 Toledo era favorito cuatro meses antes y su liderazgo se mantuvo a lo largo de la campaña, lo que le permitió ganar la primera vuelta con 36% contra 26% de Alan García, a quien luego derrotó en la segunda. Las elecciones del 2001 se caracterizaron por el enfrentamiento entre García y Lourdes Flores para pasar a la segunda vuelta, lo que dejó a Toledo el campo libre para ganar de punta a punta. Como se sabe, el Apra y el PPC son ahora aliados, la política da vueltas. 

Las elecciones del próximo año se parecen a las del 2001 en el sentido de que hay una favorita que lidera por amplio margen y una pugna intensa por el segundo lugar. Si este escenario se mantuviese, la candidata de Fuerza Popular podría llegar al 10 de abril con una ventaja muy cómoda sobre quien esté en la segunda ubicación. Si esa diferencia es de diez o más puntos porcentuales, será muy difícil que su contendor le voltee el partido en la segunda vuelta electoral. 

La ventaja que hoy registra Keiko Fujimori tiene ya dos años. En diciembre del 2013 llegó a 30% de intención de voto, cifra que se elevó a 33% en diciembre del 2014, respaldo que conserva hasta hoy. No es la única que se ha mantenido constante. Pedro Pablo Kuczynski tenía 17%  de apoyo en el 2013, 16% en el 2014 y nuevamente 16% en esta medición. El gran cambio se ha dado entre Alan García, que registraba 10% y 12%, respectivamente, y César Acuña que contaba con 4% de intención de voto en ambos casos. Hoy Acuña está en 13% y García en 8%. Por lo que tiene todo el sentido que García enfile sus baterías contra Acuña, que le está arrebatando su electorado.

El liderazgo de Fujimori se sustenta en su mayor respaldo en los sectores populares y en el ámbito rural, donde PPK y García son más débiles. El avance de Acuña, sin embargo, podría complicarle el panorama. El candidato de Alianza para el Progreso ya ocupa el segundo lugar en el norte y el oriente del país, en la población rural y en los niveles socioeconómicos D y E. El dueño de tres universidades es también percibido como el segundo mejor candidato –después de Fujimori– para mejorar la educación.  Los cuestionamientos que se hicieron en CADE a la calidad educativa de sus universidades todavía no le han hecho mella.

La presidenta de Fuerza Popular ha logrado avanzar de 21% de los votos emitidos que obtuvo en el 2011 a 33% de intención de voto en la actualidad, mediante un trabajo político intenso en el interior del país pero también mediante un calculado distanciamiento de los abusos y delitos cometidos durante el gobierno de su padre. La tarea ahora es más compleja porque en la formación de su plancha presidencial y sus listas parlamentarias tendrá que tomar decisiones difíciles. Si jubila a la guardia vieja, puede resentir a un sector de las bases que simpatizan con la línea dura del fujimorismo. Si no lo hace, su liderazgo y su propuesta de modernización y apertura serán puestos en duda por la opinión pública. Otro campo en el que tendrá que ser muy escrupulosa es en limpiar a su partido de dirigentes y candidatos cuestionados por corrupción. Solo así tendrá credibilidad el distanciamiento que pretende mostrar de la corrupción que infestó al gobierno de Alberto Fujimori.

La candidata Fujimori cuenta también a su favor con la extendida decepción con que concluye el gobierno de Humala. Como ella quedó segunda en el 2011, un sector de personas que votaron por él piensa que ahora corresponde darle a ella la oportunidad. Este razonamiento es muy común en el electorado peruano y ayudó a García a ganar en el 2006 luego de quedar segundo en el 2001 y a Humala a ganar en el 2011 luego de su segunda ubicación en el 2006. Adicionalmente, un sector del electorado –especialmente de género femenino– piensa que ya le toca gobernar a una mujer.

La campaña electoral recién empieza y en cuatro meses puede pasar de todo, pero no se puede negar que hasta el momento la lideresa de Fuerza Popular viene actuando con habilidad. En CADE no deslumbró pero tampoco tuvo errores que lamentar. Veremos si le basta el juego defensivo –evitar declaraciones comprometedoras o propuestas arriesgadas– para conservar su amplia ventaja y ganar el partido cuando se toque el pitazo final.