Fernando Vivas

He preguntado a la Superintendencia Nacional de Migraciones y a nuestra cancillería y no les resulta fácil explicar qué diablos ocurre en el complejo fronterizo de Santa Rosa. ¿Qué ha cambiado en Chile o en Perú para que esta gente se quede en tierra de nadie? ¿Hay nuevas normas o formas de aplicarlas que causan el atoro? La respuesta solo la pude completar tras conversar con Nancy Arellano, venezolana con 10 años en Perú, experta en políticas públicas, y cabeza de Veneactiva, una ONG que desmitifica la mala fama de sus compatriotas en la región. También conversé con el ex diputado opositor del chavismo Óscar Pérez Torres, presidente de la Unión Venezolana en el Perú, ONG de corte político, siempre presente con gestos y propuestas para conjurar la xenofobia.