"No es no", por Carlos Galdós. (Ilustración: José Carlos Chihuán Trevejo)
"No es no", por Carlos Galdós. (Ilustración: José Carlos Chihuán Trevejo)
Carlos Galdós

El principio es muy básico, simple, sencillo, nada difícil de entender. Es algo que te enseñaron desde chiquito: NO SE TOCA LO QUE NO ES TUYO y, si quieres tocarlo, pregunta antes si puedes. Esto se aplica a todo en la vida, incluidas las relaciones sexuales con tu enamorada, novia, esposa, amiga con derechos, levante, prostituta, choque y fuga, amante, saliente o como quieras categorizar tu encuentro. Para hacerlo más facilito: 

Escena 1

–Hola, soy Carlos. ¿Puedo tocar tu cuerpo?
–NO

Conclusión: NO LO TOQUES

Escena 2

–¿Vamos a mi depa a seguirla?
–Sí, vamos.

(En el depa, en medio de besos, abrazos y trato de pareja)

–¿Puedo tocarte?
–Mmm, no sé, no estoy segura.

Conclusión: NO LO TOQUES

Escena 3

(En el telo, con dos pisco sours adentro cada uno)

–¿Puedo tocarte?
–Sí, tócame.

(Pero ella está borracha, semiborracha, ‘picada’, está bajo el efecto de alguna droga, se fumó un ‘cohete’ antes, se metió una pastilla de éxtasis o lo que sea que no le permite estar al cien por ciento en control de sus facultades)

Conclusión: NO LO TOQUES, ASÍ TE HAYA DICHO QUE SÍ. 

Entre broma y broma se ha instituido un equivocado “manual para entender a las mujeres”, según el cual nos han hecho creer que NO es SÍ, y que son ellas quienes se contradicen a sí mismas cuando manifiestan sus emociones y eso es FALSO. El mundo se ha convertido en un lugar muy complicado para las mujeres: entre violencia de género y abusos sexuales, estamos llegando al extremo de vernos en la necesidad de volver a reglamentar sobre lo obvio y transferirlo al lenguaje de las aplicaciones. Es por ello que en Holanda han creado una app que certifica que las relaciones sexuales que se van a tener son consentidas. Sexo seguro ya no solo es usar protección; así lo entienden los creadores de esta aplicación, que busca consentir lo que va a pasar en el dormitorio, registrarlo y convertirlo en un acuerdo legalmente vinculante y verificable. 

Nuestra cultura ha deformado por completo el acercamiento hacia las mujeres en el sexo. Las películas nos quieren hacer creer que agarrar a puñetes, ahorcarla y generar dolor es sinónimo de placer y no siempre es así. No son contorsionistas y tampoco máquinas que apretando un botón se excitan. El sexo, como cualquier encuentro nuevo entre dos seres, trae consigo una serie de inseguridades. Yo siempre pienso si lograré satisfacer sexualmente a mi pareja, si realmente le gusto. Me he encontrado con chicas que han sentido vergüenza por no tener un orgasmo. Y si yo tengo miedo, ¿por qué no ponerme en el lugar de ellas también? 

Chicas, basta ya de dejar de gemir como locas por miedo a que piensen que si disfrutas demasiado eres una cualquiera o, peor aún, no mostrarte desenfadada en el sexo y pedir lo que más te guste por miedo a que te crean demasiado experimentada. Los golpes, ahorcamientos, sumisiones y demás gracias a la hora del sexo van si y solo si ella los acepta. Las mujeres no son actrices porno; entérense, por favor, y dense cuenta de una buena vez que son ellas quienes nos eligen primero y nos hacen creer que las estamos conquistando. Tampoco pienses que lo que te funcionó con una amante caminará con todas. Entiende por favor que cada persona es única. El sexo rápido y furioso, por lo general, no les parece divertido. Es más, las asusta (no a todas). Las mujeres no son contorsionistas del Circo del Sol. Saca de tu cabecita la idea de que si una mujer tiene preservativos en la cartera, es promiscua. O que es inmoral si tuvo más sexo que tú en toda tu vida. Las mujeres vírgenes no son mejores ni peores. El sexo no termina cuando tú eyaculas… no seas egoísta. 

Aprendamos nuevamente a relacionarnos y recordemos siempre ante todo que NO ES NO. 

Esta columna fue publicada el 03 de marzo del 2018 en la edición impresa de la revista Somos.

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