"Por mi madre", por Carlos Galdós. (Ilustración: Nadia Santos)
"Por mi madre", por Carlos Galdós. (Ilustración: Nadia Santos)
Carlos Galdós

Nos hemos juntado cuatro amigos a los que no nos gusta el fútbol. Sin embargo, nos encanta ver a Perú en el . Hemos visto todos los partidos de la eliminatoria, nos compramos la camiseta oficial, coleccionamos nuestro álbum Panini y con todas esas no sabemos cuál es la diferencia entre un corner, un tiro libre o una posición adelantada. Así, ignorante en la materia y con el corazón lleno de emoción por lo que nos está sucediendo, en voz alta dije: “¿Y si armamos un programa de fútbol para el Facebook?”. Silencio de cinco segundos seguido por carcajadas al por mayor. “Pero si todo el mundo sabe que tú odias el fútbol”, “van a decir que te estás subiendo al coche”, “con las justas juegas fulbito de mano”. Todas las anteriores son ciertas y pienso que en mi caso esas desventajas son fortalezas porque si hay algo que moviliza a todos los amantes de ese deporte, es la pasión y la pasión está en el corazón y eso es lo que yo quiero hacer: conocer el corazón de nuestros futbolistas. ¿Y quién es el ser humano que uno lleva en el corazón? LA MADRE. 

Así que haremos un programa de fútbol contado por las mamás de los futbolistas. Nos guste o no, nuestras madres son el eje de nuestro ser, la columna que resistirá el terremoto de la vida, esa columna la construyen ellas en nuestro corazón. Desde el embarazo, pasando por la lactancia y todo lo que viene después, su presencia es fundamental. Así que decidí llegar a lo más profundo de nuestros cracks, eso que no tiene que ver con el auto deportivo del año, la casa de millones de dólares, la colección de relojes, la ropa y zapatos de marca, las novias, enamoradas y amantes, el escándalo. Todo eso que disfraza la carencia ya lo conocemos, los medios de comunicación se enfocaron en eso. Yo quiero dar un paso más allá. Y así comencé a agendar citas con cada una de ellas, mujeres a las que la fama del hijo no se les ha subido a la cabeza, mujeres bravas, fuertes, todas trabajadoras, ninguna se dejó amilanar por la pobreza. Tenía mucho miedo de que me tiraran el teléfono pensando que se trataría de un programa de chistes fáciles y chismes. “Hola, soy Carlos Galdós y quiero entrevistarte para saber cómo educaste a tu hijo”. “Cómo no, Carlitos, aquí te espero”. 

Y así comenzó a armarse Por mi madre. Ocho historias contadas por las verdaderas entrenadoras de las vidas de estos hombres exitosos, historias casi cinematográficas donde no todo siempre fue felicidad, donde la pobreza no fue pretexto para la mediocridad o la flojera. Los secretos, las travesuras, los apodos de cariño y todos esos detalles que sin filtro suelen dar las mamás, como me dijo una de ellas. “Yo lo conozco desde la entraña, así que a mí no me va a venir a apantallar con su fama; él ya sabe que cuando yo le llamo la atención, calladito nomás tiene que estar”. Y qué mejor testimonio que el del corazón. Cada historia me ha hecho entender que son seres humanos a los que les exigimos demasiado cuando todavía ellos no han terminado de procesar su fama, éxito y dinero. No es fácil pasar de los chimpunes donados o de segunda mano comprados en la Cachina a las zapatillas de tres mil dólares. No es fácil apartarte de tu casa a los doce años para jugar en algún equipo de provincia. Menos fácil es procesar que tu madre se tendrá que ir ocho años a Italia a ejercer labores domésticas en casas ajenas y volverla a ver cuando ya tienes 20 años.
¿Por qué es exitosa esta selección? Pues qué duda cabe: por las madres. Con ellas comenzó el primer entrenamiento, ellas los disciplinaron, ellas hicieron polladas para comprar chimpunes, ellas les preparaban trigo y menestras para que estén bien alimentados, ellas les revisaron una a una las tareas del colegio porque no basta con tener talento para la pelota. Ellas se comieron sus lágrimas cuando tiernos partían al extranjero. “Yo no lloré hasta que lo vi pasar la puerta esa del aeropuerto. Ahí cuando ya no lo veía, recién ahí me puse a llorar. Yo no quería que mi hijo se fuera cargado, yo solo pensaba en que él cumpla su sueño”, me dijo una de mis entrevistadas.

Así que Por mi madre es la mejor manera que he encontrado de decirle gracias a esta selección. Mañana estreno el primer capítulo en mi fan page (), el primer programa de fútbol donde no se habla de fútbol. Se habla de la pasión por la vida, las metas, los sueños y la importancia de ser madre. 

Esta columna fue publicada el 12 de mayo del 2018 en la edición impresa de la revista Somos.

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