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(Foto: Somos)
Álvaro Rocha

Cusco ha crecido horrores. Cuando uno regresa del Valle Sagrado y lo ve desde las alturas, tiene un déjà vu, que nos retrotrae a La Paz, otra urbe cóncava que se caracteriza por sus altos edificios. Ya no es más el mar de tejas que le daba una identidad; ahora toda la zona sur está dominada por construcciones verticales. Es una ciudad tan grande que a veces el infierno cabe íntegro en ella. Antes la zona picante tenía su epicentro en la calle Procuradores; ahora te ofrecen servicios de masajes (prostitución camuflada) en cada esquina. Sin embargo, no deja de ser una de las ciudades más seductoras del mundo, con sus enrevesadas callecitas, muros incas, notables templos, museos y coloridos mercados. Y con innumerables legados históricos a tiro de piedra. Uno de ellos es Tipón, la versión peruana de los jardines colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Me dirigí a este complejo en compañía de Gonzalo Vega y Fidel Dolorier, amigos de infancia, el primero hijo de un insigne historiador y el segundo, del compositor de Flor de retama. Nos bastó una mirada para constatar que Tipón está subvaluado, es mucho más que Tambomachay, otro sitio de culto al agua en el Tahuantinsuyo. Nadie sabe con precisión de dónde proviene el agua que aparece en canaletas alimentadas por venas subterráneas, que desciende por fuentes ceremoniales y ductos perfectos a través de majestuosas terrazas y se desploma por decenas de andenes, generando una acústica mágica. Lo que sí es una certeza es que esta agua es más pura que cualquier otra embotellada que se oferta en el mercado.

El sitio maravilla por esa singular capacidad de los incas para armonizar la arquitectura con el entorno geográfico. El paisaje es sobrecogedor en más de un sentido. Nos retiramos cuando se retiró el Sol. Sobre las colinas azules estaba cayendo la noche ciega. //

SEPA  MÁS

-En la plaza San Francisco pasa un micro (empresa Machupicchu) que lleva al pueblo de Choquepata (21 km) por S/ 2. De ahí se coge una combi a Tipón por 5 soles.

-El Parque Arqueológico de Tipón tiene una extensión de 239 hectáreas y sus andenes llegan a los 4,50 metros de alto.

-En el km 17 está Saylla, famoso por su chicharrón y tocto (pellejo crocante del porcino). texto y foto: álvaro rocha

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