(Foto: Senior Nomads Facebook)
(Foto: Senior Nomads Facebook)
Luciana Villegas

Abro mi celular, scrolleo Instagram y- como todas las tardes- me sorprendo con la cantidad de amigos que están de , conociendo el exterior o pasando largos períodos de tiempo rebotando por el mundo. “¿Cómo lo logran? ¿Cuál es la clave para vivir ?”, pienso.

Es la misma pregunta que Michael Campbell se hizo cuando su hija Mary les propuso- a él y a su esposa- apresurar su retiro laboral y aventurarse a viajar por el mundo viviendo solo en 'Airbnbs'- una opción de arrendamiento de alojamientos particulares para turistas-. La idea sonaba tan apetecible como incoherente. ¿Cómo afrontarían los gastos? ¿A cuántos lugares podrían ir? ¿Cuánto tiempo estarían fuera de casa? Esas y más preguntan rondaron su mente.

Esa puede ser la diferencia entre seguir viviendo y quedarse, nada más.

“Mi primera reacción fue: “¿Acaso Mary vio nuestra cuenta bancaria y encontró más dinero del que realmente tenemos?”. No podía imaginar cómo lograríamos esto, pero nos gustó tanto la idea que empezamos a analizarlo. Debbie siempre me decía: “tenemos una aventura más en nosotros”. Así que, un mes después, en febrero del 2013, empezamos a pensarlo en serio. “¿Qué tal si alquilamos la casa, renunciamos a nuestros trabajos y mantenemos nuestros gastos realmente bajos? Es decir, nada de cable, gas o seguridad. ¿Podríamos viajar por el mundo, quedándonos en 'Airbnbs', por la misma cantidad de dinero que gastaríamos como jubilados en casa?” Esa era la pregunta”, cuenta Michael.

Para ese entonces, Michael (72) y Debbie (63) Campbell ya tenían su vida hecha. La pareja estadounidense vivía en Seattle, tenían cuatro hijos adultos-varios nietos-, una casa hermosa en medio de la ciudad, dos carros, un bote y decenas-pero decenas- de amigos con los que les gustaba pasar su tiempo libre. Michael era organizador de eventos deportivos y Debbie era dueña de su propia empresa de publicidad y diseño gráfico- compañía que luego cerraría para conquistar el mundo entero. Pero aunque sus vidas parecían regulares, los Campbell nunca fueron una familia normal: habían vivido cinco años en el viejo continente, en Londres para ser exactos, y eran adictos a viajar cada vez que podían. El cambio constante les era familiar.

Tal vez por eso, en julio del mismo año, ambos dieron el sí: dejaron sus trabajos, alquilaron su casa- la cual vendieron dos años más tarde- y decidieron viajar por el mundo durante los próximos seis meses. ¿Su primer destino? París, la casa de Mary. Por supuesto. Allí compartieron un mes con su hija, su esposo y sus nietos, que luego dejarían por recorrer el resto de Europa. Después, la lista es larga: Amsterdam- donde vivieron en su primer Airbnb- Copenhague, Estocolmo, Berlín, Atenas, Portugal…en fin, cada rincón del continente europeo.

Hoy, la pareja ha recorrido ochenta países del mundo entero- aunque aún tienen algunos en su ‘wish list’ como Irán o Corea del Norte- y consideran que este estilo de vida los mantiene jóvenes, felices, enamorados y lo más importante: saludables. Ahora, se hacen llamar los , donde comparten todos los detalles de sus aventuras alrededor del mundo en los últimos cinco años.

Los entrevisto en Lima, en las oficinas de la consultora española Llorente y Cuenca, y lo primero que noto en ellos es su infinita paz. Una paz que solo pueden emanar aquellos que están realmente felices con su vida, con lo que hacen. Al final, de eso se trata.

¿Cómo planean sus viajes?

(D) Por lo general, no planeamos nuestros viajes con más de un mes de anticipación. Hay una visión, por supuesto, pero dejamos un espacio a la espontaneidad también. Nuestro pilar principal es el dinero. No podemos darnos el lujo de andar de aquí para allá sin ningún plan, así que de hecho hay una visión. Mientras mantengamos nuestro presupuesto, todo bien. Por ejemplo, esta vez no iremos a Machu Picchu porque es muy caro y hace poco hicimos un Safari en África que salió de nuestro presupuesto.

(M) Ahora ya tenemos dos meses planeados, así que sabemos dónde estaremos hasta abril. Luego de Lima: Santiago de Chile, Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro y después…París, para ver a Mary (ríe).

¿Cómo eligen los lugares a los que van?

(D) Nos encanta estar donde suceden los acontecimientos actuales- la historia- y a Michael le gusta la política y el deporte. Nos gusta ir donde están pasando las cosas. Por ejemplo, fuimos a Londres hace poco, cuando sucedió lo del Brexit.

Hablemos de finanzas, ¿cuál es la clave para vivir viajando?

(D) Estamos viviendo nuestra vida diaria, no estamos en vacaciones. Esa es la clave. ¿Tú tomas el bus todas las mañanas? Entonces nosotros tomamos el bus también.

Han recorrido ochenta países de todo el mundo, ¿cuáles han robado su corazón?

(D) Somos curiosos y aprendices de por vida. Y hay todo un gran mundo por ahí con tantos lugares que conocer y culturas que entender. Me gustó Croacia, Italia, Francia, Ucrania, Nueva Zelanda, Australia... la lista es larga.

(M) Nos gustó mucho Europa. La primera vez que fui tenía 23- o algo por el estilo- y realmente capturó mi imaginación.

(D) Sí, Europa es nuestro continente favorito.

Luego de cinco años viajando, ¿qué han aprendido en medio de la ruta?

(M) Somos más tolerantes, comprensivos y pacientes con el resto. No juzgamos. En el mundo hay tantos modos de alcanzar las mismas metas. Es como la Pirámide de Maslow, donde la comida y el techo forman parte de las necesidades básicas. Si recorres el mundo, o por lo menos en los ochenta países que hemos visitado, las personas necesitan una casa, comida y seguridad para sus familias. Todos necesitan lo mismo y lo hacen de modos diferentes con los recursos que tengan en sus países. Las personas son personas.

(D) Tienes que ser tolerante con los demás y abrazar la diversidad, disfrutarla.

(M) Además, hemos aprendido que los extraños pueden ser muy solidarios con uno. Las personas han sido tan buenos con nosotros.

, ¿en qué momento decidieron abrir un blog contando sus aventuras y por qué?

(D) Desde el comienzo queríamos escribir un blog porque era la única forma de mantener los recuerdos. Pero también escribimos un diario, tenemos 17 de ellos. Anotamos todo lo que hacemos todos los días, el dinero que gastamos, y anexamos los recibos. Y eso lo enviamos a casa. Los primeros dos años escribí un blog y luego abrimos la página web oficial. Escribo un blog cada dos semanas.

Y siguiendo la línea de la escritura, luego de ‘Your Keys Our Home: The Senior Nomads' Incredible Airbnb Journey’, tu primer libro, ¿sacarás otro más, Debbie?

Sí, podría escribir un segundo libro. Es una posibilidad.

Esta es la primera vez que están en Lima, ¿cuáles son los planes?

(M) Bueno, hacer un tour caminando- como lo hacemos en todas las ciudades- coger transporte público, ver los parapentes en Larcomar, sumarnos a las experiencias que ofrecen los Airbnbs- como paseos en bicicleta o clases de cocina peruana-, visitar museos, ir al Parque de las Aguas, al Zoológico de Huachipa, visitar Barranco y la Huaca Pucllana.

(D) Ya comimos ceviche. Fuimos al restaurante ‘Salto del Fraile’. Me encantó, lo comería todos los días si pudiera.

¿Qué significa viajar para ustedes?

(D) Este estilo de vida nos mantiene jóvenes, tenemos más amigos de los que alguna vez tuvimos, estamos más alertas, estamos aprendiendo. Viajar es estimulante. Si estuviéramos en casa en Seattle con nietos e hijos tal vez no estaríamos tan llenos de vida ni saludables como estamos ahora. Por eso, espero que todos los padres retirados puedan hacer esto algún día.

Entonces, ¿piensan hacer esto por el resto de sus vidas? ¿cuál es el plan?

(M) Todos los días nos levantamos y nos preguntamos si debemos seguir o parar. Y desde hace seis años, siempre elegimos continuar. Nos estamos divirtiendo, aprendiendo, no nos hemos salido del presupuesto, estamos bien de salud y, sobre todo, muy enamorados.

(D) Pensé que después de cinco años íbamos a parar. En serio lo pensé. Después de tanto tiempo ya es una locura, ¿no crees? (ríe). Pero aún estamos saludables, seguimos aprendiendo, estamos en el presupuesto, y muy enamorados. Además, aún no hemos decidido donde queremos vivir (ríe).

Porque viajar también es vivir.

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