Aurelio Miró Quesada Sosa dejó huella como periodista, académico, historiador e investigador. Vivió entre tinta y papel. Defendió la democracia y la libertad de prensa. Fue testigo de guerras y dictaduras. Se ganó el respeto y admiración de sus alumnos, colegas, políticos y familiares. Al fallecer un día como hoy de 1998, a los 91 años, se perdió al último de los grandes humanistas del pensamiento nacional.En julio de 1927 empezó su larga trayectoria en El Comercio. Su primer artículo lo dedicó al escritor James Joyce. En ese entonces tenía 18 años. Luego dirigió la página “Arte, Ciencias, Letras” donde gracias a su gestión colaboraron Jorge Basadre y César Vallejo a quien conoció de casualidad en una calle limeña.“Lo he conocido incidentalmente en Lima; fue un encuentro fortuito, cuando yo salía del colegio de los jesuitas y él venía de su calle (me parece que era Acequia Alta donde vivía). Tengo unas cartas muy hermosas de él.”Orgulloso contaba que era el único que tenía un carné con la firma de su tío Antonio Miró Quesada. Su vocación periodística la combinó con su espíritu aventurero, pues viajó durante dos años alrededor del mundo para contar a los lectores de El Comercio sus experiencias en Japón, China e India. Estas crónicas de viaje fueron recopiladas en el libro “Vuelta al mundo”.
Durante más de dos décadas compartió la dirección de El Comercio con su primo Alejandro Miró Quesada Garland. Como director tuvo un trato muy cercano con los periodistas de esta casa editora. En su oficina siempre habían personas haciendo cola para pedirle una orientación o consejo.Además colaboró en las publicaciones “Mercurio Peruano”, “Mundial”, “Variedades”, “Boletín de la Sociedad Geográfica”, “Historia”, entre otras publicaciones. Además dirigió la revista “Mar del Sur”. Don Aurelio es autor de 45 publicaciones en diversos campos del pensamiento. Dirigió la Academia Peruana de la Lengua y fue presidente de la Academia Nacional de Historia.“Siempre me he sentido hombre de San Marcos”Un orgulloso sanmarquino así se consideraba Aurelio Miró Quesada Sosa. Se graduó como abogado en 1931 y obtuvo el título de doctor en Letras. Durante dos décadas dictó el curso de Historia y Literatura Castellana. Entre 1948 y 1956 se desempeñó como decano de la Facultad de Letras. Llegó al rectorado con una amplia victoria. Posteriormente fue nombrado rector honorario y profesor emérito.“A través de los años me he acostumbrado a meditar sobre San Marcos, a alegrarme o a sufrir con San Marcos, a cumplir mis tareas de aprendizaje y de docencia, no sólo como un deber estricto, y en la extrema medida de mis fuerzas sino con cariño vehemente y creciente y con una honesta y total lealtad.”
“Me apasionaba lo que el Inca Garcilaso decía de sí mismo y me fui aproximando más a su persona”.Durante un viaje a Cusco en 1927, don Aurelio se hospedó en una pensión sin saber que había sido la casa donde el Inca Garcilaso había vivido.“Yo siempre he dicho que, quién sabe, a través de los muros de la vieja casona se fue filtrando en mí el espíritu garcilasista que hasta ahora no me abandona.”Durante años investigó con pasión la vida de quien lideró la primera generación de mestizos en el Perú. En 1945 publicó su primer libro sobre Garcilaso. Además encontró el testamento de Chimpu Ocllo, madre del Inca, con el nombre de Isabel Suárez.Su abuelo José Antonio Miró Quesada escribió: “No muere quien perdura en el espíritu de sus continuadores”. Efectivamente, el legado de don Aurelio continuará vigente en el recuerdo de sus familiares, amigos, alumnos, periodistas y todas aquellas personas que tuvieron la suerte de compartir experiencias con él.